"En caso de situaciones excepcionales de sequía, la Administración Hidráulica de Galicia podrá autorizar a no respetar los caudales mínimos ecológicos, debiendo dejar en el río como mínimo el 50% del caudal circulante, de cara a satisfacer las necesidades prioritarias de abastecimiento a la población". El plan antisequía que pergeña la Xunta, referido a la demarcación Galicia-Costa, que incluye todos los ríos que vierten en el Atlántico, entre el Miño y el Eo, es claro. La Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas, que dirige Agustín Hernández, proyecta quitarle a los cauces la mitad de su agua y no respetar el caudal ecológico de las corrientes fluviales en periodos de ausencia de lluvias. Y esto, sea cual sea el estado de los ríos y la cantidad total de agua que lleven, aunque estén ya, por la sequía, bajo mínimos.

El proyecto, aún en fase de tramitación ambiental y en exposición pública, prima el abastecimiento a la población, y señala que también hay industrias que beben de las redes municipales. Pese a que Augas de Galicia acaba de confirmar que las persistentes lluvias de los últimos meses garantizan que no habrá que recurrir a las restricciones por lo menos hasta 2013, la elaboración del documento contra la sequía anunciado por la consellería el pasado otoño sigue su curso.