Susana Magro, directora general de la Oficina Española de Cambio Climático “No queremos volver a comprar derechos de emisión a terceros países”
Jue, 21/11/2013
Comienza el tramo final de la cumbre del clima, y con ello los días decisivos para saber si se alcanzará algún principio de acuerdo que siente las bases del nuevo compromiso sobre cambio climático que deberá adoptarse en 2015 en París. Susana Magro, directora general de la Oficina Española de Cambio Climático, lidera desde ayer el equipo técnico de la delegación española desplazado a Varsovia (Polonia).
¿Qué papel tiene asignado España dentro del grupo de negociación de la UE en esta cumbre?
Nosotros seguimos la postura de la UE, pero siempre con una actitud constructiva. El año pasado en Doha fue clave, porque el Secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, negoció dentro de la UE para conseguir un acuerdo. Este año venimos con la misma intención.
¿Cómo trabaja en Varsovia el equipo técnico que dirige?
En nuestro caso concreto, negocia en nombre de la UE en muchos de los grupos de trabajo, a pesar de que somos un equipo reducido. La postura de España es que hay que lograr ese gran acuerdo en 2015 en París. Para ello, el ministro de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, va a tener reuniones bilaterales con muchos países. Con los iberoamericanos principalmente, pero también con China, Polonia, Marruecos y Túnez. Todos estos encuentros ayudan a la hora de la negociación.
“Hay que allanar el camino de la cumbre del clima de París de 2015, pero no está siendo nada sencillo”
A estas alturas, y después del paso atrás en esta COP19 en los compromisos de países como Japón, ¿cuáles son las expectativas?
Las cosas no están fáciles. Nosotros venimos aquí con el objetivo de acordar que en 2014 seamos capaces de poner compromisos en materia de cambio climático sobre la mesa. Hay que allanar el camino de la cumbre del clima de París de 2015, pero no está siendo nada sencillo. Se está viendo estos días la complejidad de fijar unos acuerdos evaluables por todos los países. Todavía no hay nada cerrado, pero la experiencia nos dice que todo suele avanzar más rápido en los últimos días, e incluso se empiezan a alcanzar acuerdos in extremis en las últimas horas de la cumbre.
¿Se puede considerar un avance que el Grupo de la Plataforma de Durban (ADP) haya presentado un texto?
Es verdad que ya hay un texto, y es la base sobre la que trabajar e ir haciendo correcciones. Hay que tener en cuenta que en esta cumbre están discutiendo 190 países. Es un primer paso, pero no recoge la ambición de la UE.
Y respecto a la polémica alrededor de la influencia de las empresas en esta cumbre, ¿qué opina de la crítica que se ha hecho por parte de las ONG, que aseguran que esta conferencia está ‘secuestrada’ por intereses empresariales?
Creo que eso no es así. No es que las empresas se integren en la cumbre. Hay un grupo de empresas, entre ellas varias españolas, que están acreditadas como oyentes, al igual que las ONG. En las negociaciones no pueden entrar. Son meros observadores.
“En febrero queremos tener una hoja de ruta de medidas para reducir emisiones en España”
¿España ha hecho los deberes en materia climática?
Estamos trabajando en cumplir múltiples objetivos dentro de la Oficina Española de Cambio Climático que dirijo. Por ejemplo, hay una parte de la oficina que acaba de terminar un acuerdo de asignaciones gratuitas de derechos de emisión, que es un tema muy importante para la industria. Estas asignaciones se aprobaron en Consejo de Ministros el pasado viernes y afecta a mil instalaciones. También estamos elaborando un Real Decreto en materia de carbono que pretendemos sacar antes de que acabe el año. Consiste en hacer un registro nacional de huella de carbono de las empresas –pequeñas, medianas o grandes–, que hasta ahora no existe, para que se comprometan a reducir sus emisiones.
Y de aquí a 2020, ¿qué queda por hacer para cumplir los objetivos fijados por la UE?
Para cumplir con el Protocolo de Kioto hemos tenido que recurrir a comprar derechos de emisión a terceros países, y no queremos volver a utilizar ese mecanismo porque supone un gasto económico. En febrero queremos tener una hoja de ruta de medidas para reducir emisiones en España. Nuestro objetivo es invertir en economías bajas en carbono y apoyar a empresas que tengan proyectos de reducción de emisiones. En esa línea hemos sacado el proyecto PIMA Aire, que apoya la moto y la bicicleta eléctrica, así como la sustitución de furgonetas por otras menos contaminantes, y el proyecto PIMA Sol, para apoyar a hoteles que se rehabiliten mejorando la eficiencia energética.
Nosotros seguimos la postura de la UE, pero siempre con una actitud constructiva. El año pasado en Doha fue clave, porque el Secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, negoció dentro de la UE para conseguir un acuerdo. Este año venimos con la misma intención.
¿Cómo trabaja en Varsovia el equipo técnico que dirige?
En nuestro caso concreto, negocia en nombre de la UE en muchos de los grupos de trabajo, a pesar de que somos un equipo reducido. La postura de España es que hay que lograr ese gran acuerdo en 2015 en París. Para ello, el ministro de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, va a tener reuniones bilaterales con muchos países. Con los iberoamericanos principalmente, pero también con China, Polonia, Marruecos y Túnez. Todos estos encuentros ayudan a la hora de la negociación.
“Hay que allanar el camino de la cumbre del clima de París de 2015, pero no está siendo nada sencillo”
A estas alturas, y después del paso atrás en esta COP19 en los compromisos de países como Japón, ¿cuáles son las expectativas?
Las cosas no están fáciles. Nosotros venimos aquí con el objetivo de acordar que en 2014 seamos capaces de poner compromisos en materia de cambio climático sobre la mesa. Hay que allanar el camino de la cumbre del clima de París de 2015, pero no está siendo nada sencillo. Se está viendo estos días la complejidad de fijar unos acuerdos evaluables por todos los países. Todavía no hay nada cerrado, pero la experiencia nos dice que todo suele avanzar más rápido en los últimos días, e incluso se empiezan a alcanzar acuerdos in extremis en las últimas horas de la cumbre.
¿Se puede considerar un avance que el Grupo de la Plataforma de Durban (ADP) haya presentado un texto?
Es verdad que ya hay un texto, y es la base sobre la que trabajar e ir haciendo correcciones. Hay que tener en cuenta que en esta cumbre están discutiendo 190 países. Es un primer paso, pero no recoge la ambición de la UE.
Y respecto a la polémica alrededor de la influencia de las empresas en esta cumbre, ¿qué opina de la crítica que se ha hecho por parte de las ONG, que aseguran que esta conferencia está ‘secuestrada’ por intereses empresariales?
Creo que eso no es así. No es que las empresas se integren en la cumbre. Hay un grupo de empresas, entre ellas varias españolas, que están acreditadas como oyentes, al igual que las ONG. En las negociaciones no pueden entrar. Son meros observadores.
“En febrero queremos tener una hoja de ruta de medidas para reducir emisiones en España”
¿España ha hecho los deberes en materia climática?
Estamos trabajando en cumplir múltiples objetivos dentro de la Oficina Española de Cambio Climático que dirijo. Por ejemplo, hay una parte de la oficina que acaba de terminar un acuerdo de asignaciones gratuitas de derechos de emisión, que es un tema muy importante para la industria. Estas asignaciones se aprobaron en Consejo de Ministros el pasado viernes y afecta a mil instalaciones. También estamos elaborando un Real Decreto en materia de carbono que pretendemos sacar antes de que acabe el año. Consiste en hacer un registro nacional de huella de carbono de las empresas –pequeñas, medianas o grandes–, que hasta ahora no existe, para que se comprometan a reducir sus emisiones.
Y de aquí a 2020, ¿qué queda por hacer para cumplir los objetivos fijados por la UE?
Para cumplir con el Protocolo de Kioto hemos tenido que recurrir a comprar derechos de emisión a terceros países, y no queremos volver a utilizar ese mecanismo porque supone un gasto económico. En febrero queremos tener una hoja de ruta de medidas para reducir emisiones en España. Nuestro objetivo es invertir en economías bajas en carbono y apoyar a empresas que tengan proyectos de reducción de emisiones. En esa línea hemos sacado el proyecto PIMA Aire, que apoya la moto y la bicicleta eléctrica, así como la sustitución de furgonetas por otras menos contaminantes, y el proyecto PIMA Sol, para apoyar a hoteles que se rehabiliten mejorando la eficiencia energética.