La Generalitat asegura que las desaladoras emitirán cuatro millones de toneladas de CO2

Dom, 27/06/2004

La Razón

El consejero de Territorio y Vivienda del Gobierno valenciano, Rafael Blasco, aseguró que el Plan de desaladoras del Ministerio de Medio Ambiente supondrá un incremento de cuatro millones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera al año, «lo que resulta totalmente incompatible con el Protocolo de Kioto» Este aumento de las emisiones, según Blasco, es equivalente a lo que en la actualidad emite todo el sector cerámico. Además consideró injusto que los valencianos tengan quepagar recivos de luz mucho más elevados que los del resto del país.
Valencia. El conseller indicó que el Plan de Asignación de Emisiones para el cumplimiento de Kyoto, presentado esta semana por la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, «no se ajusta a la realidad porque no tiene en cuenta el volumen de CO2 que emitirán las futuras desaladoras».1Más contaminación. Las desaladoras, según indicaron fuentes de la Generalitat, emitirán cada año cuatro millones de toneladas de CO2 a la atmósfera, y aumentarán el volumen de emisiones de la Comunidad Valenciana en un 7 por ciento, y el consumo eléctrico en un 10 por ciento. Además, añadieron, el volumen de emisión de gases «podrá alcanzar los 5,5 millones de toneladas si el Ministerio de Medio Ambiente amplía la cantidad de agua desalada a 1.000 hectómetros cúbicos».En relación al plan para cumplir con Kyoto, Rafael Blasco indicó que las industrias eléctricas «no sólo no podrán cumplir con la reducción de un 3 por ciento que les impone el Gobierno del PSOE, sino que aumentarán su volumen de emisiones en un 5 por ciento cuando empiecen a funcionar las nuevas desaladoras». En la actualidad, el sector energético emite 90 millones de toneladas anuales de gases de efecto invernadero, volumen que, según el Plan de Asignación de Emisiones elaborado por el Ministerio no deberá superar los 86 millones de toneladas en 2007. Sin embargo, Rafael Blasco advirtió de que en lugar de alcanzar esos 86 millones de toneladas, las eléctricas emitirán, debido a las desalinizadoras, 94 millones. Este aumento, dijo, «hará inalcanzable los 79 millones de toneladas de CO2, objetivo que estas industrias no podrán sobrepasar en el año 2012».Además, «si se realiza un segundo plan de desaladoras para cubrir las necesidades de agua de la Comunidad Valenciana, Murcia y Almería, fijadas en 1.000 hectómetros cúbicos, la emisión de CO2 aumentaría hasta los 5,5 millones de toneladas», continuó Blasco.El titular de Territorio y Vivienda afirmó que las desaladoras supondrán aumentar en un 7 por ciento el actual volumen de emisiones de la Comunidad Valenciana. Según el conseller, «una desaladora como la planta de Carboneras en Almería con una capacidad para desalar 50 hectómetros cúbicos de agua al año, modelo que el Gobierno pretende implantar en la Comunidad Valenciana, emite entre 250.000 y 300.000 toneladas de gases al año»Para Blasco, «no es coherente que desde el Ministerio de Medio Ambiente se apueste por la construcción de desaladoras, con el considerable aumento de emisiones de CO2 que esto supone, y al mismo tiempo se pongan trabas a los sectores estratégicos de la Comunidad que ya han efectuado su conversión tecnológica para reducir sus niveles de emisión». Según un estudio del Ministerio de Medio Ambiente, si se contemplara la desalinización como medida complementaria al Plan Hidrológico Nacional y no como alternativa global, sólo se produciría un incremento de 0,5 millones de toneladas de CO2, indicaron fuentes de la Generalitat.1Consumo energético. Por otra parte, Rafael Blasco señaló que el Plan de Desaladoras que plantea el Gobierno socialista hará aumentar en un 10 por ciento el consumo eléctrico de la Comunidad Valenciana. En este sentido, manifestó que «para desalar los 650 hectómetros cúbicos de agua que propone Narbona se necesitan entre 650 y 700 millones de Kilovatios por hora, lo que dispararía el consumo energético en la Comunidad Valenciana». A juicio del conseller, los valencianos «pagaremos una factura de solidaridad que no nos corresponde por nuestro nivel de emisiones de CO2 si como, ha anunciado la ministra de Medio Ambiente, el aumento energético repercute en el recibo de la electricidad»