La nueva depuradora de Almendralejo ya funciona a pleno rendimiento
Vie, 18/07/2014
CADAGUA
La nueva Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Almendralejo (Badajoz) ejecutada por la UTE Ferrovial Agroman – Cadagua, ya ha empezado a funcionar. Tras seis años de obras, un año de pruebas y una inversión de 17 millones de euros, esta nueva planta surge como consecuencia de la falta de capacidad de la antigua para tratar las aguas residuales.
La nueva E.D.A.R. tiene una capacidad de tratamiento de 18.000 m3/día, lo que equivale a una población de 54.545 habitantes equivalentes.
Las obras se proyectaron en la misma parcela en la que se encontraba la anterior E.D.A.R., por lo que fue necesario ejecutarlas en dos fases cumpliendo los parámetros de calidad del agua de salida exigidos en la autorización de vertido concedida a tal efecto por la Confederación Hidrográfica del Guadiana. El proceso de tratamiento del agua residual consta en primer lugar de un pretratamiento en el que se eliminan los sólidos con tamaño superior a 3 mm, las arenas y las grasas. Asimismo se eleva mediante bombeo la cota del agua, de forma que todo el flujo posterior se produce por gravedad. Posteriormente el agua pasa por dos etapas sucesivas de tratamiento biológico y decantación, en las que se lleva a cabo la eliminación de la materia orgánica presente. Finalmente, antes del vertido al río, se realiza una desinfección a fin de eliminar los microorganismos patógenos presentes en el agua residual.
Adicionalmente, la EDAR cuenta con un tanque de laminación capaz de absorber vertidos de alta carga contaminante que eventualmente puedan llegar a la EDAR y que de ser tratados de forma convencional dañarían irremediablemente el proceso biológico.
Los fangos generados en el tratamiento biológico son enviados a espesamiento para separar parte del agua contenida en ellos. Posteriormente se bombean a un digestor anaerobio, donde se produce su estabilización para evitar la generación de olores y produciendo a su vez biogás de alto poder calorífico. El fango digerido es enviado a unas centrífugas deshidratadoras que eliminan la mayor parte del agua aún presente. Finalmente el lodo deshidratado es almacenado en dos silos, de donde se extrae mediante camiones para ser aplicado directamente sobre terrenos agrícolas de la zona.
El biogás producido en el proceso de digestión se almacena en un gasómetro de doble membrana y se aprovecha de dos formas: quemándolo en calderas para calentamiento del digestor o enviándolo a una instalación de cogeneración, donde se quema el gas en un motor de combustión produciendo energía eléctrica que se emplea para autoconsumo en la propia EDAR. El gas sobrante es finalmente quemado en una antorcha.
La nueva E.D.A.R. tiene una capacidad de tratamiento de 18.000 m3/día, lo que equivale a una población de 54.545 habitantes equivalentes.
Las obras se proyectaron en la misma parcela en la que se encontraba la anterior E.D.A.R., por lo que fue necesario ejecutarlas en dos fases cumpliendo los parámetros de calidad del agua de salida exigidos en la autorización de vertido concedida a tal efecto por la Confederación Hidrográfica del Guadiana. El proceso de tratamiento del agua residual consta en primer lugar de un pretratamiento en el que se eliminan los sólidos con tamaño superior a 3 mm, las arenas y las grasas. Asimismo se eleva mediante bombeo la cota del agua, de forma que todo el flujo posterior se produce por gravedad. Posteriormente el agua pasa por dos etapas sucesivas de tratamiento biológico y decantación, en las que se lleva a cabo la eliminación de la materia orgánica presente. Finalmente, antes del vertido al río, se realiza una desinfección a fin de eliminar los microorganismos patógenos presentes en el agua residual.
Adicionalmente, la EDAR cuenta con un tanque de laminación capaz de absorber vertidos de alta carga contaminante que eventualmente puedan llegar a la EDAR y que de ser tratados de forma convencional dañarían irremediablemente el proceso biológico.
Los fangos generados en el tratamiento biológico son enviados a espesamiento para separar parte del agua contenida en ellos. Posteriormente se bombean a un digestor anaerobio, donde se produce su estabilización para evitar la generación de olores y produciendo a su vez biogás de alto poder calorífico. El fango digerido es enviado a unas centrífugas deshidratadoras que eliminan la mayor parte del agua aún presente. Finalmente el lodo deshidratado es almacenado en dos silos, de donde se extrae mediante camiones para ser aplicado directamente sobre terrenos agrícolas de la zona.
El biogás producido en el proceso de digestión se almacena en un gasómetro de doble membrana y se aprovecha de dos formas: quemándolo en calderas para calentamiento del digestor o enviándolo a una instalación de cogeneración, donde se quema el gas en un motor de combustión produciendo energía eléctrica que se emplea para autoconsumo en la propia EDAR. El gas sobrante es finalmente quemado en una antorcha.