La cuenca del Duero posee la mayor superficie de aguas subterráneas
Lun, 10/09/2012
Imagínense una esponja llena de agua, para saber cuánta contiene. Lo más sencillo sería escurrirla y medir el agua que desprende, pero, ¿y si esa esponja no se pudiera escurrir? En ese caso habría que medir el agua de los poros y multiplicarla por el volumen que tiene la esponja. Así explica el comisario de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Duero, Julio Pajares, cómo se calcula la cantidad de agua subterránea que tiene una cuenca. En el caso de la del Duero, el nuevo Plan Hidrológico está haciendo una nueva medición, con centenares de puntos en los que se hacen catas, para hacer una estimación lo más fiable posible. Hasta ahora «se ha hablado de 2.000 millones de metros cúbicos de capacidad y 700 de ellos, renovables», asegura Pajares, pero la cantidad podría ser mayor. Es fácil comprender lo difícil del cálculo. Lo que sí está claro, afirma el comisario, es que la del Duero es la que cuenta con una mayor superficie acuífera «con diferencia», tanto en extensión, como en cantidad.
Para saber dónde hay agua no hay otro secreto que «conocer la geología de los suelos». De la CHD depende la autorización de las concesiones para la extracción, el criterio que se sigue es que «haya agua suficiente» y que se recargue con la lluvia anualmente, por ejemplo, explica Pajares, «si la recarga es 100 y lo que se va a sacar es 60, la concesión se da» a través de un proceso administrativo que, según la cantidad de agua que se vaya a utilizar, es más o menos complicado.
En Castilla y León, la mayoría de los municipios de la zona centro de la cuenca se abastecen con aguas subterráneas que también son utilizadas para regar. Aquí llega el problema para muchos acuíferos que sufrieron, sobre todo en la década de los 70, un fuerte incremento de extracción como consecuencia de la ampliación de los regadíos y eso provocó un descenso en el nivel freático.
Debido a ello, por ejemplo en la zona de Los Arenales, al principio el agua se extraía con pozos de 25 o 30 metros de profundidad y mientras que ahora son necesarias profundidades de hasta 300 metros. El nivel del agua ha bajado mucho.
Ante esta situación, la CHD tomó la decisión de adoptar determinadas condiciones a la hora de conceder extracciones y se establecieron zonas en las que ya no se autorizaron más concesiones. El control periódico del nivel del agua subterránea ha permitido hacer una valoración de la tendencia en la zona, que es, de manera generalizada, descendente, aunque ha bajado menos entre 2001 y 2011 de lo que lo hizo entre 1972 y 2000. Si se mantienen las condiciones actuales, se tiende a la «estabilización».
Piezómetros. Ávila, 33; Burgos, 59; León, 67; Ourense, 2; Palencia, 54; Salamanca, 53; Segovia, 56; Soria, 44; Valladolid, 103; Zamora, 63.
Puntos de Control de Calidad. Ávila, 24; Burgos, 44; León, 44; Ourense, 2; Palencia, 30; Salamanca, 44; Segovia, 63; Soria, 37; Valladolid, 68; Zamora, 52.
El acuífero de Los Arenales se ubica el norte Ávila, sur de Valladolid, noroeste de Salamanca y la provincia de Segovia. Según Pajares, se trata de un acuífero tan grande que «las recargas son complicadas». Precisamente, la nueva regulación de varios ríos, en la que trabaja la CHD para incluirla en el nuevo Plan Hidrológico, recoge la construcción de una presa de 20 hectómetros cúbicos en el Eresma para asegurar las necesidades de agua y también recargar el acuífero, del que se nutren muchos regadíos. La mejor recarga, expone el comisario de Aguas, «es la matemática, si no se saca, no se agota».
Lo que se está haciendo es sustituir aguas subterráneas por superficiales, se están regando con el río Adaja zonas que antes se regaban con agua subterránea. Este acuífero «necesita muchos años» para recargarse. El último estudio que se ha llevado a cabo «para comprobar cómo iba» ha tardado 12 años y «se ha comprobado que ha habido modificaciones, pero que en tres o cuatro años no se vio nada».
Aunque la tendencia sigue siendo de descenso del nivel freático, esa bajada es más lenta en unas zonas que en otras y eso ha permitido comprobar que «se va mejorando con las medidas de restricción de concesiones». Pero también hay zonas en las que el agua no desciende, son dos, al noroeste de Zamora, donde los niveles se han mantenido estables en el periodo 20012011 y en la zona centroriental -principalmente la provincia de Segovia- se ha registrado una «recuperación significativa».
El problema de Los Arenales Una lenta recuperación
Para saber dónde hay agua no hay otro secreto que «conocer la geología de los suelos». De la CHD depende la autorización de las concesiones para la extracción, el criterio que se sigue es que «haya agua suficiente» y que se recargue con la lluvia anualmente, por ejemplo, explica Pajares, «si la recarga es 100 y lo que se va a sacar es 60, la concesión se da» a través de un proceso administrativo que, según la cantidad de agua que se vaya a utilizar, es más o menos complicado.
En Castilla y León, la mayoría de los municipios de la zona centro de la cuenca se abastecen con aguas subterráneas que también son utilizadas para regar. Aquí llega el problema para muchos acuíferos que sufrieron, sobre todo en la década de los 70, un fuerte incremento de extracción como consecuencia de la ampliación de los regadíos y eso provocó un descenso en el nivel freático.
Debido a ello, por ejemplo en la zona de Los Arenales, al principio el agua se extraía con pozos de 25 o 30 metros de profundidad y mientras que ahora son necesarias profundidades de hasta 300 metros. El nivel del agua ha bajado mucho.
Ante esta situación, la CHD tomó la decisión de adoptar determinadas condiciones a la hora de conceder extracciones y se establecieron zonas en las que ya no se autorizaron más concesiones. El control periódico del nivel del agua subterránea ha permitido hacer una valoración de la tendencia en la zona, que es, de manera generalizada, descendente, aunque ha bajado menos entre 2001 y 2011 de lo que lo hizo entre 1972 y 2000. Si se mantienen las condiciones actuales, se tiende a la «estabilización».
Piezómetros. Ávila, 33; Burgos, 59; León, 67; Ourense, 2; Palencia, 54; Salamanca, 53; Segovia, 56; Soria, 44; Valladolid, 103; Zamora, 63.
Puntos de Control de Calidad. Ávila, 24; Burgos, 44; León, 44; Ourense, 2; Palencia, 30; Salamanca, 44; Segovia, 63; Soria, 37; Valladolid, 68; Zamora, 52.
El acuífero de Los Arenales se ubica el norte Ávila, sur de Valladolid, noroeste de Salamanca y la provincia de Segovia. Según Pajares, se trata de un acuífero tan grande que «las recargas son complicadas». Precisamente, la nueva regulación de varios ríos, en la que trabaja la CHD para incluirla en el nuevo Plan Hidrológico, recoge la construcción de una presa de 20 hectómetros cúbicos en el Eresma para asegurar las necesidades de agua y también recargar el acuífero, del que se nutren muchos regadíos. La mejor recarga, expone el comisario de Aguas, «es la matemática, si no se saca, no se agota».
Lo que se está haciendo es sustituir aguas subterráneas por superficiales, se están regando con el río Adaja zonas que antes se regaban con agua subterránea. Este acuífero «necesita muchos años» para recargarse. El último estudio que se ha llevado a cabo «para comprobar cómo iba» ha tardado 12 años y «se ha comprobado que ha habido modificaciones, pero que en tres o cuatro años no se vio nada».
Aunque la tendencia sigue siendo de descenso del nivel freático, esa bajada es más lenta en unas zonas que en otras y eso ha permitido comprobar que «se va mejorando con las medidas de restricción de concesiones». Pero también hay zonas en las que el agua no desciende, son dos, al noroeste de Zamora, donde los niveles se han mantenido estables en el periodo 20012011 y en la zona centroriental -principalmente la provincia de Segovia- se ha registrado una «recuperación significativa».
El problema de Los Arenales Una lenta recuperación