Las ONG advierten del grave riesgo de epidemias en Haití La contaminación del agua, la debilidad de la población y la inexistencia de una red sanitaria disparan las enfermedades
Vie, 24/09/2004
GONAIVES (HAITI).- La situación sanitaria en la zona de Gonaïves, en el norte de Haití, sigue siendo dramática. No hay agua potable, ni alimentos, ni medicinas y los representantes de distintas organizaciones humanitarias han advertido del alto riesgo de una rápida propagación de epidemias en un momento en el que se dan todas las condiciones para ello: falta de medidas mínimas de higiene, una población debilitada y un sistema sanitario inoperante.
«El mayor problema es la ausencia de agua potable y de sistemas de evacuación; el agua que se consume en la región es cada vez menos sana» aseguraba ayer Joe Fay, un responsable de Oxfam Intermón desplazado a la zona.
Las ONG no excluyen el surgimiento de focos de infección de cólera o fiebres tifoideas. «Las condiciones para la propagación de microbios son las ideales», previene otro especialista que trabaja en la zona de Gonaïves: «Estamos ante un cuadro de desnutrición, deshidratación, diarreas, que pueden afectar masivamente a colectivos especialmente vulnerables como los niños».
Muchas de las calles de la ciudad -donde la tormenta ha matado al menos a 600 personas- están todavía inundadas por un agua que los vecinos de Gonaïves no tienen más remedio que utilizar para cocinar o para asearse.
David Dofara, médico de la Cruz Roja, también hacía hincapié ayer en «el riesgo de enfermedades, especialmente diarreas, hepatitis y otras por los efectos de la contaminación de las aguas». El paludismo -una plaga en Haití- es otro de los grandes peligros a los que se exponen ahora los habitantes de esta región.
El coordinador de Urgencias de los hospitales de Haití, Philippe Desmangles, trazó un panorama desolador sobre la capacidad de estos centros para atender a los afectados por la tormenta. En Gonaïves hay sólo cuatro dispensarios para un colectivo de 250.000 personas afectadas por la tormenta o por las pésimas condiciones en las que sobrevive la gente desde entonces. Sólo algunos de los enfermos, los más graves, pueden ser atendidos y los contingentes militares extranjeros destinados en Haití comienzan a trasladar enfermos a Puerto Príncipe. Médicos Sin Fronteras ha puesto en marcha un centro de salud en la ciudad que ha iniciado ya las primeras consultas.
A pesar de que durante las últimas 48 horas ha comenzado a llegar a Haití ayuda procedente de todo el mundo, «el apoyo internacional es insuficiente», afirmaba ayer Maurepas Jeudi, un cooperante presente en Haití.
La crítica situación provocada por la tormenta ha alentado también las acciones de pillaje en Gonaïves y sus alrededores. «La situación de inseguridad se ha degradado y ha degenerado desde las inundaciones», admitía ayer Amisial Jean Eddy, uno de los mandos policiales de la ciudad. «En la tarde de ayer, se produjo un ataque y cuatro policías que escoltaban un camión cisterna con agua fueron desarmados mientras los agresores se hacían con parte del cargamento».
«Vivimos una situación especial: la población nos pide ayuda pero no podemos dársela, carecemos de asistencia, y de medios.Nosotros también somos víctimas de la tormenta», concluyó Eddy.
Tras la tormenta del fin de semana, la policía de Gonaïves sólo dispone de un vehículo
«El mayor problema es la ausencia de agua potable y de sistemas de evacuación; el agua que se consume en la región es cada vez menos sana» aseguraba ayer Joe Fay, un responsable de Oxfam Intermón desplazado a la zona.
Las ONG no excluyen el surgimiento de focos de infección de cólera o fiebres tifoideas. «Las condiciones para la propagación de microbios son las ideales», previene otro especialista que trabaja en la zona de Gonaïves: «Estamos ante un cuadro de desnutrición, deshidratación, diarreas, que pueden afectar masivamente a colectivos especialmente vulnerables como los niños».
Muchas de las calles de la ciudad -donde la tormenta ha matado al menos a 600 personas- están todavía inundadas por un agua que los vecinos de Gonaïves no tienen más remedio que utilizar para cocinar o para asearse.
David Dofara, médico de la Cruz Roja, también hacía hincapié ayer en «el riesgo de enfermedades, especialmente diarreas, hepatitis y otras por los efectos de la contaminación de las aguas». El paludismo -una plaga en Haití- es otro de los grandes peligros a los que se exponen ahora los habitantes de esta región.
El coordinador de Urgencias de los hospitales de Haití, Philippe Desmangles, trazó un panorama desolador sobre la capacidad de estos centros para atender a los afectados por la tormenta. En Gonaïves hay sólo cuatro dispensarios para un colectivo de 250.000 personas afectadas por la tormenta o por las pésimas condiciones en las que sobrevive la gente desde entonces. Sólo algunos de los enfermos, los más graves, pueden ser atendidos y los contingentes militares extranjeros destinados en Haití comienzan a trasladar enfermos a Puerto Príncipe. Médicos Sin Fronteras ha puesto en marcha un centro de salud en la ciudad que ha iniciado ya las primeras consultas.
A pesar de que durante las últimas 48 horas ha comenzado a llegar a Haití ayuda procedente de todo el mundo, «el apoyo internacional es insuficiente», afirmaba ayer Maurepas Jeudi, un cooperante presente en Haití.
La crítica situación provocada por la tormenta ha alentado también las acciones de pillaje en Gonaïves y sus alrededores. «La situación de inseguridad se ha degradado y ha degenerado desde las inundaciones», admitía ayer Amisial Jean Eddy, uno de los mandos policiales de la ciudad. «En la tarde de ayer, se produjo un ataque y cuatro policías que escoltaban un camión cisterna con agua fueron desarmados mientras los agresores se hacían con parte del cargamento».
«Vivimos una situación especial: la población nos pide ayuda pero no podemos dársela, carecemos de asistencia, y de medios.Nosotros también somos víctimas de la tormenta», concluyó Eddy.
Tras la tormenta del fin de semana, la policía de Gonaïves sólo dispone de un vehículo