A su juicio, los ciudadanos deben saber que éste recurso debe ser usado con moderación Un plan del Alto Guadiana recuperará el río
M. BARRADO TIMÓN/BADAJOZ
El presidente de la CHG, José Ignacio Sánchez Sánchez-Mora, se ha reunido ya con representantes de Obras Públicas y Agricultura de la comunidad extremeña para diseñar y priorizar las obras a realizar dentro del Plan Hidrológico Nacional, que tiene un horizonte hasta el año 2008. Todas las obras previstas, van a ser ejecutadas, según José Ignacio Sánchez.

-La escasez de agua es un problema mundial. ¿Ustedes impulsan de alguna forma las obras destinadas al ahorro de la misma y a que no se pierda en las redes de distribución?

-No sólo las impulsamos sino que las hacemos en la parte que es nuestra competencia. Una de las directrices que marcará la actuación de CHG y del Ministerio de Medio Ambiente en la parte del agua es un uso eficiente de la misma. Eso pasa por tener la mayor eficiencia posible en las redes de distribución, tanto en abastecimientos urbanos como en regadío. En el PHN y el Plan Nacional de Regadíos se incluyen muchas obras que pretenden un mejor uso del agua y modernizar los regadíos. Son obras de gran importancia porque se nos exige utilizar el agua de forma racional, primero ahorrando al máximo -para lo que debe haber una eficiencia en las conducciones-, luego con una mejor gestión del agua y buscando una mayor calidad. Y todo esto enmarcado en un uso sostenible del agua, es decir, que el agua tiene que servir, como recurso limitado y estratégico que es, para nuestro desarrollo ordenado de forma que no se agote.

-¿Es el Guadiana un río absolutamente regulado?¿Puso broche a este proyecto la presa de Alqueva?

-Esa es una presa portuguesa que no interviene o lo hace moderadamente en territorio español. En cuanto a la cuenca del Guadiana en España yo creo que está bien regulada. Hubo una obra definitiva para ello que fue la presa de La Serena. Luego se ha hecho la interconexión entre las dos cuencas del Zújar y del Guadiana a través de un túnel reversible que hay entre la presa de Orellana y la del Zújar. Pero nuestro clima es traicionero y coyunturalmente nos marca épocas de sequía que pueden producir problemas muy importantes, como la ocurrida en el ciclo 93-95 en la que hubo auténticos agobios. Todo lo que sea regular, siempre que se haga con criterios medioambientales, es bueno. Pero yo siempre digo que de la sequía hay que defenderse ahora, en los periodos en los que hay agua. ¿Y cómo hacerlo? Pues ahorrando agua, mejorando la eficiencia del riego y las conducciones de abastecimiento y mejorando la eficiencia en el consumo. Que los ciudadanos sepan que se trata de un recurso que hay que usar con moderación. Todo eso nos permitirá defendernos mucho mejor en un periodo de sequía que si estamos ahora despilfarrando.

-Otro problema grave del agua es la contaminación. ¿Queda algo por hacer para limitar este problema?

-Se están haciendo todos los programas previstos por la UE y en el Plan Hidrológico Nacional hay bastantes obras de depuración. Además, la Directiva-marco del agua nos va a exigir unos niveles de calidad que habrá que conseguir paulatinamente al objeto de que este recurso estratégico sea usado sosteniblemente tanto desde el punto de vista de la calidad como de la cantidad. La CHG cuenta con un laboratorio de gran altura que está situado en Ciudad Real y que es un elemento más para mejorar esa calidad del agua.

-El precio del agua es otro de los problemas. ¿Cómo se determina en el caso del riego?

-En las tarifas y cánones de regulación hay una parte de amortización de las obras, otra parte de explotación y una más de administración. Eso configura el coste del agua. Actualmente, el agua se está pagando en función de lo que exige la normativa española que había. La Directiva-marco del agua lo que dice ahora es que el agua debe ser repercutida en su coste real. Es un tema complejo y difícil que habrá que estudiar para adaptarlo a las diferentes circunstancias. Una manera de que se use bien el agua es pagarla, porque si el agua cuesta muy barata la tendencia es a despilfarrarla. Si el agua se paga a su coste, tendremos más cuidado con su uso.

-¿Y cual es ese coste real?

-Pues incluirá lo que le he dicho hasta ahora e incluso el coste de no emplearla en otros usos alternativos. Todo eso es lo que está en proceso de definición.

-Todo eso suena a futuro encarecimiento del agua.

-Yo no diría eso, sino a futuro valor en función del uso. Porque a lo mejor el metro cúbico se nos encarece, pero si lo utilizamos mejor, el coste final para el ciudadano es el mismo o puede ser menos. Es cuestión de equilibrio.

-¿Cómo ha cambiado su concepción del Guadiana desde que lo estudió de niño en los mapas hasta ahora?

-Hoy, desgraciadamente, el Guadiana ya no nace en las Lagunas de Ruidera porque ha habido una sobreexplotación de acuíferos que han impedido que el río tenga su curso natural. Estamos trabajando en resolver este problema. Habrá un plan del Alto Guadiana que espero que nos permita recuperar lo que el río era cuando yo estudié. El Guadiana para mí es símbolo de la importancia del agua como un factor estratégico de desarrollo, de supervivencia de los seres humanos y eso hace que haya que cuidar el agua con exquisito mimo desde el punto de vista del consumo y la calidad. Yo creo que la sociedad cada vez asume esto con más naturalidad y las actuaciones deben ir por ahí