El Gobierno estudia trasvases para acabar con el déficit del Altiplano
Sáb, 22/05/2004
El ministerio de Medio Ambiente se plantea construir una canalización desde el embalse de Villena hasta Yecla y Jumilla o una conexión con la presa del Talave
el ministerio de Medio Ambiente está estudiando la posibilidad de construir un minitrasvase para así paliar el déficit hídrico del Altiplano, que es una de las zonas de la cuenca del Segura en las que la desalación de agua no es posible, ya que la lejanía de Yecla y Jumilla de la costa hace inviable la transferencia de nuevos recursos, pues el precio del agua desalada sería disparatado, incluso para el abastecimiento, según fuentes del Ejecutivo central.
En el ministerio, al igual que los socialistas murcianos, son conscientes de que la única solución viable es la transferencia de agua desde el Júcar, mediante permutas, o desde el embalse del Talave, que recibe agua del trasvase Tajo-Segura.
En el primero de los casos, en Villena, localidad en la que se situará el embalse final del trasvase Júcar-Vinalopó, con una capacidad de 32 hectómetros cúbicos, se podría bombear el agua del Júcar, que debería ser permutada con agua del Segura, posiblemente procedente de la desalación en las zonas costeras. La permuta consiste en el intercambio de agua entre confederaciones, por lo que el Segura debería dar agua desde otras zonas, o incluso comprarla al Júcar.
Esta opción cuenta con la posible oposición de los regantes alicantinos, que perderían recursos en la cabecera de la cuenca valenciana, aunque saldrían beneficiados los de la desembocadura, así como las localidades costeras, como por ejemplo Alicante y Elche.
La otra posibilidad, la del Talave-Altiplano, recogería recursos del trasvase Tajo-Segura, que se liberarían tras la puesta en marcha de las desaladoras, por lo que no sería necesario redotar las transferencias procedentes de Albacete, tal y como han exigido tanto el Gobierno como la oposición de esta comunidad. Entre Yecla y Jumilla se trasladaría el agua mediante bombeos y depósitos de regulación.
Una de estas dos opciones sustituiría a los 40 hectómetros cúbicos que se preveía iban a llegar desde el Ebro. Los dos minitrasvases han sido analizados en diferentes reuniones en el Ministerio, en las que ha participado el propio secretario regional del PSRM-PSOE, Francisco Abellán.
No ampliar el agua del Tajo
Precisamente, la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, aseguró ayer en Guadalajara que no habrá ninguna derivación de agua en el Tajo más de lo que hoy está contemplado en el Plan Hidrológico Nacional, fruto de un acuerdo con la Junta de Castilla-La Mancha. Asimismo, según la ministra, Medio Ambiente se ha marcado el plazo de un año para trabajar conjuntamente con el Gobierno de la Región de Murcia con el fin de conseguir un diagnóstico más preciso sobre cómo se consume el agua y para conocer las carencias de la zona, dado el "estado caótico" que, a su juicio, se registra en la cuenca del Segura
el ministerio de Medio Ambiente está estudiando la posibilidad de construir un minitrasvase para así paliar el déficit hídrico del Altiplano, que es una de las zonas de la cuenca del Segura en las que la desalación de agua no es posible, ya que la lejanía de Yecla y Jumilla de la costa hace inviable la transferencia de nuevos recursos, pues el precio del agua desalada sería disparatado, incluso para el abastecimiento, según fuentes del Ejecutivo central.
En el ministerio, al igual que los socialistas murcianos, son conscientes de que la única solución viable es la transferencia de agua desde el Júcar, mediante permutas, o desde el embalse del Talave, que recibe agua del trasvase Tajo-Segura.
En el primero de los casos, en Villena, localidad en la que se situará el embalse final del trasvase Júcar-Vinalopó, con una capacidad de 32 hectómetros cúbicos, se podría bombear el agua del Júcar, que debería ser permutada con agua del Segura, posiblemente procedente de la desalación en las zonas costeras. La permuta consiste en el intercambio de agua entre confederaciones, por lo que el Segura debería dar agua desde otras zonas, o incluso comprarla al Júcar.
Esta opción cuenta con la posible oposición de los regantes alicantinos, que perderían recursos en la cabecera de la cuenca valenciana, aunque saldrían beneficiados los de la desembocadura, así como las localidades costeras, como por ejemplo Alicante y Elche.
La otra posibilidad, la del Talave-Altiplano, recogería recursos del trasvase Tajo-Segura, que se liberarían tras la puesta en marcha de las desaladoras, por lo que no sería necesario redotar las transferencias procedentes de Albacete, tal y como han exigido tanto el Gobierno como la oposición de esta comunidad. Entre Yecla y Jumilla se trasladaría el agua mediante bombeos y depósitos de regulación.
Una de estas dos opciones sustituiría a los 40 hectómetros cúbicos que se preveía iban a llegar desde el Ebro. Los dos minitrasvases han sido analizados en diferentes reuniones en el Ministerio, en las que ha participado el propio secretario regional del PSRM-PSOE, Francisco Abellán.
No ampliar el agua del Tajo
Precisamente, la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, aseguró ayer en Guadalajara que no habrá ninguna derivación de agua en el Tajo más de lo que hoy está contemplado en el Plan Hidrológico Nacional, fruto de un acuerdo con la Junta de Castilla-La Mancha. Asimismo, según la ministra, Medio Ambiente se ha marcado el plazo de un año para trabajar conjuntamente con el Gobierno de la Región de Murcia con el fin de conseguir un diagnóstico más preciso sobre cómo se consume el agua y para conocer las carencias de la zona, dado el "estado caótico" que, a su juicio, se registra en la cuenca del Segura