La Xunta quiere construir una minicentral eléctrica en el lago artificial de Meirama. Desde que se abandonó la explotación de la antigua mina de lignito, el espacio se ha llenado con 150 millones de metros cúbicos de agua. El ente Augas de Galicia, dependiente de la Consellería de Medio Ambiente, ha presentado un proyecto para utilizar la nueva infraestructura para reforzar el abastecimiento de agua para el área metropolitana de A Coruña. Pero la obra no consistirá en una simple conexión con el río Barcés, que baja a escasos metros del nuevo lago, sino que prevé la construcción de un túnel de 1,4 kilómetros de largo y un diámetro de tres metros para ganar cota para el salto hidroeléctrico. Su ubicación se sitúa a escasos seis kilómetros de una zona de la Red Natura.
Augas de Galicia propone a la autoridad ambiental, que depende de la misma consellería, eximir el proyecto del procedimiento de evaluación de impacto ambiental. Los ecologistas se oponen y acusan a la Xunta de gastar fondos públicos para crear una infraestructura que explotará una empresa privada.
Fuentes de la consellería que dirige Agustín Hernández sostienen que el proyecto no es para una minicentral, sino para el abastecimiento, por lo que "no afecta" al Plan Hidrológico Galicia-Costa, que establece que no se construirán más minicentrales en las cuencas que dependen de la Administración autonómica. La Xunta no aclara a quién pertenecerán los derechos de explotación del Barcés. En 2005, el Gobierno de Fraga adjudicó la explotación a una empresa de la familia del exalcalde de A Coruña Francisco Vázquez, del presidente de la patronal, Antonio Fontenla, y de un cuñado del responsable de Energía en el momento de la adjudicación.