Tres grupos ecologistas firman un manifiesto por el Alto Guadiana y el PEAG
Jue, 05/07/2012
Las organizaciones ecologistas AEDA 23, Encinares Vivos de La Mancha y Ecologistas en Acción-Salicor han firmado un manifiesto en defensa de la cuenca del Alto Guadiana y el Plan Especial (PEAG) como vía para garantizar su conservación.
En el manifiesto que han remitido a Efe, las organizaciones conservacionistas han pedido que se mantenga la implementación del Plan Especial del Alto Guadiana (PEAG) como "una de las obligaciones políticas más importantes que tiene pendiente esta región".
Por eso, han solicitado al Ministerio de Agricultura, Medio Ambiente y Alimentación; a la Confederación Hidrográfica del Guadiana y a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha que impulsen política y administrativamente las medidas que necesita este plan para cumplir con sus objetivos de modernización agraria y recuperación ambiental, dentro de los plazos establecidos.
AEDA 23, Encinares Vivos de La Mancha y Ecologistas en Acción-Salicor han señalado que la aprobación del Plan Especial del Alto Guadiana basó su legitimación en la necesidad de revertir una situación ambiental muy degradada surgida de una concatenación de causas que, en su conjunto, condujeron al territorio del Alto Guadiana a una situación de insostenibilidad ambiental.
También han recordado que la biodiversidad de las lagunas y humedales de la cuenca alta del Guadiana "es extraordinaria" y que la mayor parte de estos humedales se originaron por la conjunción de aguas superficiales y subterráneas durante casi un millón de años.
El caso más paradigmático, han dicho, lo constituye la "profunda afección" sufrida por el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, un espacio natural que desde hace 20 años necesita trasvases periódicos de agua desde la cuenca del río Tajo para poder subsistir.
Además, señalan que la relación entre ecología y economía se muestra con nitidez en el Alto Guadiana, pues a su entender "resulta evidente" que la recuperación del buen estado de las masas de agua subterránea es indispensable para la sostenibilidad de las explotaciones agrícolas que se asientan sobre ellas, a la vez que solo una racionalización de la actividad agraria permitirá la recuperación y superación del desequilibrio hídrico que existe en el Alto Guadiana.
En el manifiesto que han remitido a Efe, las organizaciones conservacionistas han pedido que se mantenga la implementación del Plan Especial del Alto Guadiana (PEAG) como "una de las obligaciones políticas más importantes que tiene pendiente esta región".
Por eso, han solicitado al Ministerio de Agricultura, Medio Ambiente y Alimentación; a la Confederación Hidrográfica del Guadiana y a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha que impulsen política y administrativamente las medidas que necesita este plan para cumplir con sus objetivos de modernización agraria y recuperación ambiental, dentro de los plazos establecidos.
AEDA 23, Encinares Vivos de La Mancha y Ecologistas en Acción-Salicor han señalado que la aprobación del Plan Especial del Alto Guadiana basó su legitimación en la necesidad de revertir una situación ambiental muy degradada surgida de una concatenación de causas que, en su conjunto, condujeron al territorio del Alto Guadiana a una situación de insostenibilidad ambiental.
También han recordado que la biodiversidad de las lagunas y humedales de la cuenca alta del Guadiana "es extraordinaria" y que la mayor parte de estos humedales se originaron por la conjunción de aguas superficiales y subterráneas durante casi un millón de años.
El caso más paradigmático, han dicho, lo constituye la "profunda afección" sufrida por el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, un espacio natural que desde hace 20 años necesita trasvases periódicos de agua desde la cuenca del río Tajo para poder subsistir.
Además, señalan que la relación entre ecología y economía se muestra con nitidez en el Alto Guadiana, pues a su entender "resulta evidente" que la recuperación del buen estado de las masas de agua subterránea es indispensable para la sostenibilidad de las explotaciones agrícolas que se asientan sobre ellas, a la vez que solo una racionalización de la actividad agraria permitirá la recuperación y superación del desequilibrio hídrico que existe en el Alto Guadiana.