El IEO señala el vertido de nutrientes agrícolas como causa de mortandad de fauna en el Mar Menor
Lun, 13/09/2021
El informe del Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC), elaborado a solicitud del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) a raíz del último episodio de mortandad masiva de especies acuáticas en el Mar Menor, señala a la incesante entrada de fertilizantes a la laguna procedentes de la agricultura intensiva y otras actividades humanas en el entorno ribereño como causa principal del mismo. El estudio, que actualiza el exhaustivo informe previo realizado por el IEO en julio de 2020, corrobora el papel determinante del aporte de nutrientes y materia orgánica como motor de eutrofización de la albufera. El exceso de fitoplancton ocasionado por esta dinámica ha limitado la entrada de luz y afectado tanto a la fotosíntesis como a la disponibilidad de oxígeno disuelto hasta niveles próximos a la hipoxia.
Los autores señalan que el evento extremo de este verano -uno más desde la ‘sopa verde’ de 2016- muestra que el ecosistema lagunar ha perdido su capacidad de autorregulación. No obstante, ven factible su recuperación siempre que se ataje el problema de los vertidos y se preserven características esenciales como la salinidad, que se vería afectada por la apertura de golas o canales de comunicación con el Mediterráneo.
Eutrofización
El informe ‘Nuevo evento de mortalidad masiva de organismos marinos en el Mar Menor: contexto y factores’ lo firman seis autores del IEO y se basa en los datos obtenidos en el programa de monitorización de la laguna que mantiene el instituto y en resultados de diversos proyectos de investigación. El análisis aporta evidencias de que este evento de mortalidad está ligado estrechamente con el proceso de eutrofización responsable de la degradación de la laguna salada.
La proliferación de fitoplancton registrada en la albufera tuvo lugar a principios del verano en las inmediaciones de la rambla del Albujón -señala el estudio-, importante punto de entrada de aguas altamente contaminadas por fertilizantes y otros compuestos. El bloom -afloramiento- continuó creciendo durante los meses de julio y agosto, y se extendió por la zona centro y sur de la laguna, donde la renovación del agua es menor, provocando turbidez extrema y reducción severa de la luz disponible para la fotosíntesis “hasta niveles totalmente críticos para la supervivencia de la vegetación del fondo”. Si la situación persiste, advierten los científicos, la vegetación bentónica podría morir y agravar la crisis ambiental. Ponen como ejemplo la zona sur de la laguna, donde la pradera de alga Caulerpa prolifera ha desaparecido casi por completo por falta de luz.
Pérdida de oxígeno
Del mismo modo, el exceso de fitoplancton ha introducido en el sistema grandes cantidades de materia orgánica cuya descomposición explica la merma de oxígeno disuelto en el agua a lo largo del mes de agosto hasta niveles próximos a la hipoxia. Los valores alcanzados, aunque no tan bajos como en el episodio de anoxia de 2019, son inferiores a los registrados históricamente en el Mar Menor y a lo considerado estresante o incluso letal para muchas especies marinas.
Aunque las observaciones efectuadas a principios de septiembre sugieren una mejora en la oxigenación de la laguna, puede tratarse de algo transitorio debido al cambio de régimen local de vientos, señalan los autores. La saturación de materia orgánica y la turbidez persisten, incluso extendidas a la zona norte, por lo que el riesgo de nuevos cuadros de hipoxia y anoxia subsiste también.
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Fuente: Iagua
https://www.iagua.es/noticias/ministerio-transicion-ecologica-y-reto-dem...
Los autores señalan que el evento extremo de este verano -uno más desde la ‘sopa verde’ de 2016- muestra que el ecosistema lagunar ha perdido su capacidad de autorregulación. No obstante, ven factible su recuperación siempre que se ataje el problema de los vertidos y se preserven características esenciales como la salinidad, que se vería afectada por la apertura de golas o canales de comunicación con el Mediterráneo.
Eutrofización
El informe ‘Nuevo evento de mortalidad masiva de organismos marinos en el Mar Menor: contexto y factores’ lo firman seis autores del IEO y se basa en los datos obtenidos en el programa de monitorización de la laguna que mantiene el instituto y en resultados de diversos proyectos de investigación. El análisis aporta evidencias de que este evento de mortalidad está ligado estrechamente con el proceso de eutrofización responsable de la degradación de la laguna salada.
La proliferación de fitoplancton registrada en la albufera tuvo lugar a principios del verano en las inmediaciones de la rambla del Albujón -señala el estudio-, importante punto de entrada de aguas altamente contaminadas por fertilizantes y otros compuestos. El bloom -afloramiento- continuó creciendo durante los meses de julio y agosto, y se extendió por la zona centro y sur de la laguna, donde la renovación del agua es menor, provocando turbidez extrema y reducción severa de la luz disponible para la fotosíntesis “hasta niveles totalmente críticos para la supervivencia de la vegetación del fondo”. Si la situación persiste, advierten los científicos, la vegetación bentónica podría morir y agravar la crisis ambiental. Ponen como ejemplo la zona sur de la laguna, donde la pradera de alga Caulerpa prolifera ha desaparecido casi por completo por falta de luz.
Pérdida de oxígeno
Del mismo modo, el exceso de fitoplancton ha introducido en el sistema grandes cantidades de materia orgánica cuya descomposición explica la merma de oxígeno disuelto en el agua a lo largo del mes de agosto hasta niveles próximos a la hipoxia. Los valores alcanzados, aunque no tan bajos como en el episodio de anoxia de 2019, son inferiores a los registrados históricamente en el Mar Menor y a lo considerado estresante o incluso letal para muchas especies marinas.
Aunque las observaciones efectuadas a principios de septiembre sugieren una mejora en la oxigenación de la laguna, puede tratarse de algo transitorio debido al cambio de régimen local de vientos, señalan los autores. La saturación de materia orgánica y la turbidez persisten, incluso extendidas a la zona norte, por lo que el riesgo de nuevos cuadros de hipoxia y anoxia subsiste también.
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Fuente: Iagua
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