La Confederacion alerta del estado agonico del acuifero de Doñana
Jue, 12/07/2012
El acuífero 27, que nutre el espacio natural de Doñana, atraviesa una situación agónica, según el informe elaborado en pasado marzo por la Comisaría de Aguas de la Confederación Hidrográfica de Guadalquivir. El documento, que realiza una comparación del año hidrológico 2010-2011 con el 2009-2010 para conocer la evolución de las aguas subterráneas, confirma el descenso de los niveles de agua en la mayoría de los puntos analizados (un total de 195 puntos colocados por toda la comarca) y el riesgo que ello comporta para la supervivencia de la marisma.
El informe de piezometría de la masa de agua subterránea elaborado por la Confederación (los piezómetros son unos aparatos que se colocan en distintos puntos del acuífero para medir su evolución) toma como referencia el año hidrológico 2010-2011, con importantes precipitaciones. En sus conclusiones recoge: "Los datos expuestos en el informe muestran una situación que genera motivos de preocupación, dado que, a pesar de las lluvias, algunos niveles piezométricos no se recuperan en relación con niveles de comparación correspondientes a épocas de sequía e, incluso, un tercio del total presentan niveles de agua en octubre del año 2010 por debajo de los que tenían en el mismo mes del año 1995, momento en que se produjo una sequía excepcional".
El documento añade que los motivos por lo que sucede lo que se expone en el informe son varios, aunque la Confederación los resume en uno: "Las extracciones de agua para regadío y abastecimiento superan en ciertos lugares, en ciertos momentos y en cierta medida lo deseable, provocando el descenso de esos niveles de las aguas subterráneas". En el estudio se especifica que "en la zona de Matalascañas se produce una explotación de los recursos para el abastecimiento sin tener en cuenta las posibles afecciones". Además, añade que en "la zona de marisma, en la zona de los Hatos, se riegan zonas que fueron excluidas en la resolución de los expedientes de aguas privadas, dando lugar a continuados descensos de los niveles piezométricos". Otras irregularidades agrícolas las sitúa el informe en "la zona del ecotono norte, donde se vienen detectando descensos continuados del nivel freático, como se aprecia en los sondeos ubicados en Portachuelo, Laguna de la Anguila, el Raposo o Matasgordas".
La Confederación concluye su análisis advirtiendo de que ante este panorama "se deben impulsar políticas de intensificación de explotaciones ilegales con desarrollo de medidas que den lugar a la clausura de las captaciones de agua declaradas ilegales, así como realizar actuaciones que permitan una gestión sostenible del acuífero".
Por su parte, la organización ecologista WWF, que viene reiterando la alarmante situación del acuífero 27, de la misma manera en que lo vienen haciendo organismos internacionales como la Unesco o Ramsar, solicitará, entre otras medidas, en el próximo Consejo de Participación del Espacio Protegido que "se declare el acuífero como sobreexplotado" y que se apruebe el plan especial de la Corona Forestal de Doñana para poner fin a las extracciones ilegales de agua. Según la organización más de 1.000 pozos ilegales continúan extrayendo agua de Doñana.
El informe de piezometría de la masa de agua subterránea elaborado por la Confederación (los piezómetros son unos aparatos que se colocan en distintos puntos del acuífero para medir su evolución) toma como referencia el año hidrológico 2010-2011, con importantes precipitaciones. En sus conclusiones recoge: "Los datos expuestos en el informe muestran una situación que genera motivos de preocupación, dado que, a pesar de las lluvias, algunos niveles piezométricos no se recuperan en relación con niveles de comparación correspondientes a épocas de sequía e, incluso, un tercio del total presentan niveles de agua en octubre del año 2010 por debajo de los que tenían en el mismo mes del año 1995, momento en que se produjo una sequía excepcional".
El documento añade que los motivos por lo que sucede lo que se expone en el informe son varios, aunque la Confederación los resume en uno: "Las extracciones de agua para regadío y abastecimiento superan en ciertos lugares, en ciertos momentos y en cierta medida lo deseable, provocando el descenso de esos niveles de las aguas subterráneas". En el estudio se especifica que "en la zona de Matalascañas se produce una explotación de los recursos para el abastecimiento sin tener en cuenta las posibles afecciones". Además, añade que en "la zona de marisma, en la zona de los Hatos, se riegan zonas que fueron excluidas en la resolución de los expedientes de aguas privadas, dando lugar a continuados descensos de los niveles piezométricos". Otras irregularidades agrícolas las sitúa el informe en "la zona del ecotono norte, donde se vienen detectando descensos continuados del nivel freático, como se aprecia en los sondeos ubicados en Portachuelo, Laguna de la Anguila, el Raposo o Matasgordas".
La Confederación concluye su análisis advirtiendo de que ante este panorama "se deben impulsar políticas de intensificación de explotaciones ilegales con desarrollo de medidas que den lugar a la clausura de las captaciones de agua declaradas ilegales, así como realizar actuaciones que permitan una gestión sostenible del acuífero".
Por su parte, la organización ecologista WWF, que viene reiterando la alarmante situación del acuífero 27, de la misma manera en que lo vienen haciendo organismos internacionales como la Unesco o Ramsar, solicitará, entre otras medidas, en el próximo Consejo de Participación del Espacio Protegido que "se declare el acuífero como sobreexplotado" y que se apruebe el plan especial de la Corona Forestal de Doñana para poner fin a las extracciones ilegales de agua. Según la organización más de 1.000 pozos ilegales continúan extrayendo agua de Doñana.