Madrid, 6 may (EFE).- El presidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua, Pedro Arrojo, instó hoy al Gobierno a "parar la sinrazón" respecto al problema del agua entre Comunidades y "abrir el diálogo" con ellas así como con los científicos, para que la sociedad conozca los costes y efectos de la "vieja" política de grandes trasvases.
El presidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua y premio Goldman 2003 para Europa hizo estas declaraciones durante una jornada organizada con la Fundación Alternativas, sobre lo público y lo privado en la gestión del agua, a la que asistieron expertos del sector como catedráticos, empresarios o representantes sindicales.
Preguntado por Efe respecto a la política sobre aguas del Gobierno sustentado por el PSOE, Arrojo valoró sus propuestas por el cambio que supuestamente implican respecto a "la vieja política del hormigón subvencionado cargado de perfiles de corrupción y de negocios oscuros e impactos ecológicos sin precedentes".
La nueva política sobre aguas que, en su opinión, conlleva el acceso al poder del Gobierno socialista no supone sólo "un compromiso de coherencia" con sus votantes sino también "un compromiso de europeísmo sincero" y coherente con las nuevas leyes europeas en "una perspectiva de gestión de aguas basada en la buena gestión y no en el hormigón".
A su juicio, la cuestión del agua "no es un problema ni de izquierdas ni de derechas, ni tampoco de unas Comunidades frente a otras Comunidades, sino un problema de modernidad".
Arrojo recordó que, en zonas estadounidenses similares a Murcia no se construyen embalses ni se realizan trasvases de agua desde hace treinta años y sin embargo, dijo, son áreas que no paran de progresar.
"Existen nuevas tecnologías y posibilidades de organizar mejor la gestión del agua", lo que, dijo, evitaría por ejemplo, perder el 30 por cien de su caudal en las redes urbanas.
También se podría reutilizar el agua antes de llegar al mar o desalinizarla, lo que costaría la tercera parte o la mitad que llevarla con grandes bombas y gran hormigón desde localidades como Tortosa hasta Almería.
"Existen alternativas de modernidad y buena gestión y hay que ponerse en ese camino", recomendó Arrojo.