La Central Nuclear de Almaraz (CNA) ha invertido alrededor de 30 millones de euros para refrigerar durante seis meses al año las aguas del embalse de Arrocampo y que la temperatura del vertido de éste al embalse de Torrejón-Tajo sea inferior a los 30 grados como exige la normativa.

Las nuevas torres de refrigeración de la instalación nuclear comenzaron a funcionar en julio y hoy han sido presentadas en una visita guiada que ha contado con la presencia del portavoz de la central, Aniceto González, y los responsables del proyecto y montaje, Juan Asensio y Juan Antonio Arjona.

La gran torre de enfriamiento, una de las mayores de este tipo en España, es una instalación de tiro inducido configurada por 20 módulos integrados en una estructura de hormigón prefabricado de 162 metros de largo, casi 35 de ancho y 18 metros de alto.

Hasta ella llega el agua procedente de una estación de bombeo diseñada por el equipo de ingeniería de la central, que integran cuatro bombas verticales que alimentan cada una a cinco ventiladores y que aportan un caudal conjunto de 19 metros cúbicos por segundo.

Esta instalación tiene un consumo eléctrico de 8 megavatios-hora, la mitad procedentes de las bombas y la otra mitad originados por los motores verticales.

Las torres de refrigeración funcionarán cada año desde mayo a septiembre u octubre, ya que éste es el período en el que el agua de Arrocampo, el embalse de refrigeración de la central, está con una temperatura por encima de los 30 grados, temperatura que hay que rebajar.

El proyecto empezó a fraguarse hace cuatro años y la instalación se construyó en dos, y en ella han llegada a trabajar hasta 100 trabajadores en los últimos seis meses.

Aniceto González ha destacado el impulso al empleo que ha significado la obra, en la que se ha contratado a un importante número de trabajadores de la zona y el incentivo económico que ha supuesto fundamentalmente para Serrejón, ya que la mayor parte de la instalación se halla en su término municipal.