Los embalses emiten dos veces más carbono del que capturan y almacenan

Vie, 14/05/2021

Los embalses de agua tienen un papel decisivo en la distribución de agua potable (consumo, irrigación, etc.) y en la producción de energía eléctrica, y suponen a la vez un enorme impacto en el funcionamiento de los ríos donde se ubican. Tradicionalmente, los embalses son considerados unos sumideros netos de carbono que acumulan más carbono del que emiten hacia la atmósfera. Ahora, un nuevo estudio cambia la hipótesis tradicional del papel ecológico de los embalses en el ciclo global del carbono y revela que emiten dos veces más carbono del que capturan. En el estudio, publicado en la revista Nature Geosciences, participa el profesor Biel Obrador, de la Facultad de Biología y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona, y otros expertos del Centro Helmholtz de Investigación Ambiental en Magdeburg (UFZ, Alemania) y del Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA) en Girona. La investigación se ha desarrollado en el marco del proyecto C-HydroChange del Plan Nacional del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

Las redes fluviales transportan grandes cantidades de materia orgánica desde los ecosistemas terrestres hasta los océanos. Parte de esta materia orgánica es metabolizada por las comunidades acuáticas y se emite a la atmósfera como dióxido de carbono (CO2) o metano (CH4), dos gases con un importante efecto invernadero. Cuando un río desemboca en un embalse, este material orgánico se va acumulando progresivamente en los sedimentos. «Hay una gran cantidad carbono orgánico permanentemente enterrado en los sedimentos de los embalses. Hasta ahora, se consideraba que los embalses enterraban más carbono del que emitían», detalla el experto Phillip Keller, miembro del Centro Helmholtz de Investigación Ambiental, en Alemania (UFZ), y primer autor del estudio.

Un nuevo escenario para calcular el balance global del ciclo del carbono
Para calcular el balance de carbono en las masas de agua, no sólo es preciso considerar las zonas inundadas sino también aquellas zonas que se secan cuando desciende el nivel del agua. Cuando el sedimento entra en contacto con la atmósfera, se estimulan los procesos de mineralización y se emite mucho dióxido de carbono, tal como han constatado estudios previos en embalses, lagos, ríos y estanques llevados a cabo por los equipos UB-IRBio, ICRA y UFZ.

«Cuando se secan, los sedimentos emiten mucho más carbono que las zonas cubiertas de agua», explica Biel Obrador, que es miembro del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Biología y del Grupo de Investigación Forestream de la UB.

«Cuando desciende el nivel del agua del embalse, las grandes superficies se secan. Hasta ahora, estas áreas no se habían considerado en el cálculo del balance del carbono de los embalses. Nuestro estudio pretende cerrar esta brecha de conocimiento», apunta Obrador.

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Fuente: Iagua