Así fue el Sexto Seminario de la Fundación Botín sobre la gestión del agua en el siglo XXI
Mié, 05/12/2012
Nueva reunión de la Fundación Botín para identificar la mejor vía para abordar la gestión del agua, centrándose en esta ocasión en la necesidad de gestionar de manera integrada este recurso. Este Seminario, el sexto organizado por la Fundación Botín desde su Observatorio del Agua, se celebró hace unos días en la nueva sede de esta institución en Madrid.
La presencia de especialistas de Estados Unidos, México, Chile, China, Brasil, Colombia, Suiza, Marruecos, Perú y Argentina, además de los españoles, sirvió también para revisar el estado del proyecto de Latinoamérica (LA) sobre Seguridad Hídrica y Alimentaria, cuya novedad es su enfoque multidisciplinar.
En el Seminario, dirigido por el catedrático emérito de Hidrogeología Ramón Llamas, se debatió sobre la gestión del agua subterránea y superficial; el abastecimiento y saneamiento para usos urbanos e industriales; la sostenibilidad alimentaria; los ecosistemas de agua dulce; el comercio de agua virtual; y los casos de China y Perú.
La reunión acogió a representantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE); la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Centro Internacional de Gestión de Agua (IWMI), representantes de la Academia de Ciencias de China y de universidades de Chile, Perú, Colombia, Argentina, México, Costa Rica y Suiza.
También fue una ocasión para dar a conocer la monografía El agua en España: bases para un pacto de futuro, editada por el Observatorio y punto de encuentro para sentar una base de debate sobre el agua en España y tratar de conseguir un pacto sobre la política del agua entre los principales partidos políticos.
Como señala uno de sus editores, el profesor Llamas, “los problemas de agua del mundo en general se deben a una mala gestión, y no a su escasez física”. La monografía se inspira en esta afirmación y explora hasta qué punto es aplicable a España, el país con mayor superficie árida y semiárida de la Unión Europea.
El libro explora la creciente necesidad de mantener el capital natural de España y también el componente humano en la gobernabilidad del agua —las necesidades, deseos y aspiraciones de las personas, e intereses políticos— que a menudo determinan el resultado de las decisiones y llevan, a veces, la gestión del agua a un punto muerto.
La presencia de especialistas de Estados Unidos, México, Chile, China, Brasil, Colombia, Suiza, Marruecos, Perú y Argentina, además de los españoles, sirvió también para revisar el estado del proyecto de Latinoamérica (LA) sobre Seguridad Hídrica y Alimentaria, cuya novedad es su enfoque multidisciplinar.
En el Seminario, dirigido por el catedrático emérito de Hidrogeología Ramón Llamas, se debatió sobre la gestión del agua subterránea y superficial; el abastecimiento y saneamiento para usos urbanos e industriales; la sostenibilidad alimentaria; los ecosistemas de agua dulce; el comercio de agua virtual; y los casos de China y Perú.
La reunión acogió a representantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE); la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Centro Internacional de Gestión de Agua (IWMI), representantes de la Academia de Ciencias de China y de universidades de Chile, Perú, Colombia, Argentina, México, Costa Rica y Suiza.
También fue una ocasión para dar a conocer la monografía El agua en España: bases para un pacto de futuro, editada por el Observatorio y punto de encuentro para sentar una base de debate sobre el agua en España y tratar de conseguir un pacto sobre la política del agua entre los principales partidos políticos.
Como señala uno de sus editores, el profesor Llamas, “los problemas de agua del mundo en general se deben a una mala gestión, y no a su escasez física”. La monografía se inspira en esta afirmación y explora hasta qué punto es aplicable a España, el país con mayor superficie árida y semiárida de la Unión Europea.
El libro explora la creciente necesidad de mantener el capital natural de España y también el componente humano en la gobernabilidad del agua —las necesidades, deseos y aspiraciones de las personas, e intereses políticos— que a menudo determinan el resultado de las decisiones y llevan, a veces, la gestión del agua a un punto muerto.