ANDALUCIA .- El Plan de Control de la Desertificación de la Junta suma 200 medidas e invertirá 7.500 millones en diez años

Mié, 16/06/2004

Europa Press

El Plan Andaluz de Control de la Desertificación, de próxima aprobación por parte del Gobierno de la Junta, pondrá en marcha un conjunto de 200 medidas con el objetivo de paliar una situación que causa la pérdida media de dos centímetros de suelo al año en la región.
Los programas que engloban esta iniciativa de la Consejería de Medio Ambiente tienen previsto una inversión total para los próximos diez años de 7.500 millones de euros, con la implicación de diversas administraciones, según anunció hoy en Cadiar (Granada) su titular, Fuensanta Coves.
Un análisis por cuencas hidrográficas de Andalucía ha permitido concluir que el 63 por ciento de la superficie andaluza tiene un grado de desertificación bajo o nulo, el 22 por ciento un grado medio y el 15 por ciento restante un grado alto (nueve por ciento) o muy alto (seis por ciento).
En este proceso de deterioro se deben agrupar entre estas zonas no sólo los paisajes o espacios forestales, sino también cultivos de regadío o secano. En este sentido, destaca el dato de que cada año la superficie de olivar pierde 80 millones de toneladas de suelo.
Otras referencias para explicar la situación regional son que la agricultura pierde al año 71 millones de euros por este problema o que los pantanos y embalses reducen al año en 18 hectómetros cúbicos su capacidad como consecuencia de la colmatación.
RESPETO AL MEDIO AMBIENTE
Entre las novedades que presenta este plan resaltan las actuaciones para fomentar una agricultura respetuosa con el medio ambiente y con los factores que rigen la conservación de la biodiversidad, impulsar la educación ambiental para corregir la falta de concienciación colectiva ante este problema y revalorizar las zonas áridas de carácter natural, potenciando los recursos turísticos.
Según un análisis provincializado, Málaga es la que más sufre la desertificación por sus fuertes pendientes con un 42 por ciento de su territorio en grado alto o muy alto, seguida de Almería con un 19 por ciento afectado y Granada con un 13 por ciento, en particular la zona norte de la Sierra del Buitre, Sierras de Almijara y Alhama, así como Sierra de la Contraviesa.
Un centenar de las medidas previstas, explicó Coves, pretende atajar la desertificación en su primera fase (la activa) que es cuando los síntomas todavía son iniciales; medio centenar más posibilitarán la recuperación de enclaves con desertificación heredada, en los que aplicando medidas correctoras y de control de la sobreexplotación de los recursos hídricos y de suelos vegetales es posible invertir la tendencia; y el resto de actuaciones intenta frenar la fase crítica, que presenta una dificil recuperación.
La protección de estos recursos persigue fundamentalmente la preservación del volumen de agua disponible, el desarrollo de prácticas agrícolas y forestales adecuadas, la conservación de lagunas y zonas húmedas, además del fomento del turismo y la mejora de la calidad de vida de los habitantes de las comarcas en fase de desertificación.
Entre otras tareas se encuentran el control de la contaminación agrícola o industrial y el uso de productos fitosanitarios, recuperación de la agricultura tradicional o ecológica, medidas de reducción de la explotación insostenible, como salinización o sobreexplotación de acuíferos subterráneos.
LUCHA CONTRA INCENDIOS
Otros de los capítulos a reforzar son los de la lucha contra los incendios forestales mediante el Plan Infoca y la racionalización de la actividad minera, que suma en la actualidad 22.000 hectáreas a cielo abierto.
Ya la adecuación del Plan Forestal Andaluz para el período 2003-2007 contempla como el primero de sus objetivos la lucha contra la desertificación y la conservación de los recursos hídricos, de suelos y cubierta vegetal, impulsando la reforestación y regeneración ecológica de 151.000 hectáreas.
Asimismo, el Plan de Medio Ambiente de Andalucía 2004-2010 incluye un programa específico de lucha contra la desertificación del territorio