Todos pendientes del cielo

Jue, 05/08/2004

Lluvia, sol, viento, frío o calor... Aunque las predicciones afinan cada vez más, muchos sectores dependen de los dictados de la climatología.

A una compañía como Iberdrola, con un 40% de su capacidad eléctrica instalada obtenida de fuentes hidráulicas, un año de lluvias abundantes le permite incrementar de media un 58% los kilovatios hora generados mediante esta fuente energética limpia y barata.

Por el contrario, lluvia y frío "provocan una caída del 20% mínimo en las reservas hoteleras a la vez que los clientes acortan sus estancias", asegura Ramón Estalella, secretario general de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos.

A los agricultores de la localidad madrileña de Arganda del Rey el pedrisco les ha ocasionado daños por valor de 1,2 millones de euros el pasado 6 de julio, en pleno verano.

Como el sector eléctrico o el turismo, la agricultura, la construcción, el transporte aéreo y marítimo, el sector textil... Pero también los fabricantes y vendedores de aire acondicionado, de equipos de calefacción, bebidas y refrescos, heladeros, organizadores de conciertos y eventos al aire libre... Todos son sensibles a los efectos de la climatología sobre sus ventas, ingresos o el desarrollo de su actividad.

Sólo en Estados Unidos, "se calcula que los daños causados cada año por los fenómenos meteorológicos adversos ascienden a 20.000 millones de dólares", señala Jaime García-Legaz, consejero técnico de la Dirección General del Instituto Nacional de Meteorología (INM).

Pero a la hora de hablar de la climatología, bien vale el dicho de Nunca llueve a gusto de todos. La ola de calor del pasado verano trajo consigo apagones, pero a su vez benefició a un sector como el cervecero, cuyo consumo aumentó en España un 6%, mientras disminuyó el de vino. Sin embargo, el calor trae una uva de mejor calidad y, en consecuencia, mejores caldos.

La hostelería vive con especial preocupación las previsiones meteorológicas, sobre todo por esa costumbre tan española de "decidirlo todo a última hora", un fenómeno que se está extendiendo a otros países. "Los alemanes se están convirtiendo en clientes habituales de las ofertas de última hora y en el último momento, con primaveras o veranos más fríos de lo normal en su país, bajan a España", cuenta Estalella.

Uno de los sectores más sensibles a los vaivenes de borrascas y anticiclones es el energético. Precisamente es en invierno y en verano cuando se dispara la demanda de gas y electricidad por el consumo de calefacciones y aparatos de aire acondicionado, respectivamente. La ola de calor y un verano más largo de lo habitual puso a prueba a este sector el año pasado. En el presente, ya se han vivido situaciones límite, apagones incluidos en Sevilla y Melilla por la incapacidad de la red de soportar los picos de demanda récord.

Pero éste no ha sido el único mercado víctima indirecta de de una atmósfera siempre cambiante. El tiempo cogió a traspiés en 2003 a los grandes de la moda, con la colección de otoño/invierno en las tiendas y el termómetro en media España con 40 grados a la sombra. Un hecho que se dejó notar en las cuentas del sector, con empresas como Inditex, que vio cómo sus ventas en superficie comparable caían un 2%.

El calor reventó a su vez el mercado del aire acondicionado.

"Hubo una rotura de stocks" señala Salvador Martí, director general de Media Markt en España. "Ese trauma en el consumidor ha provocado que este año, a pesar de que no se esperaba tanto calor como hace un año, haya sido mucho más previsor", añade.

En el mercado doméstico de la climatización se ha detectado un adelanto de las compras a los meses previos a la temporada estival.

Las cifras son espectaculares. Fuentes del sector señalan que en las tiendas la demanda se ha incrementado el 216% en este periodo, un 450% en Media Markt. No sólo porque la gente se haya preparado para lo peor, sino también por el hecho de que "el aire acondicionado ha pasado de ser un artículo de lujo a un producto de uso habitual", explica Martí.

Hoy en día las previsiones meteorológicas a largo plazo no son del todo fiables, aunque sí las de tendencia y las previsiones a corto. La predicción se ha convertido, para miles de empresas, en imprescindible a la hora de orientar su negocio . "Gracias a la toma de decisiones basadas en predicciones precisas, avisos y otros servicios meteorológicos, cada año se ahorran cientos de millones de euros", apunta García-Legaz. Y si es posible, es por los avances de la meteorología.

EL TIEMPO A MEDIDA

El Instituto Nacional de Meteorología, máxima autoridad en España en este asunto, "distribuye predicciones meteorológicas a tres días con un margen de acierto de entre el 90% y el 100%", afirma un portavoz de este organismo. Incluso existen proyecciones del tiempo previsto a diez días. Pero para quienes requieren diagnósticos más precisos o productos a medida, hay todo un mundo de posibilidades.

El precio de una predicción meteorológica a medida va de los tres euros hasta los 20.000, 30.000... O incluso más. "Depende de las características del encargo", afirma Humberto Ron, responsable del área comercial del INM, que maneja más de 250 productos.

En este tipo de trabajos lo que cuenta es sobre todo el tiempo de computación de equipos informáticos capaces de realizar millones de operaciones matemáticas por segundo. Un negocio que, en el caso del INM genera unos ingresos anuales para las arcas públicas por un valor aproximado equivalente al 40% del los 84 millones de euros con los que cuenta de presupuesto esta entidad pública.

¿Qué beneficios sacan sus clientes de ello? "Fundamentalmente se trata de ahorrar costes o rentabilizar las actividades de terceros", añade.

Esta institución sirve información, además de a todos los organismos públicos -Protección Civil, Defensa, medios de comunicación-, a Eurocontrol en Bruselas, que necesita saber diferentes variables relacionadas con la meteorología para organizar el tráfico aéreo.

Como señala Javier Martín-Sanz, del Colegio de Pilotos, "un cumulonimbus -también conocidas como nube de tormenta- puede derribar un avión en vuelo". O al operador de la red gasística española, Enagás, y a Red Eléctrica -propietaria de la red de alta tensión-, que de acuerdo con las previsiones de temperaturas máximas y mínimas calculan la energía que necesitará el sistema para atender la demanda. Un consumo que en el caso del mercado eléctrico "es un 12% ó 15% superior durante los meses de mayor demanda -invierno y verano- respecto a los de menor demanda", según estimaciones de Iberdrola.

De igual modo, las constructoras planifican en función de las isobaras su trabajo. Sabiendo cuándo llegan las heladas y lluvias o anticipándose a los cambios anómalos de las temperaturas es posible organizar mejor los recursos personales y materiales a la hora de asfaltar u organizar las obras en las edificaciones.

Al calor de esta creciente demanda de información sobre el tiempo, han nacido empresas especializadas en la elaboración de estudios meteorológicos a medida. Desde informes sobre el flujo de corrientes de aire para la instalación de parques eólicos a predicciones meteorológicas locales, de oleaje, presencia de nubes... "Aunque no les aseguramos un cien por cien de fiabilidad, termina siendo rentable", reconoce Joan Aymami, director general de Meteosim, una de las empresas recién surgidas en este terreno.

Las aplicaciones de este tipo de estudios son de lo más variopintas.

Conociendo con antelación la temperatura, humedad y la dirección y velocidad del viento, una estación de esquí puede programar las horas de funcionamiento de los cañones de nieve artificial y, por tanto, organizar adecuadamente sus necesidades de personal.

O está el caso de las productoras cinematográficas, que mueven importantes recursos económicos y humanos en sus rodajes en el exterior, planes que una tormenta puede arruinar totalmente.

Existe también demanda a posteriori. Car's Center, compañía especializada en la reparación de abolladuras en los coches causadas por el pedrisco, ha contratado a Meteosim para que les envíe información detallada de las zonas afectadas en España y Europa por este tipo de inclemencia, para luego enviar allí sus unidades móviles y especialistas.

Las perspectivas de negocio para las empresas de estudios y pronósticos meteorológicos son halagüeñas. Sobre todo ahora que la ley obliga a los productores de energía eólica a comunicar, a partir del 1 de enero de 2005, su previsión diaria de producción para evitar las consecuencias sobre el sistema eléctrico de los vaivenes en el suministro de una energía poco predecible.

METEORÓLOGO A DOMICILIO

Este deseo de saber qué tiempo va a hacer no es exclusivo de negocios sensibles a anticiclones y borrascas. ¿A qué se debe si no la proliferación de las pequeñas estaciones meteorológicas en los hogares de miles de españoles? Oregon Scientific, compañía pionera en este mercado, lleva vendidas más de un millón de estos aparatos desde 1999, año de su llegada a España. El éxito de este producto-regalo está en "ofrecer al cliente un pronóstico del tiempo en su zona para las próximas 12-24 horas con una fiabilidad de aproximadamente el 90%", señala Luis Royo, director de filial española de la multinacional con base en Hong Kong. El 35% de los ingresos de la compañía -16 millones de euros previstos en España en 2004- proviene de este mercado.

¿Pero qué hacer cuándo una tormenta destruye toda la cosecha, como ha sucedido a los agricultores y ganaderos de la localidad madrileña de Arganda del Rey? Cipriano Guillén, presidente de los agricultores de la zona, cifra los daños causados en viñedos y olivos por el pedrisco y el agua que calló allí el pasado 6 de julio en "1,2 millones de euros". Los agricultores reclaman ahora ayuda a las administraciones para salir de una situación que los seguros cubren parcialmente. Existe un amplio catálogo de posibilidades a la hora de minimizar las consecuencias en el campo de heladas, el pedrisco, inundaciones... El director de la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (ENASA), Fernando J. Burgaz, señala que en 2003 "casi 470.000 agricultores, ganaderos y piscicultores se aseguraron por un valor total de 8.000 millones de euros". Por otro lado, Agroseguro, entidad que agrupa a las entidades de seguros agrarios combinados, pagó indemnizaciones por casi 241 millones de euros.

Aunque aún no está muy extendido en España, existe incluso un mercado internacional en Londres donde se negocian derivados sobre el clima. Un producto muy atractivo para aquellas empresas que quieran cubrir el riesgo de las condiciones meteorológicas.

Desde clubes de golf hasta cadenas de bares. Los interesados pagan una prima anual de entre el 5% y el 20% de la cantidad asegurada. El producto va ligado a un aspecto del clima -temperatura, precipitaciones- y su funcionamiento es muy sencillo: si hace más frío del previsto, o llueve y no se puede jugar al golf, la compañía recibe la cantidad acordada.

La factura de Kioto

En la relación clima-economía, el Protocolo de Kioto es la máxima expresión del efecto nocivo de determinados sectores sobre el comportamiento del clima del Planeta. Este acuerdo, por el que los países industrializados -todos menos Estados Unidos- se comprometen a reducir sus emisiones de gases invernadero un 5% de media respecto a los niveles de 1990, empieza ahora a perfilarse en Europa.

Cumplir con los límites marcados a las emisiones de CO2 a la atmósfera va a costar mucho dinero a las empresas. Entre los sectores más afectados están las papeleras, la industria siderúrgica, fábricas de vidrio y cerámica, el sector energético y las cementeras.

Según las estimaciones que maneja sobre este complejo asunto Félix Hernández, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y miembro del Intergovernamental Panel on Climate Change, "su coste para las empresas va a suponer una cantidad estimada de entre el 0,4% y el 0,7% del PIB". Ese gasto se trasladará de una forma u otra al consumidor final, lo que encarecerá los precios. La conclusión es que "se podría incrementar la inflación entre 1,6 y 2,7 puntos más", estima este experto.

En el peor de los casos, muchas pequeñas empresas desaparecerán o tendrán que integrarse en otras para sobrevivir. La consultora PricewaterhouseCoopers estima que la compra de derechos de emisión en el periodo 2008-2012, representará un coste anual para las compañías españolas afectadas de 2.400 millones de euros.

LUIS ROYO, Director General Oregon Scientific:

"El 35% de nuestro negocio está en la venta de estaciones meteorológicas a los hogares"

Las predicciones a medida no son 100% fiables pero, aún así, resultan rentables

CIPRIANO GUILLÉN, Presidente de la Asociación de Agricultores de Arganda del Rey (Madrid):

"El pedrisco nos ha causado daños valorados en 1,2 millones de euros"

SALVADOR MARTÍ, Director General Media Markt:

"El consumidor ha sido más previsor y ha adelantado a la primavera sus compras de aparatos de aire acondicionado"