Las obras del recrecimiento de Yesa siguen a pesar de las dudas sobre sus dimensiones
Mar, 01/06/2004
Las obras del recrecimiento del embalse de Yesa continuarán a pesar de que el Gobierno central estudia su posible redimensionamiento, lo que se desprende de la orden de paralizar las expropiaciones de terrenos en la zona inundable de Artieda (Zaragoza). A este respecto, el Gobierno de Navarra exige que se respeten los usos comprometidos cuando se aprobó la obra.
Cuando se cumplen tres años de la colocación de la primera piedra, los trabajos del recrecimiento de Yesa han continuado al margen del debate político planteado por quienes abogan por una reducción de la cota de la presa (de 521 a 506 metros) y a pesar de las dudas que mantienen ahora los gobiernos central y aragonés sobre las necesidades de agua.
En todo este tiempo se han realizado las excavaciones de los dos estribos de la presa y los trabajos en el camino de acceso a la coronación de la margen izquierda. Igualmente han comenzado las labores de limpieza del cauce para adecuar las ataguías (presas) que retendrán el agua para no entorpecer las obras.
«Las obras están iniciadas y se va a seguir trabajando al mayor ritmo que se pueda mientras empieza el debate social sobre la cantidad de agua que hace falta», aseguró el presidente de la CHE José Luis Alonso. Añadió que «se garantizará el agua para el riego y el abastecimiento de la población de Zaragoza, 800.000 habitantes, y a los pueblos de su entorno». El recrecimiento incluía también el suministro de agua a poblaciones navarras y para la puesta en regadío de terrenos del alto Aragón en Navarra.
El presidente de la CHE apuntó en parte como solución el embalse de cola de La Loteta, que se construye con 90 hm³. «Otra cuestión es fijar las necesidades de uso agrario actual». Según Alonso, no existe la misma demanda de regadío que cuando se aprobó el proyecto (1.525 hectómetros cúbicos), por el entonces Gobierno socialista. Yesa fue incluido en el Pacto del Agua de Aragón de 1992 y en el Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro.
Alonso añadió que hay un caudal ecológico del río Aragón «que hay que ver si ha de ser el mismo que se planteó inicialmente, ver cómo se hace la regulación y si hace falta redefinir la cota, hacerlo». Indicó que la paralización de las expropiaciones de Artieda no afectará a las obras, por cuanto corresponden a terrenos que inundará el futuro embalse, mientras que los de la presa ya están expropiada. Señaló que le han garantizado que esos terrenos no son imprescindibles para la obra, aunque otras fuentes apuntaban ayer que es de esa zona de donde se iba a extraer el material necesario.
El presidente de la CHE justificó el cambio de opinión del PSOE sobre el proyecto de Yesa en el paso del tiempo: «proyectos que antes se veían imprescindibles para el regadío, probablemente ahora no figuren porque no hay demanda». En su opinión, la sociedad está evolucionando al igual que la legislación sobre el agua. Por ello considera que la decisión que tomaron a comienzos de los noventa no les «hipoteca» y, a su juicio, la cota final que tenga el embalse de Yesa «es lo que menos importa».
Técnicos en obras hidráulicas opinan que las obras pueden continuar aunque se varíe el proyecto, pero una vez modificado el expediente técnico y resueltos los problemas administrativos. Recuerdan que la adjudicación se hizo para un volumen de obra concreto. De haberse iniciado con una cota más baja, hubiera costado menos tiempo y dinero y es posible que algunos trabajos ejecutados ya no sirvan
Cuando se cumplen tres años de la colocación de la primera piedra, los trabajos del recrecimiento de Yesa han continuado al margen del debate político planteado por quienes abogan por una reducción de la cota de la presa (de 521 a 506 metros) y a pesar de las dudas que mantienen ahora los gobiernos central y aragonés sobre las necesidades de agua.
En todo este tiempo se han realizado las excavaciones de los dos estribos de la presa y los trabajos en el camino de acceso a la coronación de la margen izquierda. Igualmente han comenzado las labores de limpieza del cauce para adecuar las ataguías (presas) que retendrán el agua para no entorpecer las obras.
«Las obras están iniciadas y se va a seguir trabajando al mayor ritmo que se pueda mientras empieza el debate social sobre la cantidad de agua que hace falta», aseguró el presidente de la CHE José Luis Alonso. Añadió que «se garantizará el agua para el riego y el abastecimiento de la población de Zaragoza, 800.000 habitantes, y a los pueblos de su entorno». El recrecimiento incluía también el suministro de agua a poblaciones navarras y para la puesta en regadío de terrenos del alto Aragón en Navarra.
El presidente de la CHE apuntó en parte como solución el embalse de cola de La Loteta, que se construye con 90 hm³. «Otra cuestión es fijar las necesidades de uso agrario actual». Según Alonso, no existe la misma demanda de regadío que cuando se aprobó el proyecto (1.525 hectómetros cúbicos), por el entonces Gobierno socialista. Yesa fue incluido en el Pacto del Agua de Aragón de 1992 y en el Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro.
Alonso añadió que hay un caudal ecológico del río Aragón «que hay que ver si ha de ser el mismo que se planteó inicialmente, ver cómo se hace la regulación y si hace falta redefinir la cota, hacerlo». Indicó que la paralización de las expropiaciones de Artieda no afectará a las obras, por cuanto corresponden a terrenos que inundará el futuro embalse, mientras que los de la presa ya están expropiada. Señaló que le han garantizado que esos terrenos no son imprescindibles para la obra, aunque otras fuentes apuntaban ayer que es de esa zona de donde se iba a extraer el material necesario.
El presidente de la CHE justificó el cambio de opinión del PSOE sobre el proyecto de Yesa en el paso del tiempo: «proyectos que antes se veían imprescindibles para el regadío, probablemente ahora no figuren porque no hay demanda». En su opinión, la sociedad está evolucionando al igual que la legislación sobre el agua. Por ello considera que la decisión que tomaron a comienzos de los noventa no les «hipoteca» y, a su juicio, la cota final que tenga el embalse de Yesa «es lo que menos importa».
Técnicos en obras hidráulicas opinan que las obras pueden continuar aunque se varíe el proyecto, pero una vez modificado el expediente técnico y resueltos los problemas administrativos. Recuerdan que la adjudicación se hizo para un volumen de obra concreto. De haberse iniciado con una cota más baja, hubiera costado menos tiempo y dinero y es posible que algunos trabajos ejecutados ya no sirvan