El Mar Menor y otros males mayores

Mar, 14/09/2021

Este verano nos hemos visto sorprendidos por el suceso de contaminación del Mar Menor y la terrible mortandad de peces que lleva asociado. En realidad, no hay razón para sorprendernos: es el segundo año que observamos un problema de una magnitud similar y son las consecuencias de un proceso bien conocido. La eutrofización de aguas en estuarios y lagunas interiores inducida por la actividad humana se ha producido ya en muchos lugares del mundo; de entre los que más han trascendido, destacan la bahía de Chesapeake y el golfo de México, en EE UU, y, en Europa, las costas de la Bretaña francesa, el mar Báltico o muchas de las aguas interiores de los Países Bajos.

La eutrofización consiste en el enriquecimiento de las aguas con nutrientes, nitrógeno y fósforo principalmente, que puede derivar en un desarrollo masivo de fitoplancton y algas. Estos organismos al morir comienzan un proceso de descomposición, precipitando hacia el fondo y consumiendo el oxígeno disuelto en el agua. La falta de disponibilidad de oxígeno acarrea muerte masiva de otros seres vivos (peces, anfibios) que, a su vez, entrarán en descomposición, y así en un círculo vicioso que se retroalimenta y lleva a la degeneración de la calidad del agua. El proceso se ve favorecido bajo determinadas condiciones (por ejemplo, aumento de temperatura, estancamiento de aguas y viento), pero la causa original es el aporte de nutrientes desde fuentes externas, principalmente el aporte de nitrógeno.

El nitrógeno es un elemento fundamental en todos los seres vivos: lo necesitamos tanto los humanos como las plantas y los animales para crecer. Forma parte de nuestro material genético, de los aminoácidos que conforman las proteínas, los aminoazúcares; sin nitrógeno no sería posible el desarrollo de la vida. Su importancia es tal que es considerado el principal limitante de la producción de alimentos y del crecimiento de la población hasta final del siglo XIX; a principios del XX se descubre el proceso industrial Haber-Bosch que permite fijar el nitrógeno presente en la atmósfera y mediante la síntesis de fertilizantes aumentar la producción agraria, tanto de cultivos como de animales. Hoy en día se estima que el empleo de fertilizantes de síntesis permite, directa o indirectamente, producir alimentos para la mitad de la población mundial.

En tal caso, ¿por qué supone un problema y una preocupación? El exceso de nitrógeno introducido en nuestros ecosistemas desencadena desequilibrios en sus cadenas tróficas que resultan incontrolables y pueden degenerar en procesos de contaminación de los cuerpos de agua, como el que estamos presenciando en el Mar Menor, así como en emisiones de gases como el amoniaco o los óxidos de nitrógeno que son también causa de contaminación ambiental.

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Fuente: Iagua
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