La Generalitat abrirá hoy, lunes, los sobres con las ofertas por Aguas Ter-Llobregat (ATLL), la mayor privatización de las previstas por el Govern, por la que compiten dos grupos: Agbar y Acciona. El importe de la operación se eleva a 1.000 millones de euros: 300 de ellos a desembolsar en el momento de la adjudicación y el resto a lo largo de los 50 años de duración de la concesión. Los elementos clave del proceso serán las propuestas de futuras tarifas y las inversiones que realizar en esta infraestructura, que se encarga de la gestión del agua desde las cuencas de los ríos hasta los depósitos municipales de la región metropolitana. Dada la envergadura de la operación, tanto Agbar como Acciona han optado por acudir al proyecto apoyándose en socios financieros. En el caso de Acciona, concurre asociada al banco brasileño BTG Pactual, que tendrá un 39%, mientras que otro 22% se reparte entre varios family office. Y Agbar lo hace junto al fondo de inversión australiano First State (33%), el fondo canadiense Caisse de Dépôt (30%) y un grupo de empresas catalanas, entre ellas Aigües de Terrassa, Aigües de Sabadell, Copcisa, Acsa y Calaf. Para Agbar, que da servicio a 30 millones de personas en doce países del mundo y acumula 145 años de experiencia en el ámbito de las concesiones de agua, la privatización de ATLL es una oportunidad para afianzar su liderazgo en España. Y para Acciona es un paso más en la apuesta por el negocio del agua. Acciona Agua facturó 412,65 millones de euros en el 2011, prevé llegar a 520 en el 2012, y ya aporta más del 6% del volumen de negocio del grupo constructor. Agbar, presidida por Ángel Simón, tiene como accionistas a Suez y Caixa Bank, y es desde hace décadas una de las compañías de referencia de Catalunya. Por su parte, Acciona ya opera desde hace ocho años una de las dos desalinizadoras que forman parte de ATLL (La Tordera, en Blanes). También ha construido las dos depuradoras que tratan la totalidad del agua residual en Barcelona. Según destacan fuentes de la empresa, en estos momentos Acciona Agua opera 36 plantas depuradoras en Catalunya. Y cuenta, además, con un centro de I+D en Barcelona, en el que trabajan 30 personas. En el ámbito internacional, está presente en veinte países en los cinco continentes y es uno de los primeros grupos del mundo, junto con Suez y Veolia. El concurso tiene un particular peso específico, dado el valor intrínseco del agua y el volumen de ATLL, empresa que abastece a 140 municipios de la región metropolitana de Barcelona, con una población de unos cinco millones de personas. Se trata de un servicio esencial que reclama la presencia acreditada, lo suficiente como para garantizar la continuidad del servicio en una región que, de forma periódica, experimenta fases de sequía y observa cómo decrece la calidad sanitaria de su agua. Fuentes de Acciona destacan que el contrato de ATLL no es un servicio de distribución en baja (abastecimiento directo a los ciudadanos), sino un contrato en alta para gestionar las infraestructuras de tratamiento y distribución a los depósitos municipales. Y añaden que eso encaja precisamente en su especialidad, pues en la actualidad Acciona opera más de 300 plantas de tratamiento de agua para una población de más de 40 millones de personas. En las bases del concurso se exigen garantías de permanencia a la empresa adjudicataria: al menos diez años. Y también de mantenimiento de la plantilla (unas 200 personas) al menos durante veinte meses. La privatización de ATLL, propiedad de la publica Agència Catalana de l'Aigua (ACA), es una operación clave para los objetivos de reducción del déficit y la deuda de la Generalitat. La compañía arrastra una deuda superior a los 600 millones y ha registrado pérdidas en los cuatro últimos ejercicios (más de 30 millones en el 2011).

La privatización de ATLL es una operación clave para la reducción del déficit de la Generalitat