Sevilla sólo utiliza la tercera parte de sus aguas subterráneas 3 en detalle
Mié, 09/06/2004
Un tesoro bajo tierra. Casi cinco Melonares, 760 hectómetros cúbicos de agua, distribuidos en 18 acuíferos por toda la provincia de Sevilla de los que apenas se usa el 31 por ciento. Reservas estratégicas –podrían abastecer a toda la población provincial durante varios años– que por primera vez se asoman a una publicación con vocación divulgativa. El Atlas Hidrogeológico de la provincia de Sevilla, elaborado por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) en colaboración con la Diputación de Sevilla, debe convertirse en una herramienta que permita planificar y gestionar , pero también divulgar , según afirmó el director del Área de Urbanismo y Medio Ambiente, Juan Antonio Sánchez Espínola.
Con las cifras en la mano, las aguas subterráneas son las grandes desconocidas de los recursos hídricos de la provincia. Fundamentales en tiempos de sequía cuando, como ocurrió a principios de los 90, se escruta cada palmo de tierra buscando agua y cada vez más olvidadas en tiempos de bonanza, de pantanos llenos y poblaciones sumadas en masa a los sistemas de abastecimiento nutridos con recursos superficiales. Entre ambos extremos, existe un término medio por el que abogaron ayer tanto el responsable de Medio Ambiente de la Diputación como los coordinadores del trabajo, Juan Antonio López Geta, Juan José Durán Valsero y Miguel Martín Machuca.
De los 760 millones de metros cúbicos de agua contenidos en los acuíferos, unos 273 hectómetros se extraen por bombeo. Su destino prioritario es el regadío con una proporción de 91 por ciento frente al 9 por ciento. Salvo casos puntuales de sobreexplotación, los expertos consideran que todavía hay posibilidades de aprovechamiento y no exclusivamente en tiempos de sequía. No obstante, los acuíferos, cuyo estado general se califica de bueno , no están libres de problemas. Al ya enunciado de la explotación excesiva, se une el de la contaminación por nitratos de origen agrario. Los 18 acuíferos son aptos para el uso agrario, pero no todos están en condiciones para el consumo , explicó López Geta. El que está en peor estado es el acuífero aluvial del Guadalquivir, afectado por la potente agricultura circundante
Con las cifras en la mano, las aguas subterráneas son las grandes desconocidas de los recursos hídricos de la provincia. Fundamentales en tiempos de sequía cuando, como ocurrió a principios de los 90, se escruta cada palmo de tierra buscando agua y cada vez más olvidadas en tiempos de bonanza, de pantanos llenos y poblaciones sumadas en masa a los sistemas de abastecimiento nutridos con recursos superficiales. Entre ambos extremos, existe un término medio por el que abogaron ayer tanto el responsable de Medio Ambiente de la Diputación como los coordinadores del trabajo, Juan Antonio López Geta, Juan José Durán Valsero y Miguel Martín Machuca.
De los 760 millones de metros cúbicos de agua contenidos en los acuíferos, unos 273 hectómetros se extraen por bombeo. Su destino prioritario es el regadío con una proporción de 91 por ciento frente al 9 por ciento. Salvo casos puntuales de sobreexplotación, los expertos consideran que todavía hay posibilidades de aprovechamiento y no exclusivamente en tiempos de sequía. No obstante, los acuíferos, cuyo estado general se califica de bueno , no están libres de problemas. Al ya enunciado de la explotación excesiva, se une el de la contaminación por nitratos de origen agrario. Los 18 acuíferos son aptos para el uso agrario, pero no todos están en condiciones para el consumo , explicó López Geta. El que está en peor estado es el acuífero aluvial del Guadalquivir, afectado por la potente agricultura circundante