Un sistema avisará del estado del río tres horas antes de llegar a la planta

Dom, 17/10/2004

El Norte de Castilla

La estación de alerta temprana sobre el Canal del Duero intenta evitar la entrada de contaminación en la red local
J. G. C./VALLADOLID
Exterior de la planta de San Isidro con uno de los edificios históricos que deberán rehabilitarse como Aula del Agua de Valladolid. / HENAR SASTRE
VIGILANCIA DE CALIDAD
Viejas conducciones
La potabilizadora recibe el agua del Canal del Duero a través de dos galerías, comunicadas entre sí. La más antigua de ellas posee unos 120 años y ambas fueron construidas en hormigón sin revestir, con bóveda de ladrillo.
Mejoras
Estación de alerta temprana sobre el canal dos o tres horas arriba sobre la planta. Funcionará de manera automática y enviará los datos al centro de control.
Rehabilitación de galerías
Impermeabilización de las conducciones hasta la planta.
La mejora, arreglo y rehabilitación de la potabilizadora de San Isidro incluye entre las obras a realizar la puesta en marcha de una instalación de alerta temprana sobre el Canal del Duero, por el que llega el agua que tratan las instalaciones vallisoletanas. La planta de alerta deberá situarse tres horas aguas arriba de la toma de la planta y deberá determinar de manera continua los parámetros físicos y químicos del caudal que transporte el Duero. Entre otros la temperatura, el ph, la conductividad, el oxígeno disuelto, la turbidez, el nitrógeno amoniacal, los nitratos, la materia orgánica y los hidrocarburos contenidos en el agua del Duero. Estos datos deberán transmitirse al centro de control automático. Las tareas previstas incluyen la sustitución o la duplicación de las compuertas de entrada a las galerías por válvulas o compuertas motorizadas.
La aplicación de estas medidas pretende evitar situaciones como la sufrida el 15 de diciembre del año 2001, cuando la presencia de un vertido procedente de la zona de Peñafiel obligó a cortar la entrada de agua en las instalaciones y dejó sin suministro a los ochenta mil vecinos que dependen de esta potabilizadora.
El corte se mantuvo durante 21 horas y cuatro días después, el entonces concejal delegado de Obras e Infraestructuras, Federico Sumillera, reclamaba una «sanción ejemplar» para la Azucarera de Peñafiel, fábrica desde la que se produjo el vertido a las aguas del Duero. Esa jornada, el agua que entrada en San Isidro aún era de poca calidad y con una elevada concentración de materia orgánica, lo que exige un mayor esfuerzo de los sistemas de potabilización.
Protegida del vandalismo
La empresa que se ocupe de la ejecución de la obra deberá encargarse además de señalar la presencia de una toma de agua potable y la protección de la misma frente a posibles actos vandálicos o a intentos de posibles vertidos mediante la colocación de cercados y medidas de vigilancia de las conducciones.
La firma concesionaria tendrá que acometer también la rehabilitación e impermeabilización de las galerías existentes y el cambio y sustitución de numerosos equipos que, con el paso de los años, apenas resultan útiles para los parámetros de calidad del servicio que hoy exigen los consumidores.