La falta de credito de la Generalitat paraliza el canal Segarra-Garrigues

Mar, 30/10/2012

El País

La construcción pendiente del canal Segarra-Garrigues se paralizará en cuestión de dos meses. El conglomerado empresarial encargado de ejecutar y explotar el proyecto ha recibido la orden de la empresa autonómica Infraestructures.cat de ir finalizando las obras que se estaban llevando a cabo y de no iniciar, por el momento, ninguna más. El motivo no es otro que la negativa de los bancos encargados de financiar la macroinversión a aportar más dinero, después de que el rating crediticio de la Generalitat quedara por debajo de las garantías que figuraban en el crédito sindicado que se firmó en 2005, y que ascendía a unos 900 millones de euros.
Hace más de un año y medio que no se cumplía esa garantía, si bien los bancos implicados en el marco de financiación, liderado por Bankia, no expresaron su intención de cortar el grifo del crédito hasta hace unos meses. En mayo, Moody's rebajó la calificación de la deuda catalana a niveles de bono basura y Standars and Poor's siguió los mismos pasos en septiembre.
"Vamos a pararlo todo", señalan desde dos de las empresas que forman parte del accionariado de Aigües del Segarra-Garrigues (ASG), la sociedad anónima de capital privado encargada de la construcción, y que mantendrá la explotación de la infraestructura durante 30 años. El parón de las obras afecta a la creación de la red secundaria, que debía permitir que el agua transportada por el eje troncal del canal, construido por el Estado, regara 70.000 hectáreas de tierras de secano en las comarcas de Urgell, Pla d'Urgell, Segarra, Noguera, Garrigues y Segrià. Fuentes de ASG aseguran que, por el momento, solo se han cubierto 20.000 hectáreas del total previsto por el contrato adjudicado en 2002, tras haber invertido 750 millones de los 1.069 millones de euros estimados inicialmente. Según las mismas fuentes, la Generalitat, a través de Infraestructures.cat, habría trasladado a las empresas implicadas en el proyecto que si quieren seguir las obras deberán buscarse su propio modo de financiarse, posibilidad que las empresas descartan por la complicada situación económica y financiera.