La custodia del territorio aplicada al medio marino: una oportunidad para el Mediterráneo mediante el proyecto ENPI-ECOSAFIMED
Mié, 23/04/2014
Eco times - ambientum.com
La custodia marina es una estrategia de conservación que intenta generar la responsabilidad de las administraciones competentes y los usuarios del medio marino en la conservación de sus valores naturales, culturales y paisajísticos. La gestión pública y la legislación referente a los recursos naturales pueden encontrar en la custodia marina una herramienta complementaria a su acción. Por tanto, la custodia marina necesita el apoyo y refuerzo de la acción pública y en ningún caso la pretende sustituir. En el Mediterráneo se pretende impulsar esta herramienta de conservación con un nuevo proyecto promovido y liderado por la Fundación Biodiversidad.
La custodia del territorio en el medio marino. Conceptos y oportunidades.
Como nos recuerda un reciente manual europeo, la custodia del territorio es una estrategia para implicar a personas propietarias y usuarias de tierras en la conservación de la naturaleza y el paisaje, con el apoyo de una gran diversidad de agentes de la sociedad civil. Que mediante la adopción de acuerdos voluntarios entre los propietarios y usuarios de fincas, y las entidades de custodia, se pretende mantener –o en su caso restaurar- los valores relacionados con la naturaleza y el paisaje.
Pero, ¿qué entendemos por custodia marina? Según el pionero grupo de trabajo1 sobre custodia marina de la red catalana de custodia del territorio (xct), liderado actualmente por la entidad Submon: La custodia marina intenta encontrar formas de participación de la sociedad civil en la planificación y gestión del mar, y se define como una estrategia de conservación que intenta generar la responsabilidad de las administraciones competentes y los usuarios del medio marino en la conservación de sus valores naturales, culturales y paisajísticos.
La custodia marina es una estrategia de conservación que intenta generar la responsabilidad de las administraciones competentes y los usuarios del medio marino en la conservación de sus valores naturales, culturales y paisajísticos.
Antes de seguir, hay que matizar que la custodia del territorio llevada al medio marino presenta una serie de retos iniciales, debido a la particularidad jurídico-administrativa de las aguas litorales, marítimas y oceánicas, así como de las características de los ecosistemas en este tipo de ambientes. El primero, porque mayormente no existe régimen de propiedad en el mar, salvo en ciertos países como es el caso de Estados Unidos de América. Así, la ausencia de propiedad privada pudiera parecer una traba para la realización de custodia en el medio marino. Esto no es así, aunque resulta en una complejidad añadida a la hora de ponerla en práctica. Sin embargo, existen organismos de administración y gestión así como usuarios (pescadores, clubes náuticos, buceadores, bañistas, etc.) que serán los agentes clave para su implementación. Respecto a lo segundo, porque el medio marino difiere, sustancialmente, del terrestre en la naturaleza de sus ecosistemas. Mientras que los científicos clasifican los ecosistemas terrestres según sus formas de vida vegetal dominantes, la clasificación de los acuáticos la basan fundamentalmente en las características del ambiente físico. Estos dos aspectos deben ser tratados inicialmente, para entender adecuadamente el espacio en el que se desarrollarán los acuerdos y las acciones o actividades propias de la custodia marina.
Las entidades de custodia son organizaciones sin ánimo de lucro que llevan a la práctica y promueven el concepto de custodia marina, mediante diferentes formas de acuerdos voluntarios con los usuarios y las administraciones competentes. Estas engloban a la sociedad civil (asociaciones, fundaciones, etc.) y entidades públicas (ayuntamientos, consorcios y otros entes públicos).
El ámbito de actuación de la custodia marina se considera todo el medio marino, incluyendo las aguas de transición y la parte terrestre de dominio público marítimo terrestre, ya que tiene la misma singularidad que el mar –no existen propietarios privados-, y, además, pueden dar continuidad al espacio marítimo a custodiar.
Pese a los retos a los que se enfrenta la custodia marina, las oportunidades que se abren no son pocas teniendo en cuenta que:
La gestión pública y la legislación referente a los recursos naturales pueden encontrar en la custodia marina una herramienta complementaria a su acción. Por tanto, la custodia marina necesita el mantenimiento y refuerzo de la acción pública y en ningún caso la pretende sustituir.
La custodia marina se fundamenta en el principio de voluntariedad de todas las partes implicadas en su aplicación: sociedad civil, sector privado pesquero y marino, y administraciones.
Este carácter voluntario se refuerza mediante la educación, la información, la participación, la toma de decisiones y el trabajo colaborativo entre las partes implicadas.
Las entidades de custodia, para alcanzar sus objetivos de conservación utilizan diversas estrategias basadas en los diferentes instrumentos que ofrece la custodia marina, tanto a nivel de entidad, como plan estratégico de funcionamiento básico, como a nivel de proyecto. A nivel de proyecto, la estrategia a seguir depende de numerosos factores que condicionarán las actividades desempeñadas, pero dos se presentarán, en principio, en cualquier actuación. Esto es, la naturaleza propia de cada espacio, y de la del entorno social en la que se pretendan dar las acciones de custodia marina. Algunos de los elementos comunes más importantes a tener en cuenta en ella son la promoción, las vías de comunicación e intercambio de información, un catálogo de actuaciones, y el consenso en las actuaciones. Aquí la gestión adaptativa (conservación dinámica) tendrá un peso relevante para el buen desarrollo y seguimiento de las actividades desarrolladas a lo largo de los acuerdos de custodia.
El proyecto ECOSAFIMED propone estudiar el impacto de la pesca artesanal en zonas con baja presión por pesca de arrastre. Su objetivo es ofrecer un conjunto de recomendaciones, con base científica, para una gestión de la pesca artesanal basadas en el ecosistema.
Pero, ¿qué entendemos por acuerdos de conservación en el medio marino en la práctica? Se entiende por cualquier acuerdo contractual, formal o informal, que esté dirigido a alcanzar objetivos de conservación en el medio marino, en los que una o más partes (usualmente titulares de derechos) se comprometen voluntariamente a emprender ciertas acciones, abstenerse de otras, o transferir ciertos derechos y responsabilidades a cambio de que una o más de las otras partes (normalmente entidades de conservación-custodia) se comprometan voluntariamente a entregar incentivos económicos explícitos (directos o indirectos).
A lo anterior, cabe matizar los valores no pecuniarios o intangibles de las actuaciones de custodia marina. Por ejemplo, el valor de un paisaje generado o regenerado, o un ambiente saludable, resultan muy difíciles de estimar económicamente. Lo mismo ocurre cuando se contribuye a conservar ciertas prácticas, conocimientos o tradiciones culturales de forma sostenible. En este sentido, los servicios de regulación de ciertos ecosistemas también resultará dificultosa su valoración monetaria.
razas autóctonas de ganado en peligro de extinción, como el Caballo Losino
En España existen proyectos de esta naturaleza muy interesantes, aquí resaltaremos uno en la zona litoral, pero se encuentran otros no menos interesantes en diferentes zonas marítimas y oceánicas. Así, en la zona intermareal y cercada por un ecosistema urbano encontramos las Marismas de Alday en Cantabria. La Fundación Naturaleza y Hombre (FNyH) gestiona parte de estas marismas en los términos municipales de Camargo y Santander, mediante dos acuerdos de custodia, firmados con dos de las entidades públicas que tienen competencias o titularidad de derechos de gestión. Por un lado, con la entidad de competencia estatal, en este caso, con la Demarcación de Costas en Cantabria, ya que la zona central de las marismas pertenece al Dominio Público Marítimo Terrestre, delimitada por la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar (MAGRAMA). Por otro, con la entidad competente a nivel local, el Ayuntamiento de Camargo. Junto a los terrenos públicos, existen propiedades privadas y otras pertenecientes al Ayuntamiento de Camargo. En ambos casos se cuenta con acuerdos con los propietarios, de modo que la gestión del conjunto del espacio corre a cargo de la FNyH. Los acuerdos se circunscriben a una superficie de 70 ha del humedal situado al oeste de la Bahía de Santander. Este es alimentado por aguas salinas procedentes de la Ría y el Canal de Raos, aunque también presenta aguas dulces y salobres. En esta superficie se realizan trabajos de restauración ecosistémica del espacio, con actuaciones de revegetación y gestión del hábitat mayormente, sin olvidar la concienciación y divulgación. Estos acuerdos tienen una duración de 30 años, lo que es muy importante para un adecuado desarrollo de los proyectos de conservación aplicados. Para finalizar, añadir que uno de los principales valores de este proyecto es que, gracias a la recuperación de este espacio periurbano altamente degradado, se ha recuperado y abierto un espacio natural litoral para que la ciudadanía lo pueda disfrutar.
Vemos, pues, que no todo acuerdo de custodia marina se realiza en mar abierto. De hecho, existe una gran oportunidad de realizar acuerdos de este tipo en zonas intermareales y litorales, ya que en éstas se concentra una gran cantidad de población, pudiendo llegar a tener un gran efecto en materia de conservación.
Proyecto ENPI-ECOSAFIMED
La Fundación Biodiversidad apoya la custodia del territorio desde hace muchos años, pero muy especialmente desde 2007, fecha en la que se creó la Plataforma de Custodia del Territorio. Dicha plataforma nace con la vocación de convertirse en un lugar de encuentro para todas las redes y entidades de custodia que llevan a cabo su actividad en el Estado español, brindándoles apoyo e impulsándolas a que sigan trabajando en esta línea. Para ello, la Plataforma asume la participación como un rasgo esencial para su buena consecución y por ello desea poder contar con la colaboración de los diferentes actores del movimiento de la custodia para el desarrollo de las diferentes actividades de la Plataforma. Entre el año 2012 y 2013 se han apoyado un total de 38 proyectos relacionados con la custodia del territorio mediante la convocatoria de ayudas.
Continuando su tarea de apoyo estratégico a la custodia del territorio como instrumento de gestión concertada, la Fundación Biodiversidad lidera el proyecto ENPI Conservación de ecosistemas y pesquerías artesanales sostenibles en la cuenca Mediterránea (ECOSAFIMED) que se enmarca en el Programa Europeo ENPI Cuenca Mediterránea (ENPI CBC MED 2007-2013).
Este proyecto tiene por objetivo contribuir a la implementación de la Directiva Marina Europea en la cuenca Mediterránea (2008/56/EC). Para ello pretende promover prácticas de pesca responsable e incentivar la comunicación entre la comunidad científica y el sector pesquero artesanal con el fin de contribuir a la conservación de los ecosistemas marinos y comunidades bentónicas. Asimismo, pretende elaborar recomendaciones de gestión para las pesquerías artesanales en el Mediterráneo.
Entre las acciones previstas, se identificarán aquellas áreas con baja presión de arrastre en las que faenan pesquerías artesanales en España, Italia y Túnez. Una vez delimitadas, se evaluará el impacto de estas pesquerías sobre los ecosistemas del fondo marino. A partir de los resultados, se prepararán unas recomendaciones consensuadas con el sector pesquero que permitan compatibilizar la pesca artesanal y la conservación de las comunidades bentónicas. El proyecto tiene prevista la detección de áreas de alto valor ecológico para su conservación y protección y para ello se contempla una serie de acciones específicas en materia de custodia marina.
En el proyecto están implicados actores y agentes de España, Italia y Túnez. Dio comienzo en febrero de este año y se extenderá hasta diciembre del 2015. La Fundación Biodiversidad es la entidad que lo coordina y cuenta como socios con el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), el Departamento de Ciencias de la Tierra, el Ambiente y de la Vida de la Universidad de Génova y El Instituto Nacional de Ciencias Marinas de Túnez. El proyecto cuenta con una financiación total de 1.915.883,30 €, de la cual 1.569.235,79 € son a cargo del programa ENPI (81,90%).
Dada la naturaleza propia de la custodia, su utilización en el proyecto está pensada para que los principales resultados alcanzados durante el mismo se mantengan a largo plazo. De este modo, se espera firmar acuerdos de custodia marina, trasmitir los resultados a los actores implicados y realizar trabajo en red. Para ello se está desarrollando un programa formativo en materia de custodia marina para los socios que consiste, básicamente, en la elaboración de un manual práctico introductorio sobre custodia marina y una serie de sesiones formativas con los socios que empezará este mismo mes de abril y se mantendrá a lo largo del proyecto en varias sesiones, desayunos de trabajo y trabajo en red. La formación está pensada para que los socios estén capacitados para formar e impulsar la custodia marina en sus respectivos países y ámbitos de actuación. Como resultado final, se espera la formalización de al menos cinco acuerdos de custodia marina entre agentes con titularidad de derechos y usuarios del medio marino con entidades de custodia de los respectivos países. Para finalizar, destacar que las recomendaciones técnico-científicas elaboradas durante el proyecto serán recogidas y comunicadas a través del programa de custodia marina del proyecto. De este modo se espera que la custodia marina favorezca la conservación y desarrollo futuro de los hábitat y ecosistemas mediterráneos, así como el de las comunidades locales dónde se desarrollen los acuerdos de conservación marina alcanzados en este proyecto de cooperación y buena vecindad europeo.
Como nos recuerda un reciente manual europeo, la custodia del territorio es una estrategia para implicar a personas propietarias y usuarias de tierras en la conservación de la naturaleza y el paisaje, con el apoyo de una gran diversidad de agentes de la sociedad civil. Que mediante la adopción de acuerdos voluntarios entre los propietarios y usuarios de fincas, y las entidades de custodia, se pretende mantener –o en su caso restaurar- los valores relacionados con la naturaleza y el paisaje.
Pero, ¿qué entendemos por custodia marina? Según el pionero grupo de trabajo1 sobre custodia marina de la red catalana de custodia del territorio (xct), liderado actualmente por la entidad Submon: La custodia marina intenta encontrar formas de participación de la sociedad civil en la planificación y gestión del mar, y se define como una estrategia de conservación que intenta generar la responsabilidad de las administraciones competentes y los usuarios del medio marino en la conservación de sus valores naturales, culturales y paisajísticos.
La custodia marina es una estrategia de conservación que intenta generar la responsabilidad de las administraciones competentes y los usuarios del medio marino en la conservación de sus valores naturales, culturales y paisajísticos.
Antes de seguir, hay que matizar que la custodia del territorio llevada al medio marino presenta una serie de retos iniciales, debido a la particularidad jurídico-administrativa de las aguas litorales, marítimas y oceánicas, así como de las características de los ecosistemas en este tipo de ambientes. El primero, porque mayormente no existe régimen de propiedad en el mar, salvo en ciertos países como es el caso de Estados Unidos de América. Así, la ausencia de propiedad privada pudiera parecer una traba para la realización de custodia en el medio marino. Esto no es así, aunque resulta en una complejidad añadida a la hora de ponerla en práctica. Sin embargo, existen organismos de administración y gestión así como usuarios (pescadores, clubes náuticos, buceadores, bañistas, etc.) que serán los agentes clave para su implementación. Respecto a lo segundo, porque el medio marino difiere, sustancialmente, del terrestre en la naturaleza de sus ecosistemas. Mientras que los científicos clasifican los ecosistemas terrestres según sus formas de vida vegetal dominantes, la clasificación de los acuáticos la basan fundamentalmente en las características del ambiente físico. Estos dos aspectos deben ser tratados inicialmente, para entender adecuadamente el espacio en el que se desarrollarán los acuerdos y las acciones o actividades propias de la custodia marina.
Las entidades de custodia son organizaciones sin ánimo de lucro que llevan a la práctica y promueven el concepto de custodia marina, mediante diferentes formas de acuerdos voluntarios con los usuarios y las administraciones competentes. Estas engloban a la sociedad civil (asociaciones, fundaciones, etc.) y entidades públicas (ayuntamientos, consorcios y otros entes públicos).
El ámbito de actuación de la custodia marina se considera todo el medio marino, incluyendo las aguas de transición y la parte terrestre de dominio público marítimo terrestre, ya que tiene la misma singularidad que el mar –no existen propietarios privados-, y, además, pueden dar continuidad al espacio marítimo a custodiar.
Pese a los retos a los que se enfrenta la custodia marina, las oportunidades que se abren no son pocas teniendo en cuenta que:
La gestión pública y la legislación referente a los recursos naturales pueden encontrar en la custodia marina una herramienta complementaria a su acción. Por tanto, la custodia marina necesita el mantenimiento y refuerzo de la acción pública y en ningún caso la pretende sustituir.
La custodia marina se fundamenta en el principio de voluntariedad de todas las partes implicadas en su aplicación: sociedad civil, sector privado pesquero y marino, y administraciones.
Este carácter voluntario se refuerza mediante la educación, la información, la participación, la toma de decisiones y el trabajo colaborativo entre las partes implicadas.
Las entidades de custodia, para alcanzar sus objetivos de conservación utilizan diversas estrategias basadas en los diferentes instrumentos que ofrece la custodia marina, tanto a nivel de entidad, como plan estratégico de funcionamiento básico, como a nivel de proyecto. A nivel de proyecto, la estrategia a seguir depende de numerosos factores que condicionarán las actividades desempeñadas, pero dos se presentarán, en principio, en cualquier actuación. Esto es, la naturaleza propia de cada espacio, y de la del entorno social en la que se pretendan dar las acciones de custodia marina. Algunos de los elementos comunes más importantes a tener en cuenta en ella son la promoción, las vías de comunicación e intercambio de información, un catálogo de actuaciones, y el consenso en las actuaciones. Aquí la gestión adaptativa (conservación dinámica) tendrá un peso relevante para el buen desarrollo y seguimiento de las actividades desarrolladas a lo largo de los acuerdos de custodia.
El proyecto ECOSAFIMED propone estudiar el impacto de la pesca artesanal en zonas con baja presión por pesca de arrastre. Su objetivo es ofrecer un conjunto de recomendaciones, con base científica, para una gestión de la pesca artesanal basadas en el ecosistema.
Pero, ¿qué entendemos por acuerdos de conservación en el medio marino en la práctica? Se entiende por cualquier acuerdo contractual, formal o informal, que esté dirigido a alcanzar objetivos de conservación en el medio marino, en los que una o más partes (usualmente titulares de derechos) se comprometen voluntariamente a emprender ciertas acciones, abstenerse de otras, o transferir ciertos derechos y responsabilidades a cambio de que una o más de las otras partes (normalmente entidades de conservación-custodia) se comprometan voluntariamente a entregar incentivos económicos explícitos (directos o indirectos).
A lo anterior, cabe matizar los valores no pecuniarios o intangibles de las actuaciones de custodia marina. Por ejemplo, el valor de un paisaje generado o regenerado, o un ambiente saludable, resultan muy difíciles de estimar económicamente. Lo mismo ocurre cuando se contribuye a conservar ciertas prácticas, conocimientos o tradiciones culturales de forma sostenible. En este sentido, los servicios de regulación de ciertos ecosistemas también resultará dificultosa su valoración monetaria.
razas autóctonas de ganado en peligro de extinción, como el Caballo Losino
En España existen proyectos de esta naturaleza muy interesantes, aquí resaltaremos uno en la zona litoral, pero se encuentran otros no menos interesantes en diferentes zonas marítimas y oceánicas. Así, en la zona intermareal y cercada por un ecosistema urbano encontramos las Marismas de Alday en Cantabria. La Fundación Naturaleza y Hombre (FNyH) gestiona parte de estas marismas en los términos municipales de Camargo y Santander, mediante dos acuerdos de custodia, firmados con dos de las entidades públicas que tienen competencias o titularidad de derechos de gestión. Por un lado, con la entidad de competencia estatal, en este caso, con la Demarcación de Costas en Cantabria, ya que la zona central de las marismas pertenece al Dominio Público Marítimo Terrestre, delimitada por la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar (MAGRAMA). Por otro, con la entidad competente a nivel local, el Ayuntamiento de Camargo. Junto a los terrenos públicos, existen propiedades privadas y otras pertenecientes al Ayuntamiento de Camargo. En ambos casos se cuenta con acuerdos con los propietarios, de modo que la gestión del conjunto del espacio corre a cargo de la FNyH. Los acuerdos se circunscriben a una superficie de 70 ha del humedal situado al oeste de la Bahía de Santander. Este es alimentado por aguas salinas procedentes de la Ría y el Canal de Raos, aunque también presenta aguas dulces y salobres. En esta superficie se realizan trabajos de restauración ecosistémica del espacio, con actuaciones de revegetación y gestión del hábitat mayormente, sin olvidar la concienciación y divulgación. Estos acuerdos tienen una duración de 30 años, lo que es muy importante para un adecuado desarrollo de los proyectos de conservación aplicados. Para finalizar, añadir que uno de los principales valores de este proyecto es que, gracias a la recuperación de este espacio periurbano altamente degradado, se ha recuperado y abierto un espacio natural litoral para que la ciudadanía lo pueda disfrutar.
Vemos, pues, que no todo acuerdo de custodia marina se realiza en mar abierto. De hecho, existe una gran oportunidad de realizar acuerdos de este tipo en zonas intermareales y litorales, ya que en éstas se concentra una gran cantidad de población, pudiendo llegar a tener un gran efecto en materia de conservación.
Proyecto ENPI-ECOSAFIMED
La Fundación Biodiversidad apoya la custodia del territorio desde hace muchos años, pero muy especialmente desde 2007, fecha en la que se creó la Plataforma de Custodia del Territorio. Dicha plataforma nace con la vocación de convertirse en un lugar de encuentro para todas las redes y entidades de custodia que llevan a cabo su actividad en el Estado español, brindándoles apoyo e impulsándolas a que sigan trabajando en esta línea. Para ello, la Plataforma asume la participación como un rasgo esencial para su buena consecución y por ello desea poder contar con la colaboración de los diferentes actores del movimiento de la custodia para el desarrollo de las diferentes actividades de la Plataforma. Entre el año 2012 y 2013 se han apoyado un total de 38 proyectos relacionados con la custodia del territorio mediante la convocatoria de ayudas.
Continuando su tarea de apoyo estratégico a la custodia del territorio como instrumento de gestión concertada, la Fundación Biodiversidad lidera el proyecto ENPI Conservación de ecosistemas y pesquerías artesanales sostenibles en la cuenca Mediterránea (ECOSAFIMED) que se enmarca en el Programa Europeo ENPI Cuenca Mediterránea (ENPI CBC MED 2007-2013).
Este proyecto tiene por objetivo contribuir a la implementación de la Directiva Marina Europea en la cuenca Mediterránea (2008/56/EC). Para ello pretende promover prácticas de pesca responsable e incentivar la comunicación entre la comunidad científica y el sector pesquero artesanal con el fin de contribuir a la conservación de los ecosistemas marinos y comunidades bentónicas. Asimismo, pretende elaborar recomendaciones de gestión para las pesquerías artesanales en el Mediterráneo.
Entre las acciones previstas, se identificarán aquellas áreas con baja presión de arrastre en las que faenan pesquerías artesanales en España, Italia y Túnez. Una vez delimitadas, se evaluará el impacto de estas pesquerías sobre los ecosistemas del fondo marino. A partir de los resultados, se prepararán unas recomendaciones consensuadas con el sector pesquero que permitan compatibilizar la pesca artesanal y la conservación de las comunidades bentónicas. El proyecto tiene prevista la detección de áreas de alto valor ecológico para su conservación y protección y para ello se contempla una serie de acciones específicas en materia de custodia marina.
En el proyecto están implicados actores y agentes de España, Italia y Túnez. Dio comienzo en febrero de este año y se extenderá hasta diciembre del 2015. La Fundación Biodiversidad es la entidad que lo coordina y cuenta como socios con el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), el Departamento de Ciencias de la Tierra, el Ambiente y de la Vida de la Universidad de Génova y El Instituto Nacional de Ciencias Marinas de Túnez. El proyecto cuenta con una financiación total de 1.915.883,30 €, de la cual 1.569.235,79 € son a cargo del programa ENPI (81,90%).
Dada la naturaleza propia de la custodia, su utilización en el proyecto está pensada para que los principales resultados alcanzados durante el mismo se mantengan a largo plazo. De este modo, se espera firmar acuerdos de custodia marina, trasmitir los resultados a los actores implicados y realizar trabajo en red. Para ello se está desarrollando un programa formativo en materia de custodia marina para los socios que consiste, básicamente, en la elaboración de un manual práctico introductorio sobre custodia marina y una serie de sesiones formativas con los socios que empezará este mismo mes de abril y se mantendrá a lo largo del proyecto en varias sesiones, desayunos de trabajo y trabajo en red. La formación está pensada para que los socios estén capacitados para formar e impulsar la custodia marina en sus respectivos países y ámbitos de actuación. Como resultado final, se espera la formalización de al menos cinco acuerdos de custodia marina entre agentes con titularidad de derechos y usuarios del medio marino con entidades de custodia de los respectivos países. Para finalizar, destacar que las recomendaciones técnico-científicas elaboradas durante el proyecto serán recogidas y comunicadas a través del programa de custodia marina del proyecto. De este modo se espera que la custodia marina favorezca la conservación y desarrollo futuro de los hábitat y ecosistemas mediterráneos, así como el de las comunidades locales dónde se desarrollen los acuerdos de conservación marina alcanzados en este proyecto de cooperación y buena vecindad europeo.