Los análisis realizados en Proserpina muestran una buena calidad del agua

Dom, 08/08/2004

Hoy

Cada semana se toman muestras de elementos microbiológicos en las zonas aledañas al embalse Se sigue con la línea continuista iniciada el pasado año En algunas zonas se han hallado residuos sólidos urbanos
MERCHE ESPINOSA/MÉRIDA
La calidad del agua de Proserpina es buena, tal y como se desprende de las analíticas realizadas el pasado mes de julio por los inspectores de la Dirección General de Salud de la Consejería de Sanidad y Consumo. Esta labor se lleva a cabo dentro de la campaña oficial de verano que todos los años efectúa este organismo con el fin de garantizar el óptimo estado de las zonas de baño de la región.

En concreto, estos análisis fueron tomados el pasado 26 julio, última fecha en la que se recogió nuevos datos. En ellos se constata que los valores registrados en el embalse están muy por debajo de los límites considerados por el Gobierno regional como preocupantes o alarmantes.

Estos parámetros se catalogan en tres niveles para apreciar con facilidad la calidad el agua de las zonas de baño de Extremadura. El nivel dos corresponde a espacios donde la calidad del agua es muy buena y, por tanto, especialmente apta para el baño público.

La puntuación uno muestra aguas aptas para el baño y de buena calidad. El cero se refiere a zonas que no son aptas, mientras que aparecen sin calificar los lugares no oficiales que, aunque se suelen utilizar para el baño, la autoridad sanitaria no controla y que tampoco están censadas.

Según asegura Eulogio González, director de Salud del Área de Mérida, Proserpina tiene, en estos momentos, un nivel uno de calidad en sus aguas. «Siendo humildes hablaríamos de un estado uno. Eso sí, la catalogación final se establece al final de la temporada oficial de baño, el 30 de septiembre, y depende de los resultados obtenidos a lo largo de todo este período», afirma.

Las tomas

Las muestras se toman semanalmente en las zonas más cercanas al embalse. En la mayoría de los casos se realizan en las inmediaciones de la playa y las proximidades de los chiringuitos que en esta época están instalados en distintos puntos de Proserpina.

El equipo de trabajo está compuesto por una serie de farmacéuticos del Servicio Extremeño de Salud, quienes se encargan de realizan las tomas y las envían al laboratorio de Salud pública, ubicado en Badajoz.

Durante un período de 48 a 72 horas se analizan las muestras recogidas y se informa a las autoridades sanitarias del resultado de dichos informes.

Los análisis examinan 20 parámetros distintos de calidad de agua. Los dos más importantes son la concentración de coliformes y factores físico-químicos como el pH (la acidez) o la presencia de detergentes. Los coliformes son microorganismos cuya presencia excesiva puede causar en el bañista gastroenteritis, otitis, conjuntivitis, problemas en la piel, etc.

Siempre y cuando los resultados estén dentro de los parámetros considerados normales, no se tiene por qué informar a las administraciones.

Eso sí, en cuanto estos análisis detectan una cantidad amenazante de estas sustancias, enfatiza el director de Salud del Área, se da aviso a las autoridades locales y a la Confederación Hidrográfica del Guadiana para que tomen medidas, generalmente sobre los vertidos.

«Debe existir una perfecta coordinación entre Confederación, Junta y Ayuntamiento para adecuar la zona lo más posible con el fin de garantizar la salud pública», agrega.

Residuos sólidos

Pese a que los datos son aparentemente positivos, Eulogio González insiste en que en determinados espacios adyacentes al embalse se ha detectado una excesiva cantidad de residuos sólidos urbanos. Por este motivo, el SES ha recomendado a la autoridad local que estudie detenidamente el vertido de residuos sólidos en este espacio.

Asimismo, se ha aconsejado que se incrementen las operaciones de limpieza, principalmente en el área de los chiringuitos, y que a su vez se aumenten el número de carteles donde se prohíbe arrojar basura.

Previsiblemente, según el director de Salud, estos factores contribuyeron a que durante años la calidad del agua del embalse no fuera del todo buena.

Por contra, desde la temporada pasada las analíticas están arrojando buenos resultados (en el 2003 la catalogación final fue de buena calidad), con lo que se refleja así una línea continuista que depende en buena parte, enfatiza González, de la concienciación de todos los ciudadanos. «Creo que ya se están tomando cartas en el asunto», concluye