Endesa inaugura su mayor obra en América Latina La eléctrica ha pagado 18 millones a los indígenas afectados por la presa
Mar, 28/09/2004
El ministro de Economía de Chile, Jorge Rodríguez Rossi, y el consejero delegado de Endesa, Rafael Miranda, fueron los encargados ayer de dar vía libre oficial al proyecto más emblemático de la compañía eléctrica española en América Latina. Tras dejar atrás una inversión de 456 millones de euros (75.872 millones de pesetas) y una de las mayores polémicas medioambientales que se han vivido en la región, la central hidroeléctrica de Ralco ha comenzado a servir energía a la red chilena.
De acuerdo con las previsiones de la multinacional española, este nuevo punto de generación permite suministrar electricidad al sistema eléctrico en una cifra equivalente al 6% del consumo chileno. Situada al sur del país, en la cuenca fluvial de río Bio Bio, la presa inaugurada ayer fue promovida hace más de 10 años por Enersis, compañía chilena propiedad de Endesa.
La polémica sobre el impacto medioambiental que suponía su construcción, al hallarse situada en una zona de alto valor ecológico, y el enfrentamiento con los indios peuenches, comunidad indígena pobladora de la zona anegada por el embalse, ha mantenido esta faraónica obra de ingeniería hidráulica al borde del colapso en varias ocasiones.
MEDIO MILLÓN DE DESPLAZADOS Tras años de negociación, que se han cerrado con la intermediación y garantía del Gobierno chileno que preside Ricardo Lagos, la etnia peuenche aceptó abandonar los territorios que habitaban desde hace siglos. Casi un centenar de familias mapuches, alrededor de medio millar de personas en total, han sido realojadas en otros terrenos adquiridos por la eléctrica y situados en zonas próximas.
Endesa ha desembolsado 18 millones de euros (unos 3.000 millones de pesetas) para indemnizar a los indígenas afectados mediante permutas de terrenos, construcción de viviendas, programas sociales y sumas en efectivo.
Las hermanas Berta y Nicolasa Quintremán, de la etnia peuenche, se han convertido durante este periodo en la bandera de la resistencia indígena al proyecto hidráulico. Su lucha contra las concesiones y permisos para la construcción del embalse de Ralco, amparado jurídicamente por la ley indígena chilena, ha tenido una fuerte repercusión internacional.
APOYO EN ESPAÑA Grupos ecologistas de todo el mundo y organizaciones no gubernamentales prestaron su apoyo a las reivindicaciones de la comunidad peuenche. La polémica también llegó a España y la comunidad indígena recibió el apoyo del Parlamento balear, durante el mandato de Francesc Antich, y de Esquerra Republicana de Catalunya.
En septiembre del 2003, las últimas nueve familias que se resistían a abandonar sus territorios alcanzaron un acuerdo definitivo con la eléctrica española que permitió poner fin a los trabajos de construcción y al llenado definitivo del embalse.
570 MEGAVATIOS DE POTENCIA El grupo generador de Ralco dispone de una potencia de 570 megavatios y producirá una media de 3.100 millones de kilovatios anuales. La presa, de 155 metros de altura, ha sido construida con la aplicación de hormigón mediante una moderna tecnología.
El embalse tiene una capacidad para albergar agua del Bio Bio de 1.222 millones de metros cúbicos. En total, según los datos ofrecidos por la compañía, para permitir la entrada en funcionamiento del complejo hidroeléctrico han sido inundadas 3.467 hectáreas de terreno
De acuerdo con las previsiones de la multinacional española, este nuevo punto de generación permite suministrar electricidad al sistema eléctrico en una cifra equivalente al 6% del consumo chileno. Situada al sur del país, en la cuenca fluvial de río Bio Bio, la presa inaugurada ayer fue promovida hace más de 10 años por Enersis, compañía chilena propiedad de Endesa.
La polémica sobre el impacto medioambiental que suponía su construcción, al hallarse situada en una zona de alto valor ecológico, y el enfrentamiento con los indios peuenches, comunidad indígena pobladora de la zona anegada por el embalse, ha mantenido esta faraónica obra de ingeniería hidráulica al borde del colapso en varias ocasiones.
MEDIO MILLÓN DE DESPLAZADOS Tras años de negociación, que se han cerrado con la intermediación y garantía del Gobierno chileno que preside Ricardo Lagos, la etnia peuenche aceptó abandonar los territorios que habitaban desde hace siglos. Casi un centenar de familias mapuches, alrededor de medio millar de personas en total, han sido realojadas en otros terrenos adquiridos por la eléctrica y situados en zonas próximas.
Endesa ha desembolsado 18 millones de euros (unos 3.000 millones de pesetas) para indemnizar a los indígenas afectados mediante permutas de terrenos, construcción de viviendas, programas sociales y sumas en efectivo.
Las hermanas Berta y Nicolasa Quintremán, de la etnia peuenche, se han convertido durante este periodo en la bandera de la resistencia indígena al proyecto hidráulico. Su lucha contra las concesiones y permisos para la construcción del embalse de Ralco, amparado jurídicamente por la ley indígena chilena, ha tenido una fuerte repercusión internacional.
APOYO EN ESPAÑA Grupos ecologistas de todo el mundo y organizaciones no gubernamentales prestaron su apoyo a las reivindicaciones de la comunidad peuenche. La polémica también llegó a España y la comunidad indígena recibió el apoyo del Parlamento balear, durante el mandato de Francesc Antich, y de Esquerra Republicana de Catalunya.
En septiembre del 2003, las últimas nueve familias que se resistían a abandonar sus territorios alcanzaron un acuerdo definitivo con la eléctrica española que permitió poner fin a los trabajos de construcción y al llenado definitivo del embalse.
570 MEGAVATIOS DE POTENCIA El grupo generador de Ralco dispone de una potencia de 570 megavatios y producirá una media de 3.100 millones de kilovatios anuales. La presa, de 155 metros de altura, ha sido construida con la aplicación de hormigón mediante una moderna tecnología.
El embalse tiene una capacidad para albergar agua del Bio Bio de 1.222 millones de metros cúbicos. En total, según los datos ofrecidos por la compañía, para permitir la entrada en funcionamiento del complejo hidroeléctrico han sido inundadas 3.467 hectáreas de terreno