Científicos advierten de que las piscinas naturalizadas también se contaminan
Vie, 23/08/2013
Científicos de la Universidad de Barcelona advierten de que las piscinas naturalizadas también se contaminan, por lo que recomiendan investigar el alcance del problema "y determinar los parámetros microbiológicos que aseguren la salud de los bañistas".
Así lo manifiestan tras haber realizado un estudio sobre cuatro de estas piscinas situadas en Cataluña, las cuales "no utilizan cloro ni otros productos químicos para su desinfección". Debido a que en los últimos años han aumentado su presencia, los expertos han realizado este trabajo para sondear la calidad de sus aguas.
El resultado es que, en este tipo de masas artificiales de agua que se tratan con filtros mecánicos y biológicos pero no químicos, se ha detectado contaminación fecal en algunas de ellas "debido a las deposiciones de pájaros y otros animales", explican al tiempo que manifiestan que en tres "se superaban los límites de “Escherichia coli” y enterococos fecales recomendados".
Este trabajo, que ha sido publicado en la revista especializada “International Journal of Hygiene and Environmental Health” y que recoge la Plataforma SINC, tiene en el miembro de este centro universitario catalán, el doctor Arnau Casanovas, a uno de sus autores.
No existe ligislación
Para él, aún se sabe "poco" acerca de la capacidad que tienen los sistemas naturales de depuración para garantizar la calidad del agua de baño desde un punto de vista microbiológico. Además, expone que "no existe una legislación que regule la calidad de las aguas de estas piscinas".
Por ello, tras el análisis de las cuatro piscinas con emplazamiento en Cataluña, los investigadores han comparado los datos obtenidos con las recomendaciones que se ofrecen desde Francia, Suiza, Austria y Alemania. Así, han constado que los valores que no se deberían superar son 100 “unidades formadoras de colonias” de “E. coli” para 100 mililitros de agua y entre 40y 50 para el caso de los enterococos.
A juicio de Casanovas, la contaminación microbiológica de estas aguas puede tener su origen en las aportaciones de los propios bañistas, algo que puede producirse "por el lavado involuntario de restos fecales o de otra naturaleza". Sin embargo, en este caso, pero los análisis bioquímicos señalan que "el origen es animal", asegura.
"Probablemente la fuente de contaminación es la fauna salvaje, particularmente los pájaros, que habitan en los alrededores de estas piscinas", continúa el experto, que también destaca otros parámetros, como "la concentración de la bacteria “Pseudomonas aeruginosa”".
Así lo manifiestan tras haber realizado un estudio sobre cuatro de estas piscinas situadas en Cataluña, las cuales "no utilizan cloro ni otros productos químicos para su desinfección". Debido a que en los últimos años han aumentado su presencia, los expertos han realizado este trabajo para sondear la calidad de sus aguas.
El resultado es que, en este tipo de masas artificiales de agua que se tratan con filtros mecánicos y biológicos pero no químicos, se ha detectado contaminación fecal en algunas de ellas "debido a las deposiciones de pájaros y otros animales", explican al tiempo que manifiestan que en tres "se superaban los límites de “Escherichia coli” y enterococos fecales recomendados".
Este trabajo, que ha sido publicado en la revista especializada “International Journal of Hygiene and Environmental Health” y que recoge la Plataforma SINC, tiene en el miembro de este centro universitario catalán, el doctor Arnau Casanovas, a uno de sus autores.
No existe ligislación
Para él, aún se sabe "poco" acerca de la capacidad que tienen los sistemas naturales de depuración para garantizar la calidad del agua de baño desde un punto de vista microbiológico. Además, expone que "no existe una legislación que regule la calidad de las aguas de estas piscinas".
Por ello, tras el análisis de las cuatro piscinas con emplazamiento en Cataluña, los investigadores han comparado los datos obtenidos con las recomendaciones que se ofrecen desde Francia, Suiza, Austria y Alemania. Así, han constado que los valores que no se deberían superar son 100 “unidades formadoras de colonias” de “E. coli” para 100 mililitros de agua y entre 40y 50 para el caso de los enterococos.
A juicio de Casanovas, la contaminación microbiológica de estas aguas puede tener su origen en las aportaciones de los propios bañistas, algo que puede producirse "por el lavado involuntario de restos fecales o de otra naturaleza". Sin embargo, en este caso, pero los análisis bioquímicos señalan que "el origen es animal", asegura.
"Probablemente la fuente de contaminación es la fauna salvaje, particularmente los pájaros, que habitan en los alrededores de estas piscinas", continúa el experto, que también destaca otros parámetros, como "la concentración de la bacteria “Pseudomonas aeruginosa”".