El consistorio estellés hará un estudio de los pluviales para evitar las inundaciones

Vie, 09/07/2004

Diario de Navarra

La inundación en Estella a causa de la tormenta de la madrugada del martes al miércoles ha puesto en entredicho el sistema de recogida de pluviales, sobre todo en el caso viejo de la ciudad donde las alcantarillas no pudieron absorber todo el aluvión de agua, que anegó bajos y comercios. Pero la red también falla en época de fuertes deshielos, como en febrero del año pasado cuando el río Ega en dos ocasiones se desbordó y rebasó las rejillas de pluviales llegando también hasta las tiendas, portales y bajeras. El Ayuntamiento de Estella no quiere una cuarta inundación por lo que, en boca de su alcaldesa la socialista María José Fernández, ha prometido un estudio de la red de pluviales.
«Se hace necesario un plan global de actuación para canalizar correctamente el agua de la lluvia al río. El problema es que el casco viejo soporta mayor corriente que otras zonas de la ciudad procedente de urbanizaciones de los extrarradios más elevadas que no cuentan con suficientes alcantarillas», comenta María José Fernández. En concreto, las de las cuatro calles del barrio de Lizarra dispuestas en pendiente y las del complejo urbanístico de El Puy -diseminado en una ladera-no tienen capacidad para absorber una lluvia que exceda de lo normal.
«El agua entonces busca salida a través de las calles en cuesta y desciende hasta lo viejo, que no puede absorber todo el aluvión, y más, cuando se taponan sus rejillas porque este caudal llega lleno de piedras, hojas y hasta bolsas de plástico», corrobora el jefe de Servicios del consistorio estellés, Francisco Albizu. Sin embargo, el técnico municipal matiza que haría falta una red de pluviales sobredimensionada para asumir la tormenta de la pasada madrugada, en la que en algunos momentos se registraron hasta cerca de 100 litros por metro cuadrado.
Quince salidas
Actualmente, la red de pluviales de Estella cuenta con quince salidas al río Ega. Una de las pocas urbanizaciones que dispone de conexión directa es el sector B, en las cercanías del polideportivo. También la margen izquierda del polígono Merkatondoa según se entra desde la variante, que se renovó tras la inundación del área industrial de 1987 y cuya red desemboca en el paraje de La Chantona al paso del Ega por el parque de Los Llanos.
Sin embargo, la tormenta reveló que la entrada del agua llegada desde el monte se quedaba insuficiente para riadas y, desbordada, inundó un taller. La margen derecha del polígono, próxima a la ladera de la Cruz de Los Castillos, no dispone de salida propia por lo que sus aguas se canalizan a través de la red del casco viejo.
Aparte de buscar un número mayor de salidas al Ega para evitar que el centro asuma más corrientes, el Ayuntamiento también tratará de solucionar el desbordamiento de las alcantarillas cuando el río recrece en época de deshielos. En este sentido, la alcaldesa apunta a que existe un sistema de compuertas que instalado en la red sella los conductos para evitar que el causal «ascienda» hasta las calles.
Esto sucede por ejemplo en la plaza San Martín, que tampoco cuenta con suficientes alcantarillas por lo que el agua estancada en la zona llegó a alcanzar 80 centímetros de altura. En la cercana Sancho Ramírez, dispuesta en forma de pendiente con «desembocadura» directa a varios comercios, se repite la misma situación. Ayer, el Ayuntamiento contrató un camión succionador a Mancomunidad de Aguas y Basuras de Montejurra para limpiar la canalización mientras operarios de FCC continuaban adecentado las calles