Fuego en el agua del grifo
Lun, 26/11/2012
«En España, el 80% de los permisos de investigación pedidos o concedidos está situado sobre acuíferos. Y de ese 80%, el 56% son acuíferos calcáreos», explica Santiago Martín Barajas, de Ecologistas en El documental Gasland, sobre un hombre al que ofrecen una fortuna por extraer gas mediante fracking, alertó de los efectos ambientales de este técnica. En una de las escenas, que aporta el subtítulo a la película (¿Puedes prender fuego a tu agua?), un hombre acerca un mechero al grifo abierto de su casa cercana a una explotación de gas pizarra y una nube de fuego se adueña de su cocina. La impactante imagen alertaba sobre la posibilidad de filtraciones a los pozos. La industria tilda esta escena de «engañosa» y asegura que ese gas es metano de origen biógeno que ya estaba antes de la prospección.
La industria asegura que el fracking se realiza a mucha más profundidad de la que alcanzan los acuíferos y que la parte superior se protege con tubos de acero y cemento de alta calidad para evitar la contaminación, aunque reconoce que el líquido que se recupera es «un porcentaje menor del que se inyecta, pero este no tiene impactos sobre el terreno», según Mónica Cristina.
Martín Sosa, en cambio, recuerda que en EEUU hay documentados más de 1.000 casos de contaminación relacionados con el fracking. «La propia EPA corroboró la contaminación con benceno, un potente causante de cáncer, en las aguas subterráneas del yacimiento de gas pizarra de Pavillion (Wyoming)», afirma el representante de Ecologistas en Acción.
En Reino Unido, una prospección de este tipo de gas ha tenido que ser paralizada porque estaba causando pequeños terremotos. «Es posible que se produzcan movimientos sísmicos debido a esta técnica, pero son riesgos que se pueden controlar haciendo estudios geológicos y evitando las zonas inestables», asegura la portavoz de la industria.
La industria asegura que el fracking se realiza a mucha más profundidad de la que alcanzan los acuíferos y que la parte superior se protege con tubos de acero y cemento de alta calidad para evitar la contaminación, aunque reconoce que el líquido que se recupera es «un porcentaje menor del que se inyecta, pero este no tiene impactos sobre el terreno», según Mónica Cristina.
Martín Sosa, en cambio, recuerda que en EEUU hay documentados más de 1.000 casos de contaminación relacionados con el fracking. «La propia EPA corroboró la contaminación con benceno, un potente causante de cáncer, en las aguas subterráneas del yacimiento de gas pizarra de Pavillion (Wyoming)», afirma el representante de Ecologistas en Acción.
En Reino Unido, una prospección de este tipo de gas ha tenido que ser paralizada porque estaba causando pequeños terremotos. «Es posible que se produzcan movimientos sísmicos debido a esta técnica, pero son riesgos que se pueden controlar haciendo estudios geológicos y evitando las zonas inestables», asegura la portavoz de la industria.