Valencia critica que Narbona imponga las desaladoras que expedienta Andalucía

Dom, 18/07/2004

La Razón

La Generalitat valenciana ha criticado que la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, quiera llevar a esta comunidad autónoma las desaladoras que en Andalucía han sido expedientadas por el propio Gobierno de Manuel Chaves por vertidos de salmuera y gases tóxicos. Así lo indicó ayer el consejero de Territorio y Vivienda, Rafael Blasco, quien aseguró que el Plan de Desaladoras presentado por el Gobierno central tras derogar el proyecto de trasvase del Ebro «carece» de estudios de impacto ambiental y vaticinó graves problemas ecológicos derivados de su puesta en marcha.
Valencia- El consejero de Territorio y Vivienda de la Generalitat valenciana, Rafael Blasco, lamentó ayer que la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, quiera ofrecer a esta comunidad autónoma las mismas desaladoras que la Junta de Andalucía «multa, expedienta o clausura en Almería por vertidos de salmuera y gases tóxicos».Tal y como adelantó ayer LA RAZÓN, la Junta de Andalucía ha abierto un expediente sancionador por verter salmuera y emitir CO2 a la desaladora de Carboneras (Almería). Además, ha impuesto una sanción económica de 36.000 euros a la planta de desalación de Palomares por los mismos motivos, mientras que la instalación de Cabo de Gata, en la misma provincia, ha tenido que cerrar porque la Unión Europea ha reducido los niveles de boro permitidos y su agua ya no es legalmente potable. Aparte de los casos anteriores, la planta de Pulpí (también en Almería), ha resultado un fracaso, porque extraer agua que se encontraba a 160 metros de profundidad no era rentable y la de Marbella (Málaga) no ha producido ni una sola gota de agua desde que se construyó en el año 1997.Estudios de impacto. Rafael Blasco explicó que el Plan de Desaladoras presentado por el Gobierno central tras derogar el proyecto de trasvase del Ebro carece de estudios de impacto ambiental. Por ello, aseguró, «estamos ante una propuesta virtual que, en los lugares donde se ha puesto en práctica, como Andalucía, el Gobierno de Chaves ha sido expedientada o cerrada por su impacto ambiental», informa Ep.El consejero valenciano indicó que «el Gobierno socialista andaluz y diferentes colectivos sociales han reconocido los impactos ambientales de las plantas desaladoras, en concreto, de los vertidos de salmueras al mar». Asimismo, consideró que «existe un amplio consenso, que incluye a muchos socialistas, en torno al desastre ambiental que suponen las desaladoras».De este modo, para Rafael Blasco, «los socialistas nos dan la razón, al confirmar que las desaladoras representan un peligro real para el medio ambiente». «Estamos ante un callejón sin salida, en el que la realidad de los hechos se opone a la tozudez del Gobierno central», añadió el consejero a este respecto.El titular de Territorio y Vivienda insistió en que la «única alternativa válida» para resolver el déficit hídrico de la Comunidad Valenciana es el trasvase del Ebro, «que ofrece mayor volumen de agua, a un precio menor, en un plazo más corto y con declaración de impacto ambiental favorable».El consejero auguró, del mismo modo, que si se pone en marcha el plan de desaladoras en la Comunidad Valenciana, corren un «grave peligro» las praderas de poseidonia y, con ellas, más de 4.000 especies animales y vegetales ­muchas de ellas, moluscos y crustáceos­ que dependen de estos bosques marinos.Amenazados. Entre las especies que resultarían más afectadas figuran la almeja rayada, el berberecho blanco, el cangrejo, la estrella de mar, el erizo de mar, la sepia o el pulpo, además de los peces que se alimentan de estas especies, lo que podría suponer la ruptura de la cadena trófica, indicaron fuentes de la Generalitat.El consejero de Territorio resaltó, asimismo, que los vertidos de salmueras afectarán «muy negativamente» a las playas valencianas, sobre todo en la provincia de Alicante, por la destrucción de las praderas de poseidonia. Territorio y Vivienda basa estas opiniones en los estudios de la ONU «Impacto de las emisiones sobre las barreras de coral del mar Rojo» y «Valor del impacto de las actividades sobre el medio ambiente marino», que «demuestran que los vertidos de salmuera en el mar Rojo han causado el aumento de la temperatura del agua en más de tres grados y han doblado el nivel de salinidad de las mismas, lo que ha afectado gravemente a las especies que habitan en estos ecosistemas», indicaron las mismas fuentes de la Generalitat valenciana.