El aumento de la población en verano hace que en dos semanas se consuma el agua de tres meses en la capital
Dom, 15/08/2004
Pese a que el gasto se ha cuadruplicado, los acuíferos presentan un buen estado y los pantanos viven su mejor verano desde 1999 Las intensas precipitaciones del año hidrológico compensan la falta de inversiones públicas y la relajación de los hábitos de ahorro
MANUEL BECERRA/MÁLAGA
LA VIÑUELA. El embalse de la Axarquía, el más grande de la provincia, está por encima del 90% de su capacidad. / GONZALO DE QUINTA
ASÍ ESTÁN LAS PRESAS
La Concepción: Se encuentra al 85% de su capacidad máxima, con 47,6 hectómetros cúbicos (hm3).
Conde del Guadalhorce: Con 35,1 hm3, está al 50%.
Guadalteba: Contiene 76,8 hectómetros (el 49% su capacidad).
El Limonero: Al 46% con 11,5 hm3.
La Viñuela: La mayor presa de la provincia almacena 159,3 hectómetros (94%).
Guadalhorce: Al 21% (25,9 hectómetros cúbicos).
Será todavía más acusado esta semana, cuando la feria provoque el último desembarco considerable de visitantes del verano, pero durante la primera quincena de agosto el aumento de la población en la provincia ya ha hecho mella en las reservas de agua de Málaga. El consumo se ha disparado, y las cifras normales el resto del año se han multiplicado por cuatro, según los datos del parte de embalses de la Confederación Hidrográfica del Sur. Desde comienzos de mes se ha consumido un volumen de agua de los pantanos de la provincia (12,4 hectómetros cúbicos) equivalente al que abastecería a la capital, con su más de medio millón de habitantes, durante tres meses.
El repunte no sólo se debe al hecho de que la Costa del Sol duplique su población y acoja en estos momentos a más de dos millones de personas. Los pantanos también sufren en esta época del año una evaporación mayor y la demanda de agua se desboca por las enormes necesidades de las piscinas y los regadíos agrícolas.
Gracias a las abundantes lluvias del presente año y a pesar de que contienen 40 hectómetros menos que a comienzos de junio, el estado de los embalses no es preocupante. Las seis grandes presas malagueñas almacenan 356 hectómetros cúbicos, y están al 59% de su capacidad total.
Estado de los acuíferos
La situación contrasta con la del periodo 1999-2003, cuando las reservas se situaron a estas alturas del año por debajo del 50%, llegando a bajar la barrera del 35% en agosto de 2002. Además, y a diferencia de ese cuatrienio, en el que los pozos de numerosos pueblos del interior se secaron y se tuvieron que adoptar restricciones en el suministro, el estado de los acuíferos es bueno gracias a las intensas precipitaciones caídas en la provincia.
Durante el presente verano sólo se han registrado cortes de agua en cinco diseminados de Cútar, donde unas 80 familias se han visto obligadas a recibir agua no potable mediante camiones-cuba. La situación es rocambolesca, ya que aunque estos núcleos de población (Loma de los Pelones, Loma de León, Peña Hierro, Cortijo Grande y Pozo Ancho) se encuentran a sólo tres kilómetros del embalse de La Viñuela, y este pantano se encuentra por encima del 90% de su capacidad, estaban pendientes de un proyecto de abastecimiento del Plan Operativo Local de la Diputación que supla al depósito de Los Romanes (La Viñuela), ahora destinado a abastecer a las numerosas promociones de viviendas que se están levantando en la zona.
De las abundantes lluvias de este año es buena muestra un dato estadístico: aunque no llueva nada hasta el 1 de octubre -cuando finalizará el año hidrológico 2003-2004- con los 782 litros por metro cuadrado de promedio que ya se han recogido en los seis embalses de Málaga se superaría en un 36% la media histórica. Destacan los 941,7 litros medidos desde octubre de 2003 hasta la fecha en El Limonero, en la capital, que duplican con creces los 415 litros que se midieron en este punto en el mismo periodo del pasado año hidrológico.
Únicamente tres presas (Conde del Guadalhorce, La Concepción y La Viñuela) han aportado las dos últimas semanas a la red de abastecimiento 11,7 hectómetros cúbicos, es decir, el 94,3% del agua consumida. En el polo opuesto se situó la presa del Guadalhorce, cuyo vaso está afectado por la contaminación de dos manantiales salinos que hacen que el agua que almacena no sea apta ni para el consumo humano ni para riegos agrícolas. Este embalse se mantiene igual que hace quince días porque no ha inyectado agua y ha compensado la evaporación sufrida con los aportes que recibe del río Guadalhorce.
Pese a que el suministro de agua está garantizado hasta dentro de un año y medio en los municipios de la franja litoral, que mayoritariamente se abastece de las reservas de las presas, no cabe atribuir esta tranquilizadora situación a otro motivo que la bonanza climatológica. Desde la última gran sequía registrada en Málaga, entre 1991 y 1995, las inversiones públicas para aumentar la capacidad de almacenamiento de agua de la provincia han sido muy escasas. Sólo se ha construido una presa, la de Casasola, y aún no está en servicio, mientras que la desalobradora de El Atabal todavía no funciona.
Tampoco se ha apostado por las medidas de concienciación ciudadana, y el resultado ha sido un incremento del gasto de agua. Según los datos facilitados por la Empresa Municipal de Aguas de Málaga (Emasa), el consumo medio de la capital durante el año (en torno a 1.850 litros por segundo) ha crecido hasta situarse estas semanas en los 2.150 litros, un 16% más. Las comparaciones son más negativas si se hacen tomando como referencia los datos de finales del año 1995. Entonces se logró reducir el consumo hasta 1.500 litros por segundo, un 23% menos, si bien los 1.825 litros que se consumen en la actualidad se mantienen estables desde hace más de un lustro y están por debajo de los 2.000 litros por segundo del año 1994.
La capital no es una excepción. En el litoral occidental, las cifras de Acosol (Aguas de la Costa del Sol) muestran un incremento imparable del consumo, que el año pasado fue del 10% respecto a 2002. Para este ejercicio las expectativas de esta empresa, dependiente de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental, son más halagüeñas, pese a que se prevé que la demanda crezca al menos un 5%.
El aumento, que un reciente informe de la Consejería de Medio Ambiente cifraba entre un 9 y un 11% interanual, choca con las consignas de la Unión Europea, que recomienda a las zonas mediterráneas que reduzcan su consumo en un 10%.
MANUEL BECERRA/MÁLAGA
LA VIÑUELA. El embalse de la Axarquía, el más grande de la provincia, está por encima del 90% de su capacidad. / GONZALO DE QUINTA
ASÍ ESTÁN LAS PRESAS
La Concepción: Se encuentra al 85% de su capacidad máxima, con 47,6 hectómetros cúbicos (hm3).
Conde del Guadalhorce: Con 35,1 hm3, está al 50%.
Guadalteba: Contiene 76,8 hectómetros (el 49% su capacidad).
El Limonero: Al 46% con 11,5 hm3.
La Viñuela: La mayor presa de la provincia almacena 159,3 hectómetros (94%).
Guadalhorce: Al 21% (25,9 hectómetros cúbicos).
Será todavía más acusado esta semana, cuando la feria provoque el último desembarco considerable de visitantes del verano, pero durante la primera quincena de agosto el aumento de la población en la provincia ya ha hecho mella en las reservas de agua de Málaga. El consumo se ha disparado, y las cifras normales el resto del año se han multiplicado por cuatro, según los datos del parte de embalses de la Confederación Hidrográfica del Sur. Desde comienzos de mes se ha consumido un volumen de agua de los pantanos de la provincia (12,4 hectómetros cúbicos) equivalente al que abastecería a la capital, con su más de medio millón de habitantes, durante tres meses.
El repunte no sólo se debe al hecho de que la Costa del Sol duplique su población y acoja en estos momentos a más de dos millones de personas. Los pantanos también sufren en esta época del año una evaporación mayor y la demanda de agua se desboca por las enormes necesidades de las piscinas y los regadíos agrícolas.
Gracias a las abundantes lluvias del presente año y a pesar de que contienen 40 hectómetros menos que a comienzos de junio, el estado de los embalses no es preocupante. Las seis grandes presas malagueñas almacenan 356 hectómetros cúbicos, y están al 59% de su capacidad total.
Estado de los acuíferos
La situación contrasta con la del periodo 1999-2003, cuando las reservas se situaron a estas alturas del año por debajo del 50%, llegando a bajar la barrera del 35% en agosto de 2002. Además, y a diferencia de ese cuatrienio, en el que los pozos de numerosos pueblos del interior se secaron y se tuvieron que adoptar restricciones en el suministro, el estado de los acuíferos es bueno gracias a las intensas precipitaciones caídas en la provincia.
Durante el presente verano sólo se han registrado cortes de agua en cinco diseminados de Cútar, donde unas 80 familias se han visto obligadas a recibir agua no potable mediante camiones-cuba. La situación es rocambolesca, ya que aunque estos núcleos de población (Loma de los Pelones, Loma de León, Peña Hierro, Cortijo Grande y Pozo Ancho) se encuentran a sólo tres kilómetros del embalse de La Viñuela, y este pantano se encuentra por encima del 90% de su capacidad, estaban pendientes de un proyecto de abastecimiento del Plan Operativo Local de la Diputación que supla al depósito de Los Romanes (La Viñuela), ahora destinado a abastecer a las numerosas promociones de viviendas que se están levantando en la zona.
De las abundantes lluvias de este año es buena muestra un dato estadístico: aunque no llueva nada hasta el 1 de octubre -cuando finalizará el año hidrológico 2003-2004- con los 782 litros por metro cuadrado de promedio que ya se han recogido en los seis embalses de Málaga se superaría en un 36% la media histórica. Destacan los 941,7 litros medidos desde octubre de 2003 hasta la fecha en El Limonero, en la capital, que duplican con creces los 415 litros que se midieron en este punto en el mismo periodo del pasado año hidrológico.
Únicamente tres presas (Conde del Guadalhorce, La Concepción y La Viñuela) han aportado las dos últimas semanas a la red de abastecimiento 11,7 hectómetros cúbicos, es decir, el 94,3% del agua consumida. En el polo opuesto se situó la presa del Guadalhorce, cuyo vaso está afectado por la contaminación de dos manantiales salinos que hacen que el agua que almacena no sea apta ni para el consumo humano ni para riegos agrícolas. Este embalse se mantiene igual que hace quince días porque no ha inyectado agua y ha compensado la evaporación sufrida con los aportes que recibe del río Guadalhorce.
Pese a que el suministro de agua está garantizado hasta dentro de un año y medio en los municipios de la franja litoral, que mayoritariamente se abastece de las reservas de las presas, no cabe atribuir esta tranquilizadora situación a otro motivo que la bonanza climatológica. Desde la última gran sequía registrada en Málaga, entre 1991 y 1995, las inversiones públicas para aumentar la capacidad de almacenamiento de agua de la provincia han sido muy escasas. Sólo se ha construido una presa, la de Casasola, y aún no está en servicio, mientras que la desalobradora de El Atabal todavía no funciona.
Tampoco se ha apostado por las medidas de concienciación ciudadana, y el resultado ha sido un incremento del gasto de agua. Según los datos facilitados por la Empresa Municipal de Aguas de Málaga (Emasa), el consumo medio de la capital durante el año (en torno a 1.850 litros por segundo) ha crecido hasta situarse estas semanas en los 2.150 litros, un 16% más. Las comparaciones son más negativas si se hacen tomando como referencia los datos de finales del año 1995. Entonces se logró reducir el consumo hasta 1.500 litros por segundo, un 23% menos, si bien los 1.825 litros que se consumen en la actualidad se mantienen estables desde hace más de un lustro y están por debajo de los 2.000 litros por segundo del año 1994.
La capital no es una excepción. En el litoral occidental, las cifras de Acosol (Aguas de la Costa del Sol) muestran un incremento imparable del consumo, que el año pasado fue del 10% respecto a 2002. Para este ejercicio las expectativas de esta empresa, dependiente de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental, son más halagüeñas, pese a que se prevé que la demanda crezca al menos un 5%.
El aumento, que un reciente informe de la Consejería de Medio Ambiente cifraba entre un 9 y un 11% interanual, choca con las consignas de la Unión Europea, que recomienda a las zonas mediterráneas que reduzcan su consumo en un 10%.