La renuncia a la presa de Estubeny deja en el aire dos embalses del Júcar

Mié, 27/06/2012

Las Provincias

Los tres pantanos proyectados en 1999 para minimizar al máximo el riesgo de riadas en el Júcar a su paso por las comarcas de la Ribera tendrán que esperar a que exista disponibilidad presupuestaria en el Ministerio de Medio Ambiente, sobre todo después de que la infraestructura más avanzada, la presa de Estubeny, se haya quedado en una situación de stand by.

La obra, pensada para controlar el cauce del río Sellent, afluente del Júcar, comenzó a proyectarse a mediados de los 80, aunque no fue hasta la redacción del Plan global frente a inundaciones en la ribera del Júcar cuando se consolidó como una actuación necesaria. En el mismo documento se incluyeron dos infraestructuras hermanas situadas en otros afluentes directos o indirectos del río más caudaloso de la Comunitat. Se trataba de las presas de Montesa (en el Cáñoles) y del Marquesado (en el Magro), que no parecen prioritarias ante la caída en la inversión en obras públicas.

Según informaron ayer fuentes de la Confederación Hidrográfica del Júcar, se llegaron a elaborar los estudios de viabilidad de las dos primeras. Pero el siguiente paso, la redacción del proyecto constructivo, nunca ha llegado a adjudicarse. En el caso de la de Estubeny, en diciembre de 2011 se publicó la licitación de esta tarea en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Sin embargo, cinco meses después el ministerio decidió suspender la licitación «por razones presupuestarias». El lunes se oficializó la renuncia a la redacción, lo que acabó con cualquier esperanza de disponer de la infraestructura a medio plazo. La inversión para este menester era de un millón de euros.

En cuanto a la de Montesa, también debería llegar el proyecto constructivo para avanzar en su ejecución. Aunque el Ministerio de Medio Ambiente no se ha pronunciado al respecto, todo parece indicar que no habrán novedades después de que el mismo trámite en el caso de la de Estubeny se haya paralizado por falta de fondos.

Más compleja es la situación de la presa del Marquesado, de la que ni siquiera se ha concretado su ubicación, más allá de que debía situarse en el Magro, aguas abajo del embalse de Forata. De hecho, la empresa pública Acuamed, a quien se encargó finalmente la obra, parece decantarse por una alternativa, que consistiría en acometer obras de regulación para controlar el caudal y facilitar su utilización.

Pese a la falta de estas tres infraestructuras de laminación de avenidas de agua, sí se han ejecutado otras actuaciones para reducir el riesgo de inundación. En 1985 se redactó el Plan general de defensas contra avenidas en la cuenca del Júcar, en el que se proyectaron otras tres presas que ya están en funcionamiento. Son los actuales embalses de Tous, Escalona y Bellús, que se suman a otras actuaciones, como las obras de drenaje en la llanura de inundación del Júcar (en la Ribera Alta y la Ribera Baja) o los encauzamientos de los ríos Albaida y Magro en su confluencia con el anterior. El citado plan se redactó tras el desplome de la antigua presa de Tous, que no pudo soportar la crecida resultante de las lluvias torrenciales que se registraron en los días previos a la pantanada.

En 1999, hace trece años, se redactó un nuevo documento para completar el anterior. Se trata del Plan global frente a inundaciones en la ribera del Júcar, que incluye, en otras medidas, las tres presas no construidas. Según el Esquema de Temas Importantes, que será la base para la redacción del nuevo plan de cuenca del Júcar, la batería de actuaciones permitirá reducir en un 80% la población afectada en caso de producirse una inundación. En cuanto a presupuestos, los tres embalses costarían entre 54 y 63 millones de euros cada uno, siendo el más caro el de Estubeny.

Las infraestructuras, necesarias para reducir el riesgo de riadas, se proyectaron en 1999, hace trece años.