CUBA-SEQUIA (previsión) Miles de personas afectadas por mayor sequía en 40 años en Cuba
Dom, 27/06/2004
La sequía que azota a buena parte del oriente cubano, considerada la más grave de los últimos cuarenta años, ha dejado sin agua corriente a miles de personas y ha provocado pérdidas millonarias.
La escasez de lluvias y el sofocante calor que soporta la región, con temperaturas superiores a los 36 grados, afecta especialmente a las provincias orientales de Holguín, Camagüey y Las Tunas.
Sólo en la provincia de Camagüey, una de las más volcadas en la ganadería, se han perdido 36.000 reses y se ha registrado una drástica caída en la producción de leche.
En Holguín, a unos 750 kilómetros de La Habana, han muerto más de 10.000 cabezas de ganado en los últimos meses y la producción de leche se ha reducido considerablemente, aunque las escasas lluvias registradas en los últimos días han aliviado la situación, según Leandro Bermúdez, subdelegado provincial de Recursos Hidráulicos.
Por el contrario, el problema se ha agudizado en las zonas urbanas de la provincia de Holguín, con unos 161.000 afectados, más de 100.000 de ellos en la capital, es decir, que al menos un tercio de la cuarta ciudad de la isla no tiene agua corriente.
Para este experto cubano, la razón está en "la sequía acumulativa que sufrimos durante los últimos tres años".
Dos de las tres presas que rodean a la ciudad están secas y a la tercera le quedan reservas para unos 70 días, por eso las autoridades se apresuran a construir un canal de 54 kilómetros para abastecer la ciudad con las aguas del río Cauto, el más caudaloso de la isla.
El gobierno cubano ha invertido 5 millones de dólares en el proyecto, que comenzó a ejecutarse en febrero y debe estar terminado a finales de agosto, antes de que la presa de Gibara agote sus reservas de agua.
Para lograrlo, cuatro brigadas trabajan día y noche en las obras.
Además, está prevista la inversión de otros 2 millones de dólares en la construcción de un canal de 16 kilómetros para abastecer a la localidad de Urbano Noris, otra de las más afectadas de la región.
Entretanto, las autoridades han comenzado a repartir agua en "pipas" (camiones), a abrir pozos para el abastecimiento de agua no potable y han organizado puntos de venta de agua potable en los mercados.
Los vecinos del barrio de Lenin, uno de los más afectados de Holguín, confían en que las obras del canal terminen en la fecha prevista y resuelvan el problema.
"Espero que se resuelva con la conductora (el canal), porque nunca he visto un momento como éste", señaló Marisa Rodríguez, vecina de Lenin, mientras esperaba su turno para rellenar unos cubos en la "pipa".
En la misma cola, Nersa Expósito protestaba el viernes detrás del primer camión de abasto que llegaba a su calle en los últimos nueve días.
"Me autorizaron a faltar en el trabajo para buscar el agua el miércoles y la pipa no llegó. Una señora tuvo que subirse hoy en una pipa para convencerles de que vinieran", explicaba.
A pocas calles de allí, un grupo de vecinos se organizaba para subir cubos de agua a los pisos utilizando un sistema de poleas.
"La necesidad nos ha obligado a inventar esto", decía una de las vecinas.
Las "pipas" son el único remedio que les queda a los habitantes del reparto Lenin porque muchos de sus pozos han sido clausurados por falta de garantías higiénicas.
"Se hace un muestreo de los pozos mensualmente y se sellaron algunos por la presencia de minerales o bacterias", explicó a EFE Dania Tamayo, vicedirectora del policlínico de zona.
Según Tamayo, la sequía no ha provocado brotes epidémicos ni enfermedades contagiosas, aunque "en febrero hubo dos casos de fiebre tifoidea que están controlados".
La situación se complica aún más porque a la escasez de agua se suman los cortes de luz, de varias horas diarias, que impiden que los motores puedan subir agua de los depósitos.
Aún así, las autoridades no consideran necesario solicitar ayuda internacional. "Estamos preparados para días más difíciles sin agua", aseguró Roberto Gual, delegado del parlamento regional
La escasez de lluvias y el sofocante calor que soporta la región, con temperaturas superiores a los 36 grados, afecta especialmente a las provincias orientales de Holguín, Camagüey y Las Tunas.
Sólo en la provincia de Camagüey, una de las más volcadas en la ganadería, se han perdido 36.000 reses y se ha registrado una drástica caída en la producción de leche.
En Holguín, a unos 750 kilómetros de La Habana, han muerto más de 10.000 cabezas de ganado en los últimos meses y la producción de leche se ha reducido considerablemente, aunque las escasas lluvias registradas en los últimos días han aliviado la situación, según Leandro Bermúdez, subdelegado provincial de Recursos Hidráulicos.
Por el contrario, el problema se ha agudizado en las zonas urbanas de la provincia de Holguín, con unos 161.000 afectados, más de 100.000 de ellos en la capital, es decir, que al menos un tercio de la cuarta ciudad de la isla no tiene agua corriente.
Para este experto cubano, la razón está en "la sequía acumulativa que sufrimos durante los últimos tres años".
Dos de las tres presas que rodean a la ciudad están secas y a la tercera le quedan reservas para unos 70 días, por eso las autoridades se apresuran a construir un canal de 54 kilómetros para abastecer la ciudad con las aguas del río Cauto, el más caudaloso de la isla.
El gobierno cubano ha invertido 5 millones de dólares en el proyecto, que comenzó a ejecutarse en febrero y debe estar terminado a finales de agosto, antes de que la presa de Gibara agote sus reservas de agua.
Para lograrlo, cuatro brigadas trabajan día y noche en las obras.
Además, está prevista la inversión de otros 2 millones de dólares en la construcción de un canal de 16 kilómetros para abastecer a la localidad de Urbano Noris, otra de las más afectadas de la región.
Entretanto, las autoridades han comenzado a repartir agua en "pipas" (camiones), a abrir pozos para el abastecimiento de agua no potable y han organizado puntos de venta de agua potable en los mercados.
Los vecinos del barrio de Lenin, uno de los más afectados de Holguín, confían en que las obras del canal terminen en la fecha prevista y resuelvan el problema.
"Espero que se resuelva con la conductora (el canal), porque nunca he visto un momento como éste", señaló Marisa Rodríguez, vecina de Lenin, mientras esperaba su turno para rellenar unos cubos en la "pipa".
En la misma cola, Nersa Expósito protestaba el viernes detrás del primer camión de abasto que llegaba a su calle en los últimos nueve días.
"Me autorizaron a faltar en el trabajo para buscar el agua el miércoles y la pipa no llegó. Una señora tuvo que subirse hoy en una pipa para convencerles de que vinieran", explicaba.
A pocas calles de allí, un grupo de vecinos se organizaba para subir cubos de agua a los pisos utilizando un sistema de poleas.
"La necesidad nos ha obligado a inventar esto", decía una de las vecinas.
Las "pipas" son el único remedio que les queda a los habitantes del reparto Lenin porque muchos de sus pozos han sido clausurados por falta de garantías higiénicas.
"Se hace un muestreo de los pozos mensualmente y se sellaron algunos por la presencia de minerales o bacterias", explicó a EFE Dania Tamayo, vicedirectora del policlínico de zona.
Según Tamayo, la sequía no ha provocado brotes epidémicos ni enfermedades contagiosas, aunque "en febrero hubo dos casos de fiebre tifoidea que están controlados".
La situación se complica aún más porque a la escasez de agua se suman los cortes de luz, de varias horas diarias, que impiden que los motores puedan subir agua de los depósitos.
Aún así, las autoridades no consideran necesario solicitar ayuda internacional. "Estamos preparados para días más difíciles sin agua", aseguró Roberto Gual, delegado del parlamento regional