Greenpeace exige un giro radical en la gestión del agua para afrontar el cambio climático
Lun, 23/08/2004
Greenpeace pidió hoy al Gobierno central y a las Administraciones autonómicas y locales un cambio radical en sus políticas de utilización y gestión del agua en nuestro país, al considerar que el informe sobre cambio climático en Europa publicado el pasado 18 de agosto por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) "no puede ser más demoledoren lo referente al futuro de los recursos hídricos en España".
"Una vez más --señala la organización ecologista en un comunicado-- se pone en evidencia que afrontar las consecuencias del cambio climático y reparar los errores que provocan este fenómeno es prioritario, urgente y necesario".
Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, España será uno de los países europeos más afectados por el cambio climático durante el presente siglo, con el incremento de las temperaturas y la disminución de las precipitación y de los caudales de agua de nuestros ríos como algunas de las consecuencias más inmediatas.
Sin embargo, Greenpeace considera que "los efectos son ya evidentes: Ríos como el Júcar, el Segura, el Ebro o el Duero han sufrido, durante el siglo XX, descensos en sus excedentes anuales de descarga de hasta un 23 por ciento de su caudal. También las precipitaciones han disminuido en el sur de Europa un 20 por ciento y se esperan que las lluvias seguirán bajando un 1 por ciento por década. Los ecologistas advierten de que "esto afectaría directamente al caudal de los ríos de la vertiente mediterránea, conpérdidas de caudal que podrían alcanzar el 50 por ciento".
Por ello, recuerdan que las consecuencias ambientales, sociales y económicas del cambio climático "serán dramáticas" si no se toman medidas urgentes: los periodos de sequía y la falta de agua se convertirán en crónicos en buena parte de la península Ibérica.
Para evitarlo, Greenpeace considera imprescindible aplicar políticas de ahorro y optimización de los recursos hídricos. "No tiene sentido seguir planteando el desarrollo de un país o una comunidad pensando en una oferta ilimitada de un recurso cada vez más escaso y valioso como el agua --advierten-- y manteniendo los ríos como las cloacas donde terminan buena parte de nuestros residuos".
"No podemos continuar contaminando impunemente nuestros ríos y lagos convertidos de aguas poco o mal depuradas ya sean de origen urbano, industrial o agrícola --explica Julio Barea, responsable de la Campaña de Aguas--. La contaminación del agua supone la pérdida irreparable de unrecurso muy valioso y, por tanto, la disminución de agua disponible. Es urgente la aplicación de medidas encaminadas a mejorar la calidad,reutilizar y ahorrar".
"Una vez más --señala la organización ecologista en un comunicado-- se pone en evidencia que afrontar las consecuencias del cambio climático y reparar los errores que provocan este fenómeno es prioritario, urgente y necesario".
Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, España será uno de los países europeos más afectados por el cambio climático durante el presente siglo, con el incremento de las temperaturas y la disminución de las precipitación y de los caudales de agua de nuestros ríos como algunas de las consecuencias más inmediatas.
Sin embargo, Greenpeace considera que "los efectos son ya evidentes: Ríos como el Júcar, el Segura, el Ebro o el Duero han sufrido, durante el siglo XX, descensos en sus excedentes anuales de descarga de hasta un 23 por ciento de su caudal. También las precipitaciones han disminuido en el sur de Europa un 20 por ciento y se esperan que las lluvias seguirán bajando un 1 por ciento por década. Los ecologistas advierten de que "esto afectaría directamente al caudal de los ríos de la vertiente mediterránea, conpérdidas de caudal que podrían alcanzar el 50 por ciento".
Por ello, recuerdan que las consecuencias ambientales, sociales y económicas del cambio climático "serán dramáticas" si no se toman medidas urgentes: los periodos de sequía y la falta de agua se convertirán en crónicos en buena parte de la península Ibérica.
Para evitarlo, Greenpeace considera imprescindible aplicar políticas de ahorro y optimización de los recursos hídricos. "No tiene sentido seguir planteando el desarrollo de un país o una comunidad pensando en una oferta ilimitada de un recurso cada vez más escaso y valioso como el agua --advierten-- y manteniendo los ríos como las cloacas donde terminan buena parte de nuestros residuos".
"No podemos continuar contaminando impunemente nuestros ríos y lagos convertidos de aguas poco o mal depuradas ya sean de origen urbano, industrial o agrícola --explica Julio Barea, responsable de la Campaña de Aguas--. La contaminación del agua supone la pérdida irreparable de unrecurso muy valioso y, por tanto, la disminución de agua disponible. Es urgente la aplicación de medidas encaminadas a mejorar la calidad,reutilizar y ahorrar".