La fuerza de Sandy
Vie, 02/11/2012
Cuando, tras el paso del Katrina, se retiraron las aguas, el mundo y los propios norteamericanos asistieron atónitos a una realidad con la que no contaban: la de centenares de pobres atrapados, negros en su mayoría, que no habían podido huir de Nueva Orleans por falta de medios. No ha ocurrido tal cosa con el huracán Sandy, cuyos efectos han sido devastadores en el este de EE UU, aunque aún más en el Caribe, especialmente en la castigada Haití. No ha ocurrido nada que no estuviera previsto. De hecho, lo que más sorprende de esta catástrofe natural es que probablemente sea el huracán cuyo comportamiento mejor habían predicho los científicos, a pesar de que haya sido un caso casi único en términos de fuerza, lluvia, temporada y otras variables que, sumadas, han hecho de Sandy un ciclón más devastador que otros. Por primera vez ha obligado a cerrar durante dos días los mercados de Wall Street. Osama bin Laden y su ataque a las Torres Gemelas solo lo consiguieron durante 24 horas.
Frente a Sandy solo cabía prepararse lo mejor posible para limitar y paliar los daños, que, en cualquier caso, iban a ser cuantiosos. Y así, en general, han hecho las autoridades federales y locales, y la siempre activa sociedad civil en Estados Unidos.
Está por ver si Sandy le ha supuesto a Obama ese plus que necesitaba recuperar para asegurarse la reelección frente a Romney el próximo martes, aupado por su propio comportamiento, pero también con una nueva apreciación popular del valor del Estado y de la acción pública ante azotes de la naturaleza y de los propios seres humanos.
Lo que sí ha dejado al descubierto Sandy es un tremendo olvido en la campaña por parte de ambos contendientes: el de la lucha contra el cambio climático, probablemente por resultar poco popular en tiempos de crisis. Se calcula que entre un 5 y un 10% de la fuerza que ganó Sandy deriva del calentamiento global. Para el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, según el cual las inundaciones que se daban una vez al siglo ahora ocurren cada tres años, "el cambio climático es una realidad". ¿Habrá despertado la fuerza de Sandy algunas conciencias?
Frente a Sandy solo cabía prepararse lo mejor posible para limitar y paliar los daños, que, en cualquier caso, iban a ser cuantiosos. Y así, en general, han hecho las autoridades federales y locales, y la siempre activa sociedad civil en Estados Unidos.
Está por ver si Sandy le ha supuesto a Obama ese plus que necesitaba recuperar para asegurarse la reelección frente a Romney el próximo martes, aupado por su propio comportamiento, pero también con una nueva apreciación popular del valor del Estado y de la acción pública ante azotes de la naturaleza y de los propios seres humanos.
Lo que sí ha dejado al descubierto Sandy es un tremendo olvido en la campaña por parte de ambos contendientes: el de la lucha contra el cambio climático, probablemente por resultar poco popular en tiempos de crisis. Se calcula que entre un 5 y un 10% de la fuerza que ganó Sandy deriva del calentamiento global. Para el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, según el cual las inundaciones que se daban una vez al siglo ahora ocurren cada tres años, "el cambio climático es una realidad". ¿Habrá despertado la fuerza de Sandy algunas conciencias?