Greenpeace dice que la solución a la falta de agua pasa por «reducir la demanda»

Dom, 10/10/2004

La Verdad

La organización ecologista pide la derogación del Anexo II del PHN en un seminario organizado por el PSOE
JUAN F. ROBLES/CARAVACA

La solución a los problemas de agua en la Región de Murcia pasa por frenar la demanda y limitar el consumo. Greenpeace expuso sus propuestas sobre la nueva cultura del agua en el Ciclo de Conferencias que el PSOE ha programado para el mes de octubre. Julio Barea Luchena, responsable de Aguas de la organización ecologista, insistió en la necesidad de un cambio de mentalidad sobre la problemática del agua y propuso la derogación del Anexo II del Plan Hidrológico Nacional, en el que se recogen más de un centenar de proyectos en las distintas cuencas hidrológicas de España.

Julio Barea alabó el cambio de «talante» del Gobierno central. «Se muestran más receptivos a nuestras demandas». Entre las propuestas de Greenpeace destacó que «no se puede extraer de un acuífero más agua de la que puede recoger». En cuanto a las obras de acondicionamiento de embalses y los nuevos planes de regadío señaló que «la nueva directiva del agua es muy clara y su aplicación supondría que no se deben construir más embalses y los que se construyan no deben contar con financiación pública; es el usuario final, en este caso el regante, quien debe sufragar los costes de las obras».

El responsable de aguas de Greenpeace arremetió contra el PHN del PP y aseguró que «de haberse llevado a cabo el trasvase del Ebro habría sido una de las más importantes catástrofes ambientales del país». «El agua de los ríos no se tira al mar, la aportación de los cauces fluviales a los fondos marinos es necesaria para mantener el equilibro hidrogeológico y, además, la promesa de agua abundante para todos es falsa ya que nunca podría cumplirse», añadió.

Desde Greenpeace se va a proponer al Ministerio que se revise «la cantidad de hectómetros cúbicos que son necesarios para la Cuenca del Segura». Barea señaló que «las desaladoras no son la mejor solución, pero aportan aguas de mejor calidad a los ciudadanos». «Estamos en contra de la desalación masiva, sólo en algunos casos y para consumo humano la aceptamos, nunca para uso agrícola o urbanístico», explicó