Ríos limpios de Tineo al Pas
Mar, 25/09/2012
Cantabria, para juntarse con los locales en la localidad de Selaya, a la orilla del río Pisueña. Entre unos y otros llegaron a ser más de cuarenta voluntarios los que participaron en el desarrollo de las tareas de limpieza en el río.
Además de esas actividades, la jornada dio, también, para llevar a cabo un control de calidad de agua, tanto en el aspecto químico como en el de la biodiversidad asociada al ecosistema fluvial de esta cuenca.
El Pisueña presentaba un caudal muy bajo, que facilitó la recogida de restos: plásticos de origen doméstico y ganadero, chatarras, neumáticos, envases... Los voluntarios fueron recogiendo manualmente estos restos y depositándolos en bolsas que, posteriormente, gracias a dos remolques, se fueron concentrando en la zona consensuada con el Ayuntamiento de Selaya.
El río Seco, que, como su propio nombre indica, presentaba un cauce sin agua, también fue objeto de las tareas de limpieza. El lecho seco de este río acumulaba gran cantidad de restos de origen doméstico, que, poco a poco, fueron recogidos por los participantes.
Una vez finalizados los trabajos, tuvo lugar una comida de confraternización entre los voluntarios, en la cual no faltaron los productos cántabros ni los asturianos: los choscos, lacones y sidras se juntaron a las viandas como la carne y las quesadas, de tal forma que las culturas pastoriles de ambas zonas, vaqueiros y pasiegos, se dieron la mano.
El domingo también se limpió el Pisueña, pero a su paso por el municipio de Castañera. Allí el río ya cuenta con un mayor tamaño. Al final de la jornada, más de media tonelada de residuos fue depositada en el punto limpio de la localidad.
La asociación «El Banzao» se muestra muy orgullosa del resultado y el desarrollo de estas jornadas. Esta ha sido la primera ocasión en la que el proyecto «Escuadras Fluviales», que lleva limpiando los ríos del suroccidente de Asturias desde hace años, ha abandonado el Principado. Una experiencia más que positiva, según la opinión de todos los participantes.
Además de esas actividades, la jornada dio, también, para llevar a cabo un control de calidad de agua, tanto en el aspecto químico como en el de la biodiversidad asociada al ecosistema fluvial de esta cuenca.
El Pisueña presentaba un caudal muy bajo, que facilitó la recogida de restos: plásticos de origen doméstico y ganadero, chatarras, neumáticos, envases... Los voluntarios fueron recogiendo manualmente estos restos y depositándolos en bolsas que, posteriormente, gracias a dos remolques, se fueron concentrando en la zona consensuada con el Ayuntamiento de Selaya.
El río Seco, que, como su propio nombre indica, presentaba un cauce sin agua, también fue objeto de las tareas de limpieza. El lecho seco de este río acumulaba gran cantidad de restos de origen doméstico, que, poco a poco, fueron recogidos por los participantes.
Una vez finalizados los trabajos, tuvo lugar una comida de confraternización entre los voluntarios, en la cual no faltaron los productos cántabros ni los asturianos: los choscos, lacones y sidras se juntaron a las viandas como la carne y las quesadas, de tal forma que las culturas pastoriles de ambas zonas, vaqueiros y pasiegos, se dieron la mano.
El domingo también se limpió el Pisueña, pero a su paso por el municipio de Castañera. Allí el río ya cuenta con un mayor tamaño. Al final de la jornada, más de media tonelada de residuos fue depositada en el punto limpio de la localidad.
La asociación «El Banzao» se muestra muy orgullosa del resultado y el desarrollo de estas jornadas. Esta ha sido la primera ocasión en la que el proyecto «Escuadras Fluviales», que lleva limpiando los ríos del suroccidente de Asturias desde hace años, ha abandonado el Principado. Una experiencia más que positiva, según la opinión de todos los participantes.