El PP denuncia que las cinco desaladoras de Almería se encuentran sancionadas o paralizadas
Sáb, 03/07/2004
/ EFE
El diputado del PP de Almería Rafael Hernando dio ayer a conocer que las cinco desaladoras que hay en la provincia vecina están paralizadas o han recibido alguna sanción, y aseguró al respecto que «esa es la realidad de la desalación», por lo que destacó que «vamos a luchar por el trasvase del Ebro».
Hernando pormenorizó la situación de cada una de estas plantas y, en relación a la de Carboneras, recordó que «fue cerrada el 18 de febrero de este año por contaminación muy grave». De la desaladora de Palomares, financiada por la Junta de Andalucía, indicó que «a los dos meses de empezar a funcionar, la Junta envió un escrito a la comunidad de regantes de Pulpí sancionando el vertido de la planta con más de 34.000 euros».
Con respecto a la de la capital almeriense, que aún no ha comenzado a funcionar, Hernando señaló que el Ayuntamiento está pensando en mezclar el agua que produzca «para evitar el impacto del recibo a los ciudadanos». Aseguró que la Junta ha decidido cerrar la de Cabo de Gata, también en la capital, porque la Consejería de Salud dice que «produce un agua que no es apta para el consumo»; y que la de Pulpí «está cerrada, ya que tiene que recoger el agua a más de 160 metros de profundidad y no es rentable».
En su opinión, «esta realidad se mezcla con otra situación que la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, no ha tenido en cuenta o no ha querido contar», en alusión a la «cantidad de energía que se va a necesitar para el plan de desalación, con más de 20 nuevas desaladoras».
1.063 hectómetros
Según explicó, para producir un metro cúbico de agua «a pie de planta» se necesitan entre 4,5 y 5 kilovatios/hora y, por lo tanto, denunció que, «para producir los 1.063 hectómetros cúbicos en desalación, supone instalar en nuestro país una capacidad de potencia eléctrica que supera los 5.315 megavatios». Por lo tanto, se preguntó que «de dónde se van a sacar esos megavatios si se están produciendo cortes de luz en Sevilla o en Almería».
Además, también preguntó el parlamentario «cómo se va a hacer compatible la producción de esa energía con el cumplimiento del Protocolo de Kioto».
Así, aseveró que «es todo una gran mentira» y que «todo es más caro, más tarde y menos agua» . Afirmó que «se nos está intentando dar gato por liebre». Hernando concluyó que el trasvase del Ebro «se va a hacer y se hará con el PSOE o sin el PSOE» porque denunció que «lo que nos proponen es algo imposible en estos momentos y mucho más caro, más perjudicial y un claro sin sentido».
El diputado del PP de Almería Rafael Hernando dio ayer a conocer que las cinco desaladoras que hay en la provincia vecina están paralizadas o han recibido alguna sanción, y aseguró al respecto que «esa es la realidad de la desalación», por lo que destacó que «vamos a luchar por el trasvase del Ebro».
Hernando pormenorizó la situación de cada una de estas plantas y, en relación a la de Carboneras, recordó que «fue cerrada el 18 de febrero de este año por contaminación muy grave». De la desaladora de Palomares, financiada por la Junta de Andalucía, indicó que «a los dos meses de empezar a funcionar, la Junta envió un escrito a la comunidad de regantes de Pulpí sancionando el vertido de la planta con más de 34.000 euros».
Con respecto a la de la capital almeriense, que aún no ha comenzado a funcionar, Hernando señaló que el Ayuntamiento está pensando en mezclar el agua que produzca «para evitar el impacto del recibo a los ciudadanos». Aseguró que la Junta ha decidido cerrar la de Cabo de Gata, también en la capital, porque la Consejería de Salud dice que «produce un agua que no es apta para el consumo»; y que la de Pulpí «está cerrada, ya que tiene que recoger el agua a más de 160 metros de profundidad y no es rentable».
En su opinión, «esta realidad se mezcla con otra situación que la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, no ha tenido en cuenta o no ha querido contar», en alusión a la «cantidad de energía que se va a necesitar para el plan de desalación, con más de 20 nuevas desaladoras».
1.063 hectómetros
Según explicó, para producir un metro cúbico de agua «a pie de planta» se necesitan entre 4,5 y 5 kilovatios/hora y, por lo tanto, denunció que, «para producir los 1.063 hectómetros cúbicos en desalación, supone instalar en nuestro país una capacidad de potencia eléctrica que supera los 5.315 megavatios». Por lo tanto, se preguntó que «de dónde se van a sacar esos megavatios si se están produciendo cortes de luz en Sevilla o en Almería».
Además, también preguntó el parlamentario «cómo se va a hacer compatible la producción de esa energía con el cumplimiento del Protocolo de Kioto».
Así, aseveró que «es todo una gran mentira» y que «todo es más caro, más tarde y menos agua» . Afirmó que «se nos está intentando dar gato por liebre». Hernando concluyó que el trasvase del Ebro «se va a hacer y se hará con el PSOE o sin el PSOE» porque denunció que «lo que nos proponen es algo imposible en estos momentos y mucho más caro, más perjudicial y un claro sin sentido».