Narbona pedirá a la UE las mismas ayudas solicitadas para el PHN
Lun, 06/01/2025
BRUSELAS.- La nueva ministra española de Medio Ambiente, Cristina Narbona, informó ayer a la Comisión Europea de la retirada del trasvase del Ebro de la ley del Plan Hidrológico Nacional (PHN) y retiró la petición de ayuda presentada por el Ejecutivo anterior.
Narbona presentó las líneas generales de las alternativas al polémico trasvase y anunció su intención de pedir ayudas equivalentes para llevarlas a cabo. Por su parte, la comisaria Margot Wallström, dio la bienvenida al «enfoque global» del nuevo gobierno.
Ambigua y diplomática, como siempre, la comisaria de Medio Ambiente no quiso pronunciarse sobre la decisión del Gobierno de paralizar el trasvase del Ebro, ni valorar las alternativas que se van a proponer. Pero en Bruselas, los gestos lo son todo y ayer, en contra de lo que acostumbra, la comisaria sorprendió a la prensa compareciendo con Narbona para hablar del PHN.
Dijo poco, pero casi todo bueno: «Doy la bienvenida al enfoque global del nuevo Gobierno en este tema. Es algo muy bueno porque se van a tener en cuenta tanto el análisis de la relación coste beneficio como los elementos de impacto ecológico y ambiental del plan y los efectos sociales».
Además, añadió que «es muy importante el diálogo con todos los agentes implicados». Y, con todas estas premisas, concluyó: «Estoy esperanzada de cara al futuro».
.
«Hay que esperar» .
Sin embargo, esquivó todas las preguntas directas sobre las propuestas de la ministra y sobre la posible financiación que podrían recibir.«Hay que esperar. Ahora depende del gobierno presentar los nuevos proyectos y las solicitudes de financiación que tendremos que analizar».
Por su parte, la ministra dejó claro que España «no quiere perder financiación comunitaria». Aunque ayer sólo se esbozaron los proyectos que se van a presentar como alternativa al PHN, Narbona va a pedir a Bruselas fondos equivalentes a los solicitados para el trasvase del Ebro para llevarlos a cabo.
«Se trata de mantener el mismo nivel de inversión», afirmó, «pero dentro del techo previsto, es decir, conseguir aproximadamente 1.200 millones de euros, que era lo que sumaba la cantidad solicitada» del Fondo de Cohesión y del FEDER (fondos europeos para el desarrollo regional) para los distintos tramos del trasvase del Ebro. No obstante, recordó que los proyectos se presentarán en Bruselas en las próximas semanas, por lo que se reservó los detalles concretos «porque todavía están abiertas las líneas de trabajo con las comunidades».
La ministra defendió la retirada del trasvase del Ebro asegurando que la alternativa que propone el Gobierno es menos costosa, más limpia, más rápida y más segura. «Creemos que estamos ofreciendo una solución más barata y más rápida, y sobre todo, con mayor garantía real de agua, porque de esos 1.050 hectómetros cúbicos previstos en el trasvase, apenas podrían haberse transferido el 60% en la práctica» Y sobre la calidad, Narbona explicaba que «el trasvase del Ebro iba a aportar agua de pésima calidad a las cuencas receptoras, e incluso hubiese tenido costes económicos para poder usar esa agua en los regadíos de Murcia o Almería».
Especial hincapié hizo la ministra en el capítulo del coste real del agua, el argumento que va a utilizar para convencer a las dos comunidades más afectadas por la retirada del trasvase: «Es necesario que murcianos y valencianos sepan que, aunque no se les había explicado y se había pospuesto esa explicación al final de la obra, el trasvase hubiese costado en torno a los 90 céntimos de euros cada metro cúbico de agua», mientras que con las desaladoras, que es la alternativa más cara de las propuestas, el coste sería de 30 céntimos.
Respecto a las licitaciones ya existentes, Narbona mandó un mensaje de tranquilidad y aseguró que el Gobierno «va a respetar los derechos adquiridos en el caso de que alguna obra no se desarrolle», aunque afirmó que muchas podrán realizarse «porque son mejoras de infraestructuras preexistentes».
Narbona presentó las líneas generales de las alternativas al polémico trasvase y anunció su intención de pedir ayudas equivalentes para llevarlas a cabo. Por su parte, la comisaria Margot Wallström, dio la bienvenida al «enfoque global» del nuevo gobierno.
Ambigua y diplomática, como siempre, la comisaria de Medio Ambiente no quiso pronunciarse sobre la decisión del Gobierno de paralizar el trasvase del Ebro, ni valorar las alternativas que se van a proponer. Pero en Bruselas, los gestos lo son todo y ayer, en contra de lo que acostumbra, la comisaria sorprendió a la prensa compareciendo con Narbona para hablar del PHN.
Dijo poco, pero casi todo bueno: «Doy la bienvenida al enfoque global del nuevo Gobierno en este tema. Es algo muy bueno porque se van a tener en cuenta tanto el análisis de la relación coste beneficio como los elementos de impacto ecológico y ambiental del plan y los efectos sociales».
Además, añadió que «es muy importante el diálogo con todos los agentes implicados». Y, con todas estas premisas, concluyó: «Estoy esperanzada de cara al futuro».
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«Hay que esperar» .
Sin embargo, esquivó todas las preguntas directas sobre las propuestas de la ministra y sobre la posible financiación que podrían recibir.«Hay que esperar. Ahora depende del gobierno presentar los nuevos proyectos y las solicitudes de financiación que tendremos que analizar».
Por su parte, la ministra dejó claro que España «no quiere perder financiación comunitaria». Aunque ayer sólo se esbozaron los proyectos que se van a presentar como alternativa al PHN, Narbona va a pedir a Bruselas fondos equivalentes a los solicitados para el trasvase del Ebro para llevarlos a cabo.
«Se trata de mantener el mismo nivel de inversión», afirmó, «pero dentro del techo previsto, es decir, conseguir aproximadamente 1.200 millones de euros, que era lo que sumaba la cantidad solicitada» del Fondo de Cohesión y del FEDER (fondos europeos para el desarrollo regional) para los distintos tramos del trasvase del Ebro. No obstante, recordó que los proyectos se presentarán en Bruselas en las próximas semanas, por lo que se reservó los detalles concretos «porque todavía están abiertas las líneas de trabajo con las comunidades».
La ministra defendió la retirada del trasvase del Ebro asegurando que la alternativa que propone el Gobierno es menos costosa, más limpia, más rápida y más segura. «Creemos que estamos ofreciendo una solución más barata y más rápida, y sobre todo, con mayor garantía real de agua, porque de esos 1.050 hectómetros cúbicos previstos en el trasvase, apenas podrían haberse transferido el 60% en la práctica» Y sobre la calidad, Narbona explicaba que «el trasvase del Ebro iba a aportar agua de pésima calidad a las cuencas receptoras, e incluso hubiese tenido costes económicos para poder usar esa agua en los regadíos de Murcia o Almería».
Especial hincapié hizo la ministra en el capítulo del coste real del agua, el argumento que va a utilizar para convencer a las dos comunidades más afectadas por la retirada del trasvase: «Es necesario que murcianos y valencianos sepan que, aunque no se les había explicado y se había pospuesto esa explicación al final de la obra, el trasvase hubiese costado en torno a los 90 céntimos de euros cada metro cúbico de agua», mientras que con las desaladoras, que es la alternativa más cara de las propuestas, el coste sería de 30 céntimos.
Respecto a las licitaciones ya existentes, Narbona mandó un mensaje de tranquilidad y aseguró que el Gobierno «va a respetar los derechos adquiridos en el caso de que alguna obra no se desarrolle», aunque afirmó que muchas podrán realizarse «porque son mejoras de infraestructuras preexistentes».