¿Cómo queremos que se gestione el agua? La FNCA propone y dispone

Mié, 17/10/2012

iagua.es

La pregunta que encabeza este escrito responde a la preocupación de la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA) ante la gestión de los bienes comunes y, más concretamente, del recurso agua como integrador de usos, discursos y prioridades en competencia. Dicha entidad, formada por un colectivo de carácter profesional con especialidades académicas diversas de España y Portugal, promueve el debate en torno al cambio –necesario– de paradigma que nutre la política de gestión de aguas, con el fin de afianzar un discurso global que abogue por la racionalidad y la sostenibilidad. Todo ello se enmarca y resume en la defensa de una perspectiva integral de los recursos hídricos, que bajo la concepción de la Nueva Cultura del Agua, requiere sumar el marco hidráulico con el hidrológico.

Entre los objetivos de la FNCA destacan la recuperación de los ecosistemas acuáticos (fuentes, ríos, riberas, lagos, humedales…) como máxima expresión de vida ecosistémica así como la valoración patrimonial, cultural y lúdica de los ríos en una sociedad cada vez más preocupada –y ocupada– por la gestión del entorno. En definitiva, dicha fundación pretende recoger, integrar, generar y transmitir conocimiento y valores para promover la sostenibilidad socioeconómica, ambiental y cultural de los recursos hídricos. Unos objetivos que han ocupado, desde su creación a mediados de los años noventa, los estudios y las jornadas de divulgación impulsados por la misma. Una respuesta al dinamismo social y territorial así como a las demandas de nuevos enfoques que respondan a la complejidad desde la integración de premisas y no desde la confrontación lineal.

El último ejemplo que ha promovido la unión de ambos objetivos ha sido el impulso, el mes de octubre del año pasado, de un ciclo de jornadas de debate bajo el título “La organización administrativa del agua: ¿Qué modelo necesitamos para el siglo XXI?” celebradas en diferentes ciudades de la península. Madrid, Barcelona y Zaragoza han sido los tres contextos donde, hasta ahora, se ha impulsado el debate social en torno al agua, el territorio y la sociedad.

La primera de las jornadas, celebrada en Madrid el pasado 17 de octubre de 2011 en la Casa Encendida y pionera de todas las que seguirán, respondió a la modificación de la Ley de Aguas aprobada por el Consejo de Ministros el 26 de agosto del mismo año de transferencia de competencias a las Comunidades Autónomas y, en consecuencia, al debate social y técnico suscitado en torno a dicha modificación. En ellas participaron representantes de la administración del agua (Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino y Confederación Hidrográfica del Tajo), de los principales grupos de interés y colectivos sociales relacionados con el uso, disfrute, gestión y protección de las aguas (SEO BirdLife, FENACORE, FACUA, Ríos con Vida) y los principales partidos políticos, además de expertos en política y gestión del agua. Su desarrollo puso de manifiesto el amplio consenso existente entre actores sociales, expertos y representantes políticos en cuanto a la necesidad de definir un nuevo modelo territorial de gestión del agua que garantice:

-el alcance eficaz de los objetivos establecidos por la Directiva Marco del Agua;
-la seguridad jurídica de derechos y deberes de todos los usos e intereses legítimos;
-una amplia participación social en la toma de decisiones
-y la adecuada articulación de las competencias de todas las administraciones territoriales en el gobierno unitario e integrado de las Demarcaciones Hidrográficas.

La jornada abrió un debate sobre la necesidad de superar los conflictos políticos y territoriales que en la actualidad están lastrando la definición de una clara política de aguas, la aprobación de los nuevos planes de gestión de cuenca, y el cumplimiento de nuestras obligaciones comunitarias. En este sentido, la jornada supuso constatar, entre otras, algunas consideraciones como la idoneidad de una política de aguas pública y transparente; la importancia de reformar el sistema de organización territorial del agua; y la madurez de los actores sociales en sus demandas, compartiendo los órganos de decisión para construir colectivamente.

Esta primera jornada de debate sirvió para construir un marco general de propósitos con respeto a la administración del agua y su gestión, mientras que las dos que le siguieron, en Barcelona y en Zaragoza, se centrarán en aquellos aspectos de debate o conflicto que preocupan en la realidad concreta del territorio donde se celebran.

La jornada de Barcelona tuvo lugar el 27 de junio pasado en la sede de Comisiones Obreras de la ciudad condal, bajo el título “La prestación de los servicios de abastecimiento y saneamiento: lo público lo privado”. Un debate enmarcado en los temas de interés que preocupan en Cataluña: el Pla de Gestió del Districte de Conca Fluvial de Catalunya, la participación en el correspondiente a la Cuenca del Ebro, el futuro de la Agència Catalana de l’Aigua y la privatización de Aigües Ter - Llobregat.

Siguiendo la dinámica plural de los actores representativos del debate, en esta ocasión la jornada contó con la participación de los principales partidos políticos; expertos universitarios y miembros de la FNCA; colectivos sociales como Compromís per Lleida, Plataforma Aigua és vida o Xarxa per una Nova Cultura de l’aigua; sindicatos como Unió de Pagesos o la Federació d’Associacions de Vëins de Barcelona, así como otros participantes a título personal hasta agrupar un total de medio centenar de personas.

En esta ocasión se puso de manifiesto la existencia de un consenso básico sobre los problemas de la gestión del agua en Cataluña y la posibilidad de llegar a algunos acuerdos que mejoren la gestión actual. Como posición común destacó la necesidad de que la gestión pública del agua fortalezca la Gobernanza y el papel de regulador independiente de la Agencia Catalana l’Aigua. En este sentido, algunas de las conclusiones del encuentro fueron:

-El agua es un bien público esencial, cuya gestión requiere un modelo democrático y participativo.
-La gestión debe realizarse en el ámbito de la demarcación hidrográfica a través del Comité de Autoridades Competentes, en el que deben participar activamente todas las administraciones territoriales y sectoriales concernidas.
-Los organismos de cuenca deben aumentar su transparencia, con prevalencia de su papel de regulador sobre el de gestor, asumir la responsabilidad de su actuación y fomentar la participación pública.
-Existe un amplio consenso en que el borrador del Plan Hidrológico del Ebro no asegura el mantenimiento de los ecosistemas del Delta del Ebro, con el régimen de caudales ecológicos que plantea.
-Otro ejemplo de incongruencia con los objetivos de transparencia, responsabilidad y participación lo constituye la transformación en regadío del Canal Segarra-Garrigues.
-Existen posiciones divergentes frente a la gestión pública o privada de los servicios de abastecimiento y saneamiento: en general los partidos políticos aceptan más la gestión privada y los agentes sociales prefieren claramente la pública porque si es adecuada se adapta mejor a los fines de interés general y a la participación pública activa y real.
-Se reconoce que la gestión pública no es necesariamente mejor que la privada, pero que a la misma se le puede exigir transparencia y responsabilidad.
-En el supuesto que se opte por concesionar los servicios de abastecimiento y saneamiento debería exigirse al concesionario que asuman los principios de transparencia y participación pública y que realicen concursos públicos para sus suministros, mantenimientos e inversiones.

La jornada puso sobre la mesa la idea de la gestión pública de un recurso público aunque responda a usos privados. En este sentido, el debate en torno a priorizar la gestión de la demanda –los usos– o de la oferta –los recursos– ocupó buena parte del discurso de los participantes, intuyéndose clave para legitimar toda decisión relativa al recurso agua y la confrontación de intereses particulares desde la colectividad.

La última de las jornadas de debate impulsadas hasta el momento por la FNCA tuvo lugar en el Centro Pignatelli de Zaragoza el pasado 20 de septiembre, bajo el título “El Plan Hidrológico de la Demarcación del Ebro”. El debate, siguiendo el modelo iniciado en Barcelona, se enmarcó en los temas de interés actualmente en la cuenca del Ebro: el debate sobre el Plan Hidrológico sometido a información pública, la integración de las nueve Comunidades Autónomas de su territorio en la gestión de la cuenca y en la ampliación de la participación social en la definición de la política de aguas del Ebro.

Los participantes en las mesas de debate fueron de representación administrativa como la Confederación Hidrográfica del Ebro, la Agencia Catalana del Agua y la Agencia Vasca del Agua; de carácter político como el Partido Popular, Izquierda Unida, Partido Aragonés Regionalista y Chunta Aragonesista; expertos universitarios y de la FNCA; colectivos sociales como Cuenca Azul, COAGRET y EBRONAUTAS, así como otros participantes a título particular. En esta ocasión pero, se echó en falta la representación de los principales usuarios: hidroeléctricas, regantes y empresas de abastecimiento.

Siendo diversas las posiciones de los participantes, fue claramente mayoritaria la opinión de que el modelo actual de organización administrativa del agua es obsoleto, que debe mantenerse el principio de unidad de cuenca pero con mayor implicación y gestión de todas las Administraciones territoriales y sectoriales concernidas, propiciando la participación social, mucho más amplia y variada que la actual donde predominan los usuarios económicos del agua.

Algunas de las principales conclusiones en relación a la organización administrativa del agua fueron:

-La Ley de Aguas de 1985 y sus posteriores modificaciones no han alterado la prevalencia del viejo modelo de gestión del agua basado inicialmente en la oferta de recursos hídricos para regadío e hidroelectricidad y posteriormente, el abastecimiento a la población.
-El agua es un bien público esencial, cuya gestión requiere un modelo de gestión democrático, transparente y participativo: debemos transitar de la cultura del agua como recurso a la del agua como patrimonio.
-La gestión debe realizarse en el ámbito de la demarcación hidrográfica.
-Los organismos de cuenca deben aumentar su transparencia, con prevalencia de su papel de regulador frente al de gestor, asumir la responsabilidad de su actuación y fomentar la participación pública.

En relación con el Plan Hidrológico del Ebro, actualmente sometido a información pública, el debate generó un consenso en torno a los siguientes temas:

-El excesivo retraso en su elaboración no se ha visto acompañado de un diagnóstico certero del estado ecológico de las masas de agua.
-Se constata que muchas medidas en vigor desde hace bastantes años no se han puesto en marcha adecuadamente, como la depuración de las aguas residuales urbanas o la disminución de la contaminación difusa por nitratos de origen agrario.
Existe un amplio consenso en que el borrador del PH del Ebro no asegura el mantenimiento de los ecosistemas del Delta del Ebro, con el régimen de caudales ecológicos que plantea (100 m3/seg.).
Todos los partidos políticos presentes, salvo el PAR, así como la mayoría de los expertos, consideran que no deberían aumentar significativamente los regadíos actuales, y que incluso podría estudiarse la disminución de algunos regadíos poco viables, siempre que se encontraran compensaciones, o alternativas, para los agricultores y territorios afectados.
-La realización de auditorías económicas y sociales antes de acometer nuevas obras de infraestructuras se consideró una propuesta necesaria.
-Es necesario aunar los objetivos de la PAC y de la DMA en las medidas del PH del Ebro.

En esta ocasión quedó patente como el avance en la mejora de los ecosistemas fluviales debe ir en paralelo a la suma de esfuerzos, acercando visiones y compatibilizando intereses de todos, sean particulares o colectivos, públicos o privados.

Los tres debates organizados por la FNCA en el último año, así como los que seguirán próximamente, ponen de manifiesto como no es posible una gestión responsable de un recurso cíclico como es el agua sin tener en consideración todas y cada una de las premisas que defienden los usuarios, sean estos económicos, sociales, culturales o ambientales. La búsqueda del interés territorial, entendido este como la suma de los cuatro precedentes, debe ser el elemento clave para afrontar la complejidad de la gestión del agua y de la búsqueda de legitimación como prueba máxima de un acuerdo amplio ante el modelo de desarrollo que se pretende afianzar.