«Hay que plantearse si los municipios deben pagar la misma tarifa de agua»
Mar, 25/05/2004
«No todos los ayuntamientos tendrán idéntica posibilidad de desarrollo» «Todo apunta a que está al caer otra sequía de varios años de duración»
M. BUITRAGO/MURCIA
ANALIZAR LAS NECESIDADES. Antonio León cree que los incrementos de consumo no son generales en todos los municipios. / M. BUESO
Sus dominios se extienden por un organismo público con 400 trabajadores, técnicos e ingenieros cuya misión es proporcionar agua las 24 horas del día y los 365 días del año a 77 municipios de la Región de Murcia, Alicante y Albacete. Una organización que tiene bajo control seis plantas potabilizadoras, dos desaladoras, 500 kilómetros de canales y otros 1.000 kilómetros de redes secundarias que deben funcionar casi milimétricamente cada vez que se gira la llave de un grifo, lo cual a veces falla cuando no hay líquido.
En una cuenca con déficit estructural, en la región más seca de la Unión Europea, la Mancomunidad de los Canales del Taibilla es un milagro diario porque administra la poca agua que tiene y, sobre todo, la que no tiene, para más de dos millones de personas en temporada estival. Antonio León, consejero de Agricultura en la anterior época socialista, dice que está al mando de una «organización robusta, muy profesional y preparada para los nuevos retos que debe sumir».
-Con las reservas al día de hoy, ¿hasta cuándo está asegurado el suministro de agua a la población?
-Está garantizado el suministro hasta el día 1 de octubre que acaba el año hidrológico. Afortunadamente, la primavera ha sido generosa en lluvias. He visitado la presa del Taibilla y daba gusto ver el nivel del agua y el caudal con el que salía. La situación es bastante diferente. No se puede ser triunfalista en absoluto, porque hemos salido de la miseria pero no estamos en la abundancia hídrica. Es un año razonable y creo que va a dar margen para que la primera fase de las dos grandes desaladoras de agua para abastecimiento: la del canal de Alicante y la del nuevo canal de Cartagena [ambas suman 36 hm3/año]. La primera ya está en funcionamiento, pero debe llegar a su pleno rendimiento. En cuanto a la de San Pedro del Pinatar, esperamos que inicie la fase de pruebas en el último trimestre de este año.
-¿Para esas fechas ya estará terminado el emisario submarino para verter la salmuera?
-Debe estar la fase terrestre del emisario. Si hay una autorización provisional de vertidos diluidos, mientras se ejecuta la fase marítima del emisario, entiendo que podríamos afrontar la situación de un año menos favorable que el actual. Al mismo tiempo se pueden ir abordando las nuevas demandas que el desarrollo industrial, turístico y de incremento de la población sin crear tensiones con los regadíos e incluso reduciendo la actual conflictividad.
-El agua que consumen los hogares de la Región tiende a ser cada vez más cara. ¿Con la desalación, este incremento será mayor todavía? ¿Nos convertiremos en la región con el agua más cara; puede que carísima, en los próximos años?
-Hombre, carísima como en Baleares o Canarias, donde el porcentaje de agua de mar desalada es muy elevado, pienso que no. En Canarias todavía funcionan desaladoras con un elevado costo de producción porque llevan muchos años y emplean tecnologías ya superadas. En nuestro caso, las tecnologías son de bastante menor costo. La desalación puede que llegue a suponer el 40% de los recursos totales del Taibilla. Eso no debería de suponer un gran incremento de costo. Luego está otro tema que habrá que verlo en su momento: si es razonable el actual sistema de tarifas. De la misma manera que los ciudadanos tienen tarifas progresivas, en función de los consumos, pues a lo mejor hay que hacer una reflexión; dado que los incrementos de consumo no son generales en todos los municipios. Plantearse si los mayores costos de estas aguas deben repercutir por igual en el metro cúbico; o por otra parte si se establecen otros elementos por lo que haya que discriminar un poco entre municipios. Es algo que habría que plantearse.
-Ya se intentó en su día que no hubiera una tarifa única, sino que cada municipio pagara el agua en función de sus demandas y consumos. ¿Esa la reflexión que se va a abrir ahora?
-Primero hay que ver en los consumos municipales, los incrementos y los nuevos asentamientos. Es decir, hay que conocer las previsiones que tienen los diferentes municipios. Creo que hay que hacer la reflexión, porque no todos los municipios van a tener las mismas posibilidades de desarrollo. Hombre, pedirle a los ciudadanos de los municipios que tengan menos posibilidades que subvencionen, por así decirlo, con un prorrateo una tarifa única.
-El año pasado hubo protestas de algunos municipios debido a a la subida del recibo del agua por la desalación. Se quejaban de que hubiera un precio igual para todos, pese a que no todos bebían agua desalada, y creían que se beneficia a la costa en menoscabo del interior.
-Hay elementos de justicia que aconsejan hacer esa reflexión. Pero primero hay que conocer los datos con rigor, así como las previsiones, para hacer un planteamiento.
-¿Hay que separar los usos urbanos de los industriales? ¿Ahora están enmascarados?
-La planificación hidrológica y la Directiva Marco del Agua exigen que esas cuentas vayan separadas.
Ahora tenemos dos usos, pero, claro, la Ley de Aguas establece bastantes más. Coloca en primer orden de prioridad el abastecimiento a la población, y las pequeñas industrias ligadas a las redes municipales. En segundo lugar está el regadío; y luego vienen los usos industriales, los de producción hidroeléctrica y los recreativos. Si todo lo que va detrás del regadío no se contabiliza de manera separada, pues realmente los estamos penalizando. Se nota más en los años secos, donde estamos poniendo por delante unos usos que tienen menor prioridad que los regadíos.
-Le pongo un caso. Mañana le llega un alcalde que quiere programar una urbanización para 5.000 personas, con campo de golf. Le pide agua. ¿Qué le contestaría?
-Depende de la zona. Como digo, hay una planta desaladora que está funcionando. Por tanto, hay una zona, que es la del nuevo canal de Alicante, que está ahora en mejores condiciones.
-¿Y si es en otra de esa zona?
-Si es entre Cartagena y San Pedro del Pinatar, habría que ver la manera de acompasarlo, para que primero vayan los recursos hídricos y después la urbanización. Tenemos que ir muy coordinados. También en la zona de influencia de la nueva desaladora de la rambla de Valdelentisco, que promueve la sociedad estatal, se van a incorporar parte de sus aguas al abastecimiento. Hay que acompasar. Creo que no cuesta trabajo no poner el carro por delante de los bueyes, sino que los bueyes vayan delante del carro.
-¿Ustedes, el Gobierno socialista, ha creado miedo e incertidumbre en algunos sectores económicos, como la construcción y el turismo?
-Creo que no, porque lo que queremos precisamente es un poco paradójico: desarrollar un plan de actuación a corto y medio plazo con medidas urgentes. Por tanto, queremos generar agua con rapidez. Un trasvase es una medida a largo plazo, pero nuestro problema es bastante inmediato. El pasado año tuvimos veintidós municipios que sufrieron durante varios meses restricciones de agua potable, y no estábamos en una situación de sequía. Entiendo que lo más urgente es garantizar agua de forma rápida. El anterior ciclo de sequía fue del año 1990 a 1995, y las series de precipitaciones apuntan a que está al caer una posible sequía de varios años de duración. Lo razonable es que todos nos pongamos de acuerdo en conseguir recursos hídricos rápidos, y parece que en este momento lo más rápido y la mayor garantía parece que es la desalación, porque la fuente que es el mar, y funciona por igual en años secos y en años húmedos., La desalación garantizaría los abastecimientos y las nuevas demandas que el desarrollo económico, turístico, de servicios e industrial, puedan reclamar a corto y medio plazo.
-Por inquietud no me refería a las medidas urgentes, sino a la supresión del trasvase.
-Me preocupa que nos ocurra lo mismo que la fábulas de los galgos y los podencos: que por estar discutiendo si primero las desaladoras o primero el trasvase, pues que llegue la sequía y nos pille desprevenidos. Eso es lo que debemos evitar.
-Ha mencionado antes que por las series históricas está al caer otra sequía gorda como la del periodo 1990-95. ¿Toca ya?
-Puede tocar. Hay quien sostiene que se repiten cada once años, aunque la meteorología no son matemáticas. Pero sí parece que hay unos ciclos, en función de la serie de precipitaciones desde el año 1860. Parece que algo de eso puede haber, en cualquier caso, por si las moscas, deberíamos de estar en condiciones de poder afrontar una situación a corto plazo de esa naturaleza. Y claro, a corta plazo, la desalación es la única posibilidad.
-Se quiere pasar de un escenario en el que no hay ninguna planta desaladora para abastecimientos en territorio murciano; a otra situación en la que se pretende construir ocho plantas en cuatro años. Suena a misión imposible.
- Como fábrica de agua cuya materia prima es el mar, parece que técnicamente es posible. Luego están el informe y la declaración de impacto ambiental. Hay que contar también con los sondeos. En fin, hay que trabajar de manera acelerada. Hombre, pienso que construir ocho [desaladoras] va a estar en función de la demanda de agua y del ritmo de desarrollo de los nuevos asentamientos. Si luego existe un exceso de capacidad sobre la demanda, eso puede servir para resolver problemas en años secos en los que falte agua para los regadíos.
-Usted hizo enfadar a los regantes cuado dijo que algunos años no gastaban toda el agua que recibían del Tajo; y que no veía mercado en estos momentos para vender 460 hm3 de agua, el equivalente el déficit del Segura.
-Ya, pero eso es una realidad. Hay que pensar que en los primeros diez años de funcionamiento del acueducto Tajo-Segura no era posible consumir toda la dotación del Tajo, porque las nuevas zonas regables a las que tenían que destinarse ese agua estaban en su mayoría en construcción. A medida que fueron entrando en funcionamiento, demandaron el agua que necesitaban. El precio del agua es el que discrimina el número de hectáreas para regar. Precisamente el documento de Análisis Económicos de la documentación técnica del Plan Hidrológico Nacional dice textualmente que a 60 pesetas metro cúbico en el Sureste, la demanda de agua para riego es de cero hectómetros. O sea, se anula la demanda. Y a 50 pesetas se estimaban 100 hectómetros para la agricultura del litoral. Los regantes saben que llevo los riegos en mi corazón, y además me dieron la medalla del Sindicato. Para mí fue una satisfacción que asistieran hace unos días a Madrid a mi toma de posesión.
En fin, creo que una de las misiones que tengo que afrontar es la de eliminar la conflictividad que ha existido históricamente entre el abastecimiento y los regantes.
-¿Podrán dialogar algún día con el Gobierno regional. Sentarse y ponerse de acuerdo para poner actuaciones en marcha? Ahora están como el perro y el gato.
-Creo que hay que darle su tiempo. Como nos anima la intención de hacer lo mejor para la Región de Murcia, estoy convencido de que finalmente nos vamos a entender. Debemos tener unas ideas básicas en común, para que seamos capaces de convencer, de negociar y de dialogar con el resto de regiones.
-El director general de Aguas, Juan José López Martos, también hizo enfadar a los regantes cuando sugirió que se dedicaran a otra cosa si les faltaba agua.
-Estamos en momentos de ciertas hipersensibilidad. Creo que tenemos que reflexionar. Muchas veces decimos somos los mejores. No somos malos, pero podemos hacer todavía más en gestión y optimización. Pero ahora habrá en varias zonas competencia por el suelo, no solo por el agua. Si en el litoral hoy plantamos tomates y mañana edificios o urbanizaciones, evidentemente hay otro tipo de actividades emergentes que van teniendo un creciente interés. Creo que a eso se refería.
-Ustedes van a revisar el déficit de la cuenca, ¿eso pasa por revisar también las concesiones de agua?
-Verá, en muchos casos hay que otorgar concesiones que todavía están pendientes. Por ejemplo, las de las zonas regables del Trasvase Tajo-Segura. Lo serio es que cada zona tenga su concesión después de 25 años de funcionamiento del trasvase y de la Ley 52/80, en lugar de seguir funcionando por la vía de la asignación. No nos debe asustar decir que hay que actualizar. El propio Plan Hidrológico de la cuenca establece su revisión periódica.
-Pero habrá concesiones caducadas, o explotaciones agrícolas que ahora son apartamentos.
-Se debería mirar. Pienso que se va a hacer así. Me imagino que la Confederación Hidrográfica del Segura actuará de esa manera. Es además una exigencia de la Directiva Marco del Agua
M. BUITRAGO/MURCIA
ANALIZAR LAS NECESIDADES. Antonio León cree que los incrementos de consumo no son generales en todos los municipios. / M. BUESO
Sus dominios se extienden por un organismo público con 400 trabajadores, técnicos e ingenieros cuya misión es proporcionar agua las 24 horas del día y los 365 días del año a 77 municipios de la Región de Murcia, Alicante y Albacete. Una organización que tiene bajo control seis plantas potabilizadoras, dos desaladoras, 500 kilómetros de canales y otros 1.000 kilómetros de redes secundarias que deben funcionar casi milimétricamente cada vez que se gira la llave de un grifo, lo cual a veces falla cuando no hay líquido.
En una cuenca con déficit estructural, en la región más seca de la Unión Europea, la Mancomunidad de los Canales del Taibilla es un milagro diario porque administra la poca agua que tiene y, sobre todo, la que no tiene, para más de dos millones de personas en temporada estival. Antonio León, consejero de Agricultura en la anterior época socialista, dice que está al mando de una «organización robusta, muy profesional y preparada para los nuevos retos que debe sumir».
-Con las reservas al día de hoy, ¿hasta cuándo está asegurado el suministro de agua a la población?
-Está garantizado el suministro hasta el día 1 de octubre que acaba el año hidrológico. Afortunadamente, la primavera ha sido generosa en lluvias. He visitado la presa del Taibilla y daba gusto ver el nivel del agua y el caudal con el que salía. La situación es bastante diferente. No se puede ser triunfalista en absoluto, porque hemos salido de la miseria pero no estamos en la abundancia hídrica. Es un año razonable y creo que va a dar margen para que la primera fase de las dos grandes desaladoras de agua para abastecimiento: la del canal de Alicante y la del nuevo canal de Cartagena [ambas suman 36 hm3/año]. La primera ya está en funcionamiento, pero debe llegar a su pleno rendimiento. En cuanto a la de San Pedro del Pinatar, esperamos que inicie la fase de pruebas en el último trimestre de este año.
-¿Para esas fechas ya estará terminado el emisario submarino para verter la salmuera?
-Debe estar la fase terrestre del emisario. Si hay una autorización provisional de vertidos diluidos, mientras se ejecuta la fase marítima del emisario, entiendo que podríamos afrontar la situación de un año menos favorable que el actual. Al mismo tiempo se pueden ir abordando las nuevas demandas que el desarrollo industrial, turístico y de incremento de la población sin crear tensiones con los regadíos e incluso reduciendo la actual conflictividad.
-El agua que consumen los hogares de la Región tiende a ser cada vez más cara. ¿Con la desalación, este incremento será mayor todavía? ¿Nos convertiremos en la región con el agua más cara; puede que carísima, en los próximos años?
-Hombre, carísima como en Baleares o Canarias, donde el porcentaje de agua de mar desalada es muy elevado, pienso que no. En Canarias todavía funcionan desaladoras con un elevado costo de producción porque llevan muchos años y emplean tecnologías ya superadas. En nuestro caso, las tecnologías son de bastante menor costo. La desalación puede que llegue a suponer el 40% de los recursos totales del Taibilla. Eso no debería de suponer un gran incremento de costo. Luego está otro tema que habrá que verlo en su momento: si es razonable el actual sistema de tarifas. De la misma manera que los ciudadanos tienen tarifas progresivas, en función de los consumos, pues a lo mejor hay que hacer una reflexión; dado que los incrementos de consumo no son generales en todos los municipios. Plantearse si los mayores costos de estas aguas deben repercutir por igual en el metro cúbico; o por otra parte si se establecen otros elementos por lo que haya que discriminar un poco entre municipios. Es algo que habría que plantearse.
-Ya se intentó en su día que no hubiera una tarifa única, sino que cada municipio pagara el agua en función de sus demandas y consumos. ¿Esa la reflexión que se va a abrir ahora?
-Primero hay que ver en los consumos municipales, los incrementos y los nuevos asentamientos. Es decir, hay que conocer las previsiones que tienen los diferentes municipios. Creo que hay que hacer la reflexión, porque no todos los municipios van a tener las mismas posibilidades de desarrollo. Hombre, pedirle a los ciudadanos de los municipios que tengan menos posibilidades que subvencionen, por así decirlo, con un prorrateo una tarifa única.
-El año pasado hubo protestas de algunos municipios debido a a la subida del recibo del agua por la desalación. Se quejaban de que hubiera un precio igual para todos, pese a que no todos bebían agua desalada, y creían que se beneficia a la costa en menoscabo del interior.
-Hay elementos de justicia que aconsejan hacer esa reflexión. Pero primero hay que conocer los datos con rigor, así como las previsiones, para hacer un planteamiento.
-¿Hay que separar los usos urbanos de los industriales? ¿Ahora están enmascarados?
-La planificación hidrológica y la Directiva Marco del Agua exigen que esas cuentas vayan separadas.
Ahora tenemos dos usos, pero, claro, la Ley de Aguas establece bastantes más. Coloca en primer orden de prioridad el abastecimiento a la población, y las pequeñas industrias ligadas a las redes municipales. En segundo lugar está el regadío; y luego vienen los usos industriales, los de producción hidroeléctrica y los recreativos. Si todo lo que va detrás del regadío no se contabiliza de manera separada, pues realmente los estamos penalizando. Se nota más en los años secos, donde estamos poniendo por delante unos usos que tienen menor prioridad que los regadíos.
-Le pongo un caso. Mañana le llega un alcalde que quiere programar una urbanización para 5.000 personas, con campo de golf. Le pide agua. ¿Qué le contestaría?
-Depende de la zona. Como digo, hay una planta desaladora que está funcionando. Por tanto, hay una zona, que es la del nuevo canal de Alicante, que está ahora en mejores condiciones.
-¿Y si es en otra de esa zona?
-Si es entre Cartagena y San Pedro del Pinatar, habría que ver la manera de acompasarlo, para que primero vayan los recursos hídricos y después la urbanización. Tenemos que ir muy coordinados. También en la zona de influencia de la nueva desaladora de la rambla de Valdelentisco, que promueve la sociedad estatal, se van a incorporar parte de sus aguas al abastecimiento. Hay que acompasar. Creo que no cuesta trabajo no poner el carro por delante de los bueyes, sino que los bueyes vayan delante del carro.
-¿Ustedes, el Gobierno socialista, ha creado miedo e incertidumbre en algunos sectores económicos, como la construcción y el turismo?
-Creo que no, porque lo que queremos precisamente es un poco paradójico: desarrollar un plan de actuación a corto y medio plazo con medidas urgentes. Por tanto, queremos generar agua con rapidez. Un trasvase es una medida a largo plazo, pero nuestro problema es bastante inmediato. El pasado año tuvimos veintidós municipios que sufrieron durante varios meses restricciones de agua potable, y no estábamos en una situación de sequía. Entiendo que lo más urgente es garantizar agua de forma rápida. El anterior ciclo de sequía fue del año 1990 a 1995, y las series de precipitaciones apuntan a que está al caer una posible sequía de varios años de duración. Lo razonable es que todos nos pongamos de acuerdo en conseguir recursos hídricos rápidos, y parece que en este momento lo más rápido y la mayor garantía parece que es la desalación, porque la fuente que es el mar, y funciona por igual en años secos y en años húmedos., La desalación garantizaría los abastecimientos y las nuevas demandas que el desarrollo económico, turístico, de servicios e industrial, puedan reclamar a corto y medio plazo.
-Por inquietud no me refería a las medidas urgentes, sino a la supresión del trasvase.
-Me preocupa que nos ocurra lo mismo que la fábulas de los galgos y los podencos: que por estar discutiendo si primero las desaladoras o primero el trasvase, pues que llegue la sequía y nos pille desprevenidos. Eso es lo que debemos evitar.
-Ha mencionado antes que por las series históricas está al caer otra sequía gorda como la del periodo 1990-95. ¿Toca ya?
-Puede tocar. Hay quien sostiene que se repiten cada once años, aunque la meteorología no son matemáticas. Pero sí parece que hay unos ciclos, en función de la serie de precipitaciones desde el año 1860. Parece que algo de eso puede haber, en cualquier caso, por si las moscas, deberíamos de estar en condiciones de poder afrontar una situación a corto plazo de esa naturaleza. Y claro, a corta plazo, la desalación es la única posibilidad.
-Se quiere pasar de un escenario en el que no hay ninguna planta desaladora para abastecimientos en territorio murciano; a otra situación en la que se pretende construir ocho plantas en cuatro años. Suena a misión imposible.
- Como fábrica de agua cuya materia prima es el mar, parece que técnicamente es posible. Luego están el informe y la declaración de impacto ambiental. Hay que contar también con los sondeos. En fin, hay que trabajar de manera acelerada. Hombre, pienso que construir ocho [desaladoras] va a estar en función de la demanda de agua y del ritmo de desarrollo de los nuevos asentamientos. Si luego existe un exceso de capacidad sobre la demanda, eso puede servir para resolver problemas en años secos en los que falte agua para los regadíos.
-Usted hizo enfadar a los regantes cuado dijo que algunos años no gastaban toda el agua que recibían del Tajo; y que no veía mercado en estos momentos para vender 460 hm3 de agua, el equivalente el déficit del Segura.
-Ya, pero eso es una realidad. Hay que pensar que en los primeros diez años de funcionamiento del acueducto Tajo-Segura no era posible consumir toda la dotación del Tajo, porque las nuevas zonas regables a las que tenían que destinarse ese agua estaban en su mayoría en construcción. A medida que fueron entrando en funcionamiento, demandaron el agua que necesitaban. El precio del agua es el que discrimina el número de hectáreas para regar. Precisamente el documento de Análisis Económicos de la documentación técnica del Plan Hidrológico Nacional dice textualmente que a 60 pesetas metro cúbico en el Sureste, la demanda de agua para riego es de cero hectómetros. O sea, se anula la demanda. Y a 50 pesetas se estimaban 100 hectómetros para la agricultura del litoral. Los regantes saben que llevo los riegos en mi corazón, y además me dieron la medalla del Sindicato. Para mí fue una satisfacción que asistieran hace unos días a Madrid a mi toma de posesión.
En fin, creo que una de las misiones que tengo que afrontar es la de eliminar la conflictividad que ha existido históricamente entre el abastecimiento y los regantes.
-¿Podrán dialogar algún día con el Gobierno regional. Sentarse y ponerse de acuerdo para poner actuaciones en marcha? Ahora están como el perro y el gato.
-Creo que hay que darle su tiempo. Como nos anima la intención de hacer lo mejor para la Región de Murcia, estoy convencido de que finalmente nos vamos a entender. Debemos tener unas ideas básicas en común, para que seamos capaces de convencer, de negociar y de dialogar con el resto de regiones.
-El director general de Aguas, Juan José López Martos, también hizo enfadar a los regantes cuando sugirió que se dedicaran a otra cosa si les faltaba agua.
-Estamos en momentos de ciertas hipersensibilidad. Creo que tenemos que reflexionar. Muchas veces decimos somos los mejores. No somos malos, pero podemos hacer todavía más en gestión y optimización. Pero ahora habrá en varias zonas competencia por el suelo, no solo por el agua. Si en el litoral hoy plantamos tomates y mañana edificios o urbanizaciones, evidentemente hay otro tipo de actividades emergentes que van teniendo un creciente interés. Creo que a eso se refería.
-Ustedes van a revisar el déficit de la cuenca, ¿eso pasa por revisar también las concesiones de agua?
-Verá, en muchos casos hay que otorgar concesiones que todavía están pendientes. Por ejemplo, las de las zonas regables del Trasvase Tajo-Segura. Lo serio es que cada zona tenga su concesión después de 25 años de funcionamiento del trasvase y de la Ley 52/80, en lugar de seguir funcionando por la vía de la asignación. No nos debe asustar decir que hay que actualizar. El propio Plan Hidrológico de la cuenca establece su revisión periódica.
-Pero habrá concesiones caducadas, o explotaciones agrícolas que ahora son apartamentos.
-Se debería mirar. Pienso que se va a hacer así. Me imagino que la Confederación Hidrográfica del Segura actuará de esa manera. Es además una exigencia de la Directiva Marco del Agua