SANABRIA-LA CARBALLEDA (Historias del Lago (IV): Dos proyectos de embalse para el legendario cuenco

Vie, 27/08/2004

La Opinión. El Correo de Zamora

Las sociedades eléctricas "Ideam, S.A." y "Saltos del Duero" compiten por hacerse con el Lago de Sanabria. La primera recrecía la capacidad del vaso en dos metros, la segunda elevaba su nivel en dieciséis, construyendo una presa de dieciocho metros y llevándose por delante al pueblo de Ribadelago.

J. A. García

"Ideam. S.A." solicita en febrero de 1943 la concesión del aprovechamiento del caudal del Tera, con un embalse en el Lago de Sanabria. En competencia aparece en abril la gran Sociedad Hispano-Portuguesa de Transportes Eléctricos "Saltos del Duero", con un proyecto que supera al de su oponente al recrecer la capacidad del Lago con la construcción de una presa de dieciocho metros de altura emplazada en la salida. Este proyecto sacrifica al pueblo de Ribadelago. También entra en escena "Hidroeléctrica Moncabril" con aspiraciones en el alto Tera. La Confederación Hidrográfica del Duero, que ya había contemplado y desechado el embalse en el Lago, exige más rigor en los estudios.

Galende.- Las iniciativas hidroeléctricas solicitadas por Angel Jiménez Palma no afectaban al Lago de Sanabria, puesto que radicaban en la parte superior e inferior del cuenco, pero aventaron el interés de las grandes sociedades generadoras de energía que rápidamente pusieron a trabajar a los ingenieros sobre el tema. En sus proyectos apuntaron de lleno al escenario fluvial por excelencia de la provincia de Zamora.
La primera en dar los pasos fue Ideam, S. A. que solicitó el 20 de febrero de 1943 la tramitación de un expediente para aprovechar, con destino a usos industriales, el caudal del río Tera en diferentes puntos de su recorrido sanabrés.
El proyecto, redactado por los ingenieros Santiago Corral, Francisco Conde y Miguel García, comprendía tres saltos, escalonados desde "La Laguna hasta por debajo del pueblo de Sandín».
El primero consistía en un recrecimiento del Lago de Sanabria mediante un azud de dos metros de altura «que mantendría el nivel del Lago a la altura que alcanzan las avenidas del Tera».
La toma de agua se situaba a 26,50 metros por debajo del citado nivel. Según los redactores se aprovechaba un volumen de agua de 78 millones de metros cúbicos, pero como la acometida se hace a través de un túnel que funcionaba a presión dentro del Lago se logra un embalse útil de 94,5 millones metros cúbicos. El túnel tiene una longitud de 1.501 metros que da paso a una conducción de 3,4 kilómetros del que arranca un tubería hasta la central.
La potencia instalada es de 8.840 kilovatios y el salto utilizable varía de 75,50 metros a embalse lleno a 40 metros a embalse vacío.
La toma del segundo salto arrancaba «inmediatamente aguas abajo» del desagüe de la central del primer salto. Un azud servía para derivar el agua a través de un canal de 23,9 kilómetros, proyectado por la margen izquierda del río, todo él a cielo abierto, a excepción de un túnel de 310 metros, necesario para salvar una depresión orográfica. La tubería de presión de este segundo salto se emplazaba tres kilómetros aguas abajo del pueblo de Otero de Sanabria y la central acogería una instalación de 6.350 kilovatios.
Aun completaba la sociedad Ideam, S. A. su proyecto con un nuevo salto. A 2,2 kilómetros del desagüe de la anterior central iba emplazado el azud de derivación de este tercer salto. El canal recorría un trayecto de 10,9 kilómetros, también a cielo abierto, y la tubería de presión estaba situada a 1.700 metros aguas abajo del pueblo de Sandín. Esta central tendría una instalación de 3.540 caballos. La energía anual de salida de los tres saltos quedaba cifrada en un total de 70.800.000 kilovatios hora.
Abierto el periodo de presentación de proyectos de competencia, apareció más que resuelta la Sociedad Hispano-Portuguesa de Transportes Eléctricos "Saltos del Duero, S. A.", una empresa que había roto todas las barreras, tanto en la dimensión de las concesiones como en la construcción de saltos, presas y embalses.
José Orbegozo y su pléyade de ingenieros parecían no conocer los límites en los empeños del sector hidráulico y, no se arredrados ante nada después de la extraordinaria experiencia adquirida en Ricobayo, presentaron un proyecto de regulación y aprovechamiento de las aguas del río Tera suscrito por el ingeniero de caminos, canales y puertos, Pedro Martínez Artola.
"Saltos del Duero" proyectaba construir cinco saltos, denominados Trefacio, Puebla de Sanabria, Sandín, Anta de Tera y Puente de Tera.
El primero de los embalses, Trefacio, afectaba de lleno al Lago de Sanabria a cuya salida construían un muro de escollera de 18 metros de altura «que produce una elevación del nivel de 16 metros. E. recrecimiento anegaba por completo al pueblo de Ribadelago y sus fincas de cultivo.
El resto de las infraestructuras de este primer consistían en una galería de presión de 3.470, 66 metros, una tubería de presión de 234 metros que salvaba un desnivel de 39,50 metros. La central quedaba ubicada en el arroyo Trefacio con desagüe, a través de desviaciones, a los arroyos de Vigo y Trefacio. No obstante, las aguas de estos cursos fluviales también quedaban incorporadas al salto, «bien para ser directamente utilizadas en la central, bien para ser trasvasadas al embalse del Lago».
La capacidad del embalse alcanzaba los 114 millones de metros cúbicos y la potencia instalada en la central ascendía a 7.100 kilovatios.
El segundo salto, de Puebla, disponía de la presa de derivación a 120 metros del desagüe de la central de Trefacio, sobre el arroyo Trefacio. El canal discurría a cielo abierto por un tramo de más de 7 kilómetros, que conducía el agua hasta la cámara de carga, situada aproximadamente a un kilómetro de la villa de Puebla. De la referida cámara partía la tubería metálica de presión, con una longitud de 154 metros y 2,10 metros de diámetro, salvando un salto de 53 metros. La potencia instalada en la central era de 6.150 kilovatios.
El salto de Sandín llevaba ubicada la presa de gravedad, de casi 50 metros de altura, aguas arriba del puente de Sandín. La central se emplazaba adosada a la presa y la parte central de la misma hacía de vertedero de las aguas rebosantes, formado éste por dos vanos de 15,50 metros de luz, cerrados con compuertas automáticas de 5 metros de altura. Además, sobre el vertedero marchaba una carretera. La potencia de la turbina instalada en la central era de 20.000 kilovatios.
El volumen de esta embalse superaba los 117 millones de metros cúbicos, «de los que se utilizaban 95,5 millones para la producción de energía, y quedaba un remanente de 23 millones de metros cúbicos para riego». Este pantano inundaba una extensión de 780 hectáreas y la cola del embalse llegaba hasta Puebla de Sanabria.
El proyecto hidroeléctrico de "Saltos del Duero" completaba el aprovechamiento con el salto de Anta de Tera, con unas trazas bastante parecidas al anterior, «con una planta de presa recta, con la central emplazada en la margen derecha y con una turbina de 11.000 kilovatios. La cota superior del embalse, en avenidas, se sitúa a 31 metros del lecho del río y la cola del pantano llegaría hasta el puente de Sandín.
El volumen total de este embalse era de 34 millones de metros cúbicos, de los cuales 21,5 irían destinados a la producción de energía y 11,5 para el riego. La superficie inundada por la obra alcanzaba las 42 hectáreas.
El proyecto de Martínez Artola contemplaba otro salto de Puente de Tera, con la presa situada a unos tres kilómetros aguas arriba de la carretera Villacastín-Vigo. La presa es de planta circular, de unos 300 metros de radio, utilizándose la parte central como vertedero con dos vanos.
El grupo de turbinas y generador estaba dotado para una potencia de 14.500 kilovatios. Este embalse tenía una capacidad de 40 millones de metros cúbicos, de los cuales 26,5 iban destinados a la producción energética y una reserva de 13,5 millones para riego. La cota máxima del embalse alcanzaba los 36 metros sobre el lecho del río y, entre los impactos, quedaba inundado parte del pueblo de Manzanal de Abajo.
Culminaba el aprovechamiento regulador diseñado por "Saltos del Duero" el salto de Villar de Farfón, con una presa de 25 metros de altura. Esta última ejecución quedaba pendiente de la definición de los canales de riego que indicara la Confederación Hidrográfica del Duero.
Casi en las mismas fechas puso sus ambiciones en la cuenca del Tera la sociedad "Hidroeléctrica Moncabril", que al cabo llegaría a gozar del mayor prestigio en la zona, y a la postre, de un inesperado desprestigio a consecuencia del fatídico derrumbe de una de las presas más elegantes levantadas en la sierra: Vega de Tera. Por orden ministerial del 23 de marzo de 1943 la empresa obtuvo la concesión del salto "Moncalvo-Cabril", en la zona alta del Tera. Esta obra fue declarada posteriormente, en noviembre de 1946, «de absoluta necesidad nacional».
Sin embargo, frente a las eléctricas estaba la Confederación Hidrográfica, que estudiaba con finura los proyectos presentados debido a que concebía el aprovechamiento de la cuenca del Tera dentro de un Plan General de Aprovechamientos de la Cuenca del Duero del que formaba parte trascendental el regadío.
Ningún proyecto hidroeléctrico podía ejecutarse entonces en el Tera sin conllevar un desarrollo para el sector agroganadero, de ahí la importancia de regular los caudales con la máxima eficacia, y en este orden "Saltos del Duero" recalcaba el volumen almacenado con sus obras, que parecía ofrecer agua para todo el mundo.
Con el aprovechamiento del Lago de Sanabria "Ideam, S. A." y "La Sociedad Hispano-Portuguesa de Transportes Eléctricos "Saltos del Duero" se encontrarían frente a frente, tirándose los trastos, y ambas hallarían en los ingenieros de la Confederación Hidrográfica del Duero un hueso que roer, pues exigirían a los promotores más conocimiento del terreno y más rigor a los proyectos; es decir, estudios geológicos de la zona e incluso sobre el Lago de Sanabria. Naturalmente no escondía el buen aprovechamiento que podía hacer de los trabajos de campo realizados por las Eléctricas.

«Creciente demanda de energía eléctrica de los mercados»
La Confederación Hidrográfica del Duero, a través de los informes de sus ingenieros, mantenía debidamente informado al ministro de Obras Públicas sobre todas estas aspiraciones hidroeléctricas que transformaban completamente la estampa fluvial de Sanabria.
Así, a través de los informes del ingeniero Antonio Martínez, (conservados en el Archivo General de la Confederación Hidrográfica del Duero), se conoce cómo "Saltos del Duero" aludía a «la creciente demanda de energía eléctrica de los vastos e importantes mercados alimentados por el Salto del Esla», para llevar adelante saltos en el Tera.
Orbegozo y los suyos ponían de manifiesto que, al decir de los estudios, «tal vez el Lago llamado de San Martín de Castañeda es el que mejor se presta a formar un embalse para aumentar la capacidad de producción del Salto del Esla, que, a pesar de haber alcanzado la impresionante cifra de 1.150.000.000 metros cúbicos, es pequeña para regular la aportación del río Tera, que en un quinquenio normal no baja de 5.000.000.000 metros cúbicos». En aras al interés general, la Confederación Hidrográfica del Duero apostaba por un proyecto que conllevara un aprovechamiento «con un régimen mixto de consumo para satisfacer los fines de riego y de producción de energía».