Plan Hidrológico sentimental

Jue, 22/04/2004

La Razón

Somos agua que piensa. Si hay paraíso tendrá, como tuvo, agua y bosques. «Fragante sin fragancia. Sabrosa sin sabor.Viva sin vida.Eterna sin tiempo.Única sin límites.Espejo sin ojo.Deja yéndose.Limpia manchándose.Libera quedándose prisionera.¡Primera materia prima!» El agua es el lápiz del tiempo.Toda vida es un odre disfrazado. El agua es siempre aurora incluso en el corazón de la noche.Nada nace que no haya nadado antes. Cuando lavemos también nuestras ideas nos percataremos de que el agua ya nos ha salvado. En la conversación que la luz mantiene con el agua, cada palabra es una vida.Con el agua no sólo bebemos vida, sino también historia de la vida. El agua une las dos orillas más separadas: el origen y el destino. El agua funda la máxima sensatez: incluir su origen en su destino. El saber del agua es que sabe hacerse vida. El agua, yéndose, deja la vida, entera, tras de sí.El agua tiene los colores de todos los ojos que la han mirado. El río es más puente, que el puente sobre el río.Poco resulta hoy tan traicionado como la transparencia. El agua siempre es niña. De ahí su contagiosa alegría.Por las lomas del agua, la luz dice susurros de amor. Error mayúsculo:¡no somos terrestres, somos acuáticos! Escuchar al agua ya es fundar la comprensión. Su medio y su fin coinciden en la transparencia. Todo caudal demuestra que es posible el diálogo con la sed. Verdearlo todo es la destreza del agua que, silenciosa y casi invisible, convierte al paisaje en algo jugoso. La vida, como el agua de la que es hija, es espejo de ella misma. Cuando el agua jadea, nacen nubes: eso que todos fuimos antes de ser. El incendio que esta civilización propaga está quemando sobre todo al agua. Las fuentes son el primer latido del corazón conjunto de lo viviente. El agua fertiliza a la fertilidad. El agua nunca pisa, siempre lame al caminar, besa al volar y sueña al hundirse en la tierra.La más clara forma de sabiduría es mezclarse con todo como el agua.Como es la primera síntesis todo lo hace más grande.Nunca se detiene, forma parte de todo y siempre es, ha sido y será la misma. El agua tacha la suciedad con su fresca transparencia.El agua corta al fuego que cortaba al bosque. El agua es luz para la sed que siempre es ciega. ¡Cómo se bebe nuestras miradas! Apenas sabemos algo de ella, pues sigue ocultando el secreto de volver, sin esfuerzo, para que todo crezca. Toda vida es un odre disfrazado. Limpiar a lo que nos limpia es la única respuesta digna. Y, por supuesto, dar de beber al agua.