Barreda y Valcárcel no llegan a un acuerdo sobre futuro del Trasvase
Jue, 29/07/2004
El presidente regional reiteró al de Murcia que la Comunidad precisa de 637 hectómetros cúbicos para garantizar las carencias de abastecimiento Valcárcel reconoce que «Murcia no puede reclamar agua si Castilla-La Mancha tiene necesidades»
TOLEDO / No hubo ningún acuerdo. El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, recibió ayer a su homólogo de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, para abordar los problemas del Trasvase Tajo-Segura y su futuro, en un ambiente que ambos se habían encargado de crispar y caldear durante los últimos días.
La visita a Toledo del presidente murciano, Ramón Luis Valcárcel, sirvió ayer para comprobar que existe una amenaza real sobre el futuro del Trasvase del Tajo al Segura. La pelota -un sentimiento anti trasvase que se está extendiendo como una mancha de aceite por Castilla-La Mancha a raíz de la derogación del trasvase del Ebro- está ahora en el tejado de la ministra Cristina Narbona.
El jefe del ejecutivo castellano-manchego, José María Barreda, con quien se reunió Valcárcel en el Palacio de Fuensalida, negó cualquier posibilidad de acuerdo para compartir los caudales del Tajo, ya que a su juicio ya no existen excedentes en la cabecera para enviar a la cuenca del Segura.
En la rueda de prensa posterior a la reunión, que duró menos de una hora, Barreda se mostró todavía más inflexible que días pasados y declaró que los envíos de agua deben cesar los antes posible. «Podemos intentar ponernos de acuerdo en los plazos para que no se colapse la economía murciana», explicó a modo de concesión, así como que su comunidad, siempre que tenga recursos nunca negará el agua para los abastecimientos de la población de Murcia.
El tono moderado y proclive al acuerdo mostrado por Valcárcel sólo encontró respuesta en el agradecimiento de Barreda de que hubiera viajado hasta Toledo para dialogar, algo que valoró como «un punto de inflexión» para revisar el trasvase y reconocer que la región vecina tiene necesidades que satisfacer. Barreda dijo que el acueducto «está fuera de plazo y de lugar en el tiempo», que es una obra de la dictadura franquista y que la sociedad española es ahora distinta a la del año 1971.
Subrayó que su comunidad necesita ahora 637 hectómetros cúbicos anuales para atender el crecimiento de su población y de los regadíos, y señaló que «no es razonable que el crecimiento de Murcia se base en un recurso que no es suyo y que es lejano». A la pregunta de qué deben hacer las decenas de miles de regantes de Murcia, Alicante y Almería, Barreda contestó que «tienen que cambiar de mentalidad, porque no hay agua suficiente. Murcia tiene mar y puede desalar. No se puede pretender que desde fuera de Murcia se le dé solución a sus problemas. Murcia no puede seguir basando sus expectativas de desarrollo en el Tajo, y menos con aguas que no benefician a nuestras tierras. No soy impaciente ni fundamentalista, y agua para beber no faltará».
«Fecha de caducidad»
Barreda incidió en que, según la ley de Aguas, el trasvase tiene fecha de caducidad, y señaló que legalmente no existe concesiones, sino autorización, dando a entender que jurídicamente habría menos obstáculos para paralizar el acueducto. «Existían las leyes fundamentales (del franquismo) y se derogaron», dijo.
El dirigente socialista castellano-manchego no dejó ningún resquicio abierto a un acuerdo, ya que se negó también ante la propuesta de Valcárcel de estudiar un trasvase desde el Tajo Medio para liberar la cabecera, y rechazó también que su gobierno haya cambiado de criterio a raíz de la derogación del Trasvase del Ebro, que había apoyado José Bono, así como el Plan de cuenca del Tajo. Barreda,que se mostró dispuesto a seguir dialogando, dijo que «no estamos contra Murcia».
Tanto Barreda como Valcárcel coincidieron, cada uno con sus palabras, que a raíz de la eliminación del trasvase del Ebro, que tomaba las aguas en la desembocadura, «no se puede comprender intelectualmente que exista un discurso distinto para sacar agua de la cabecera del Tajo, que es además una tropelía medioambiental», señaló Barreda.
El presidente Ramón Luis Valcárcel, mostró en su comparecencia ante los periodistas un tono más moderado y abierto al acuerdo. Subrayó que no había acudido a Toledo a pedir más agua del Tajo, y apostó por solucionar los problemas de abastecimiento en Castilla-La Mancha. «Queremos buscar fórmulas conjuntas que sean compatibles para cubrir las necesidades de nuestras dos regiones, sin que ello suponga una merma de caudales para el Segura».
Más diálogo
Valcárcel propuso seguir dialogando y la celebración de una reunión de ambos presidentes con la ministras Cristina Narbona, ya que a su juicio ésta es quien debe resolver el problema planteado, y cuyas culpa no deben recaer ni en Murcia ni en Castilla-La Mancha.
Propuso también estudiar una trasvase desde el Tajo Medio, desde el Alberche y la presa de Azután, para aliviar la cabecera y abastecer a Ciudad Real, las tablas de Daimiel y Albacete. «Soy solidario con los problemas de Castilla-La Mancha», dijo, a la vez que apostó por seguir reivindicando el Ebro.
«Este problema se ha generado porque el Gobierno ha cerrado el grifo del Ebro, y se quiere que lo pague Castilla-La Mancha. Será ahora Rodríguez Zapatero quien tenga que dar explicaciones. Barreda me ha dicho que el trasvase del Tajo no es ilimitado, aunque no me ha hablado de fechas, y está dispuesto a estudiar alternativas porque dice que no pretende hundir a Murcia». Valcárcel advirtió que Murcia necesita los volúmenes de agua del Tajo, ya que de lo contrario estaríamos condenando a nuestra Región a la emigración y a un importante parón de su actividad económica.
Por otra parte, de manera previa a la reunión, el jefe del Ejecutivo de Murcia dijo que «es de mala educación» que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, haya remitido una copia a la Junta de Castilla-La Mancha de la carta que le envió a él sobre el futuro del trasvase Tajo-Segura.
La carta de Zapatero
Valcárcel, en rueda de prensa, respondió así al ser preguntado por la polémica generada en Murcia y Castilla-La Mancha al conocerse el contenido de la carta enviada por Zapatero, en la que, según dijo ayer, el Gobierno central asegura el mantenimiento de los caudales trasvasados en el acueducto Tajo-Segura.
Según el presidente de Murcia, el hecho de que su homólogo castellano-manchego, José María Barreda, tenga conocimiento del contenido de ese escrito «debe quedarse en una anécdota», si bien aseguró que él «nunca lo hubiera hecho».
TOLEDO / No hubo ningún acuerdo. El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, recibió ayer a su homólogo de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, para abordar los problemas del Trasvase Tajo-Segura y su futuro, en un ambiente que ambos se habían encargado de crispar y caldear durante los últimos días.
La visita a Toledo del presidente murciano, Ramón Luis Valcárcel, sirvió ayer para comprobar que existe una amenaza real sobre el futuro del Trasvase del Tajo al Segura. La pelota -un sentimiento anti trasvase que se está extendiendo como una mancha de aceite por Castilla-La Mancha a raíz de la derogación del trasvase del Ebro- está ahora en el tejado de la ministra Cristina Narbona.
El jefe del ejecutivo castellano-manchego, José María Barreda, con quien se reunió Valcárcel en el Palacio de Fuensalida, negó cualquier posibilidad de acuerdo para compartir los caudales del Tajo, ya que a su juicio ya no existen excedentes en la cabecera para enviar a la cuenca del Segura.
En la rueda de prensa posterior a la reunión, que duró menos de una hora, Barreda se mostró todavía más inflexible que días pasados y declaró que los envíos de agua deben cesar los antes posible. «Podemos intentar ponernos de acuerdo en los plazos para que no se colapse la economía murciana», explicó a modo de concesión, así como que su comunidad, siempre que tenga recursos nunca negará el agua para los abastecimientos de la población de Murcia.
El tono moderado y proclive al acuerdo mostrado por Valcárcel sólo encontró respuesta en el agradecimiento de Barreda de que hubiera viajado hasta Toledo para dialogar, algo que valoró como «un punto de inflexión» para revisar el trasvase y reconocer que la región vecina tiene necesidades que satisfacer. Barreda dijo que el acueducto «está fuera de plazo y de lugar en el tiempo», que es una obra de la dictadura franquista y que la sociedad española es ahora distinta a la del año 1971.
Subrayó que su comunidad necesita ahora 637 hectómetros cúbicos anuales para atender el crecimiento de su población y de los regadíos, y señaló que «no es razonable que el crecimiento de Murcia se base en un recurso que no es suyo y que es lejano». A la pregunta de qué deben hacer las decenas de miles de regantes de Murcia, Alicante y Almería, Barreda contestó que «tienen que cambiar de mentalidad, porque no hay agua suficiente. Murcia tiene mar y puede desalar. No se puede pretender que desde fuera de Murcia se le dé solución a sus problemas. Murcia no puede seguir basando sus expectativas de desarrollo en el Tajo, y menos con aguas que no benefician a nuestras tierras. No soy impaciente ni fundamentalista, y agua para beber no faltará».
«Fecha de caducidad»
Barreda incidió en que, según la ley de Aguas, el trasvase tiene fecha de caducidad, y señaló que legalmente no existe concesiones, sino autorización, dando a entender que jurídicamente habría menos obstáculos para paralizar el acueducto. «Existían las leyes fundamentales (del franquismo) y se derogaron», dijo.
El dirigente socialista castellano-manchego no dejó ningún resquicio abierto a un acuerdo, ya que se negó también ante la propuesta de Valcárcel de estudiar un trasvase desde el Tajo Medio para liberar la cabecera, y rechazó también que su gobierno haya cambiado de criterio a raíz de la derogación del Trasvase del Ebro, que había apoyado José Bono, así como el Plan de cuenca del Tajo. Barreda,que se mostró dispuesto a seguir dialogando, dijo que «no estamos contra Murcia».
Tanto Barreda como Valcárcel coincidieron, cada uno con sus palabras, que a raíz de la eliminación del trasvase del Ebro, que tomaba las aguas en la desembocadura, «no se puede comprender intelectualmente que exista un discurso distinto para sacar agua de la cabecera del Tajo, que es además una tropelía medioambiental», señaló Barreda.
El presidente Ramón Luis Valcárcel, mostró en su comparecencia ante los periodistas un tono más moderado y abierto al acuerdo. Subrayó que no había acudido a Toledo a pedir más agua del Tajo, y apostó por solucionar los problemas de abastecimiento en Castilla-La Mancha. «Queremos buscar fórmulas conjuntas que sean compatibles para cubrir las necesidades de nuestras dos regiones, sin que ello suponga una merma de caudales para el Segura».
Más diálogo
Valcárcel propuso seguir dialogando y la celebración de una reunión de ambos presidentes con la ministras Cristina Narbona, ya que a su juicio ésta es quien debe resolver el problema planteado, y cuyas culpa no deben recaer ni en Murcia ni en Castilla-La Mancha.
Propuso también estudiar una trasvase desde el Tajo Medio, desde el Alberche y la presa de Azután, para aliviar la cabecera y abastecer a Ciudad Real, las tablas de Daimiel y Albacete. «Soy solidario con los problemas de Castilla-La Mancha», dijo, a la vez que apostó por seguir reivindicando el Ebro.
«Este problema se ha generado porque el Gobierno ha cerrado el grifo del Ebro, y se quiere que lo pague Castilla-La Mancha. Será ahora Rodríguez Zapatero quien tenga que dar explicaciones. Barreda me ha dicho que el trasvase del Tajo no es ilimitado, aunque no me ha hablado de fechas, y está dispuesto a estudiar alternativas porque dice que no pretende hundir a Murcia». Valcárcel advirtió que Murcia necesita los volúmenes de agua del Tajo, ya que de lo contrario estaríamos condenando a nuestra Región a la emigración y a un importante parón de su actividad económica.
Por otra parte, de manera previa a la reunión, el jefe del Ejecutivo de Murcia dijo que «es de mala educación» que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, haya remitido una copia a la Junta de Castilla-La Mancha de la carta que le envió a él sobre el futuro del trasvase Tajo-Segura.
La carta de Zapatero
Valcárcel, en rueda de prensa, respondió así al ser preguntado por la polémica generada en Murcia y Castilla-La Mancha al conocerse el contenido de la carta enviada por Zapatero, en la que, según dijo ayer, el Gobierno central asegura el mantenimiento de los caudales trasvasados en el acueducto Tajo-Segura.
Según el presidente de Murcia, el hecho de que su homólogo castellano-manchego, José María Barreda, tenga conocimiento del contenido de ese escrito «debe quedarse en una anécdota», si bien aseguró que él «nunca lo hubiera hecho».