La CHG elabora un plan para actuar en caso de una sequía

Lun, 30/08/2004

Diario de Sevilla

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) ha comenzado la elaboración de un plan de actuación en situaciones de alerta y sequía que sirva para establecer un protocolo de intervención inmediata en el momento en que se detecten los primeros síntomas de escasez de precipitaciones. De esta forma quiere evitar que se vuelvan a repetir las improvisaciones que se dieron en la sequía de principios de los años 90 e impulsar una mejor utilización de los recursos hídricos.
De hecho, ha abierto un concurso público para la contratación de la empresa que redactará este plan, que posteriormente será consensuado con los agentes sociales implicados en la gestión del agua. En la CHG esperan que la aprobación definitiva por parte del Gobierno central llegue a finales del próximo año. No hay prisas por el momento, pero las estadísticas dicen que la sequía está a la vuelta de la esquina y la Confederación quiere tener el documento lo antes posible.
Un borrador que la CHG ha enviado al Consejo Local del Agua a modo de ejemplo establece, en primer lugar, una serie de umbrales obtenidos a través de diversos parámetros, que varían en cada uno de los sistemas de explotación de recursos en que se divide la cuenca del Guadalquivir. En el caso del sistema de abastecimiento a Sevilla y su área metropolitana, el indicador que determina esos umbrales corresponde a la suma total de volúmenes de agua de los cinco embalses que proporcionan los recursos de la ciudad.
La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) determina tres umbrales para los sistemas cuyo uso fundamental sea el consumo humano y en función a los parámetros que marquen los indicadores hidrológicos. En primer lugar, el umbral de alerta, que advierte sobre una situación en la que no es posible garantizar tres años de abastecimiento normal en el caso de que no se apliquen unas primeras medidas correctoras. El umbral de inicio de sequía, en segundo lugar, establece que no es posible garantizar dos años de abastecimiento normal; mientras que el umbral de sequía muy grave fija el indicador en un nivel por debajo de un año de abastecimiento.
En el caso del regadío, los umbrales pasan de tres a cuatro e incluye el de Sequía Extrema, con el que la CHG establece que no sería posible atender el riego ya que los recursos existentes deberían destinarse a otros usos prioritarios, entre ellos el consumo humano.
Una vez que los niveles de las reservas de agua traspasen alguno de estos umbrales, el plan de actuación en situaciones de alerta y sequía prevé una serie de intervenciones capaces de minimizar los efectos de la sequía sobre los usuarios y sobre el medio ambiente . Estas actuaciones se engloban en tres grupos, esencialmente: intervenciones sobre la demanda; sobre los recursos externos; y actuaciones normativas.
El primer grupo hace referencia directa a las posibles restricciones al consumo, aunque el documento que la CHG ha elaborado como borrador de este plan desvía la decisión de reducir el consumo hacia los planes de emergencia que establezca cada sistema de abastecimiento. El organismo que regula la cuenca del Guadalquivir establece, de partida, una reducción mínima del consumo que va desde el 2,5 por ciento que se aplicaría en una situación de inicio de sequía hasta el 15 por ciento mínimo de recorte en el suministro en caso de una situación extrema.
El segundo grupo de medidas van dirigidas exclusivamente al abastecimiento de poblaciones y hace referencia a la posibilidad de captar recursos hídricos de otros sistemas de explotación de la cuenca. Aunque, en este caso, la Confederación también concede a los gestores del abastecimiento la potestad de establecer las medidas que considere necesaria y que se recojan en sus respectivos planes de emergencia. En el ejemplo de Sevilla, se podrían recibir recursos del sistema del Huesna (embalse del Huesna), el sistema Viar (embalse del Pintado), aguas subterráneas y el sistema de regulación general.
El director general de la CHG, Juan Saura, asegura que esta captación de recursos también tendrá que hacerse de forma paulatina, para que no se repitan situaciones como las de la última sequía, cuando se utilizó demasiado el recurso del agua del Guadalquivir a un mismo tiempo, provocando una merma considerable en la calidad del agua. En el plan se establecerá, por ejemplo, comenzar con un porcentaje mínimo de agua del río, que apenas se notará pero que nos permitirá ahorrar mucha agua de la que hay en los embalses para cuando la situación global sea peor , explica.
El proyecto establece unos umbrales de alerta y determina medidas concretas para evitar nuevas restricciones al consumo tan duras como las de los años 90.