CATALUÑA FORUM 2004/DEPURADORA BESOS Depuradora Besós: lo que no se ve pero a veces se huele del Fórum

Vie, 06/08/2004

EFE

Mientras en el recinto del Fórum resuenan los tambores de Burundi y los visitantes cuelgan sus talismanes por un mundo mejor, bajo sus pies corren a diario cientos de miles de metros cúbicos de aguas residuales que son tratadas en la nueva depuradora cubierta del Besós, una obra de ingeniería faraónica que no se ve, pero que a veces se deja oler.
El área donde en la actualidad se desarrollan los acontecimientos del Fórum, en la desembocadura del río Besós, estuvo hasta hace poco ocupada por suelos de escasa vegetación, marismas y viejas industrias y construcciones, entre ellas la antigua depuradora barcelonesa.
La construcción del recinto Fórum supuso una transformación radical de esta zona de la ciudad y permitió integrar la depuradora de aguas residuales urbanas, hasta entonces al descubierto, en el nuevo espacio del Fórum, con el objetivo de demostrar que podían convivir en un mismo lugar infraestructuras de saneamiento de aguas junto con actividades abiertas a la ciudadanía.
El resultado de esta remodelación es que la plaza del Fórum, donde se celebran a diario espectáculos, juegos, debates, ferias y talleres, es el techo de la gran depuradora de aguas residuales urbanas de seis municipios del área metropolitana de Barcelona (Barcelona, Badalona, Sant Adriá de Besos, Santa Coloma de Gramenet, Montgat y Tiana).
La depuradora, ubicada en las entrañas del Fórum y completamente cubierta y desodorizada -aunque a veces un inevitable olor desagradable impregna el ambiente del recinto- pasa inadvertida para los miles de ciudadanos que hasta ahora se han dejado ver por el evento.
Los responsables de la planta se muestran "muy satisfechos" con el escaso impacto de los olores en las instalaciones, ya que gracias a un tratamiento de desodorización se ha conseguido reducirlos a unos niveles prácticamente inapreciables.
"El olor es un elemento que depende de la sensibilidad de las personas para captar pequeñas partículas de olores", ha explicado José Carlos Fernández Rubio, gerente de la Empresa Metropolitana de Saneamiento SA (EMSSA), quien reconoce que, a pesar de las reducciones, "una persona puede captar en un momento dado algo de olor".
Esta planta, que funciona en una primera fase de depuración, trata a diario las aguas residuales del 75% de los ciudadanos de la provincia de Barcelona, el equivalente al de una población de unos tres millones de personas.
Las aguas son conducidas por grandes colectores hasta la planta, en la que son tratadas con procedimientos físicos y químicos y, una vez depuradas, vertidas a tres kilómetros del litoral y a cincuenta metros de profundidad a través de un conducto submarino, por lo que el impacto medioambiental "es mínimo".
Está previsto que a finales del próximo año finalice la segunda fase de las obras de la planta, que permitirá tratar biológicamente los 450.000 metros cúbicos de agua que llegan diariamente a la depuradora, un cauce que incluso podrá ampliarse a 600.000 metros cúbicos.
Estas nuevas instalaciones, que funcionarán gracias a unos cultivos de bacterias que se alimentan de materia orgánica residual, permitirán obtener un agua "mucho más purificada", aunque no reutilizable, algo que se consigue únicamente con tratamientos terciarios, que también está previsto que se apliquen en un futuro en la depuradora, aunque aún no se ha fijado una fecha.
El agua que sale de la depuradora tras el tratamiento primario tiene una calidad ambiental del 80%, mientras que con el tratamiento biológico se alcanzará una calidad del agua de entre el 90 y el 95%, según ha explicado el gerente de EMSSA, que ha precisado que de esta manera "el agua será asumida por el medio ambiente sin producir impactos negativos".
El diseño de la que es la depuradora más grande de Europa ha permitido su "encaje en el entorno urbano de manera sostenible", pero también ha hecho posible unir la ciudad con el mar, gracias al soterramiento de las antiguas instalaciones, que ejercían de barrera entre Barcelona y el litoral. EFE.