Valencia tendrá con depuradoras la mitad del derogado trasvase al Júcar

Dom, 12/09/2004

Heraldo de Aragón

Los planes de depuración de aguas residuales de la Generalitat valenciana ratifican lo erróneo del planteamiento de fondo que sustentaba el derogado trasvase del Ebro a las cuencas del litoral mediterráneo. Los recursos hídricos de la Comunidad vecina no están agotados, lo que se pretendía como argumento esencial para reclamar caudales del Ebro, sino que pueden y deben ser reordenados mediante una gestión más sostenible y eficiente.

El ejemplo es claro: los agricultores valencianos obtendrán unos 150 hectómetros cúbicos de agua con las depuradoras que la consejería de Infraestructuras del Gobierno autonómico tiene previsto construir en los próximos siete años, según publicó recientemente el diario Las Provincias. Esa cifra supone prácticamente la mitad de los caudales que la derogada transferencia hídrica pretendía derivar desde el Ebro a la cuenca hidrográfica del Júcar.

El proyecto del PP, anulado por el actual Ejecutivo socialista, establecía un trasvase anual de 315 hectómetros cúbicos a los diferentes ríos de esa cuenca, que es la principal de la Comunidad Valenciana (el sur de la provincia de Alicante pertenece a la del Segura). Pero esa cantidad de agua, según han reiterado los principales estudiosos del clima y la hidrología, hubiera sido imposible de satisfacer muchos años, ante el avance del cambio climático y la escasez creciente del recurso disponible en la propia cuenca del Ebro.
Suministro más seguro
La depuración de aguas residuales, por el contrario, garantiza el suministro prometido, puesto que se nutre del consumo urbano e industrial existente, al mismo tiempo que se configura como una pieza clave en la mejora medioambiental, precisamente al revés que el trasvase, que hubiera conllevado graves impactos ambientales por el tamaño de una obra de características megalómanas y que debía atravesar varios parajes naturales protegidos.

Además, el Plan Director de Saneamiento del Ejecutivo valenciano, en el que se prevén invertir hasta 900 millones de euros en los próximos siete años, paliará un reconocido déficit en materia de depuración en una zona costera como el norte de la provincia de Castellón, un lugar escogido por miles de aragoneses para pasar sus vacaciones y tener una segunda residencia en localidades como Benicarló, Peñíscola o Vinaroz.

En estos tres últimos municipios está planeada la construcción de sendas depuradoras, con una inversión global que se cifre en torno a 27 millones de euros.
Más agua para riego
De los seis proyectos valencianos en materia de depuración, sólo con dos, las que afectan a Alicante y el área metropolitana de Valencia, se espera conseguir esos 150 hectómetros cúbicos destinados a mejorar la situación de los regantes.

En la capital del Turia está proyectado mejorar las seis depuradoras que actualmente prestan servicio a los numerosos municipios de su entorno. En este apartado, únicamente con la ampliación de la estación de Pinedo se cuenta con obtener 93 hectómetros cúbicos de agua completamente apta para su utilización en la producción agropecuaria.

A esa cantidad habrá que sumar el caudal que aporte una planta depuradora de nueva construcción que se ubicará en Paterna, con capacidad para tratar 32.000 metros cúbicos de residuos al día.

En la provincia de Alicante, donde también se va a impulsar la desalación, se han planificado actuaciones que recuperarán para el riego hasta 50 hectómetros cúbicos con una inversión de 154 millones. Entre las obras, figuran la ampliación de las plantas de Rincón de León y Monte Orgegia.

La depuración es sólo una de las fuentes con las que aumentarán los recursos hídricos valencianos. además, hay que contar con obras hidráulicas y, sobre todo, la desalación.