El delta cierra filas en su batalla por el caudal del Ebro
Mar, 05/06/2012
Los ánimos están revueltos en las comarcas del delta del Ebro tras la presentación del proyecto del plan de cuenca de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). El documento ordena los usos del agua en la demarcación y, lejos de contentar las exigencias de ecologistas, vecinos, empresarios y políticos, ha encendido todas las alarmas. "Algunos sectores llevan años diciendo que estamos locos, pero ahora se están dando cuenta de la gravedad de la situación", sentencia Susanna Abella, portavoz de la Plataforma en Defensa del Ebro (PDE). La CHE establece en la desembocadura del río un caudal ecológico que fluctúa por meses y no es fijo, como ocurre en la actualidad. Así, el caudal avanzaría de los 155 metros cúbicos en dos meses de invierno y después, el resto del año, bajaría hasta un mínimo de 80. Ahora el caudal mínimo es de 100 metros cúbicos por segundo durante todo el año. Al documento, en fase de exposición pública, pueden presentarse alegaciones hasta noviembre. Tanto la Generalitat como la PDE las están preparando, porque en el delta del Ebro el anuncio no contenta a nadie y se emplearán a fondo para intentar mejorar las condiciones. "Son peores que las actuales, las cuales han llevado a la degradación del delta, los problemas ambientales son visibles a largo plazo, se salinizará y no se podrá plantar ni arroz, afectará a las bahías y a los animales", dice Abella. Según la PDE para determinar los caudales solo han utilizado dos de los cuatro indicadores requeridos, y no se han empleado factores determinantes como el estado de los peces.
Rafael Sánchez, hidrógrafo, fue el encargado de redactar en 2007 la propuesta de caudales de la comisión para la sostenibilidad de las Tierras del Ebro que debía ser incorporada al plan de cuenca. En aquella ocasión, se tuvo en cuenta el ecosistema marino, los años húmedos y secos, también las pesquerías y la conservación de las especies. "Propusimos 9.000 hectómetros cúbicos y ahora han determinado 3.000, su propuesta vulnera las directivas europeas, es peor que la incluida en el Plan Hidrológico Nacional", dice Sánchez, refiriéndose al escenario trasvasista empleado durante el Gobierno de José Maria Aznar, hace ya una década. El hidrógrafo advierte de que las consecuencias negativas pueden llegar a afectar a la central nuclear. "Se incrementarán los macrófitos del río, la central a veces ya tiene problemas para refrigerar por las algas; además, el trasvase, con la ley en la mano, vuelve a ser posible", explica Sánchez.
Desde la CHE sostienen que el "debate está abierto" y que "no se impone nada porque ha habido un proceso de participación pública". Pero incluso CiU, que hace una década se alineó con el PP en su plan de trasvasar agua del Ebro, se ha atrincherado esta vez en contra del Gobierno. El consejero de Sostenibilidad de la Generalitat, Lluís Recoder, ya ha advertido de que se plantean impugnar el plan por la vía jurídica. La semana pasada no acudieron a una reunión de la comisión de sostenibilidad de las comarcas del Ebro ni representantes del Ministerio de Medio Ambiente ni de la CHE. "Debemos estar unidos porque si desaparece el delta nada tendrá sentido aquí; me preocupa tanto un futuro trasvase como los caudales pequeños", afirma el alcalde de Tortosa (Baix Ebre) y senador, Ferran Bel (CiU). Bel recuerda que el PSOE no fijó el caudal mientras gobernó estas dos últimas legislaturas, aunque el documento publicado ahora "está fechado el 28 de junio de 2011". Tanto los convergentes como los expertos y la PDE son muy pesimistas y creen que no tendrán en cuenta sus alegaciones. "Hemos pedido el estudio del plan de cuenca porque ni siquiera hemos podido acceder a él", se queja Abella.
En el delta todos los sectores se apresuran a mostrar unidad en su rechazo, ya sea por motivos medioambientales o económicos, a los planteamientos de la CHE. Incluso la Cámara de Comercio de Tortosa rehúsa el plan. "El río es nuestra columna vertebral, participaremos activamente en cualquier manifestación", remarca el presidente de la Cámara de Comercio de Tortosa, José Luis Mora, quien agrega que el plan afectará drásticamente a la producción de ostras, mejillones o a la navegación fluvial. Aun así, en el delta del Ebro esta vez nadie quiere quemar etapas y se muestran cautos. "Todo el mundo espera grandes manifestaciones, pero tenemos que ir paso a paso; ahora estamos articulando equipos de trabajo técnico para rebatir la propuesta de la CHE", concluye Abella. La PDE ya ha iniciado una campaña de recogida de firmas para presentarlas ante la UE. Mientras tanto, en poblaciones como Deltebre (Baix Ebre) algunas calles han amanecido con pintadas beligerantes. Es la preparación de la batalla.
Rafael Sánchez, hidrógrafo, fue el encargado de redactar en 2007 la propuesta de caudales de la comisión para la sostenibilidad de las Tierras del Ebro que debía ser incorporada al plan de cuenca. En aquella ocasión, se tuvo en cuenta el ecosistema marino, los años húmedos y secos, también las pesquerías y la conservación de las especies. "Propusimos 9.000 hectómetros cúbicos y ahora han determinado 3.000, su propuesta vulnera las directivas europeas, es peor que la incluida en el Plan Hidrológico Nacional", dice Sánchez, refiriéndose al escenario trasvasista empleado durante el Gobierno de José Maria Aznar, hace ya una década. El hidrógrafo advierte de que las consecuencias negativas pueden llegar a afectar a la central nuclear. "Se incrementarán los macrófitos del río, la central a veces ya tiene problemas para refrigerar por las algas; además, el trasvase, con la ley en la mano, vuelve a ser posible", explica Sánchez.
Desde la CHE sostienen que el "debate está abierto" y que "no se impone nada porque ha habido un proceso de participación pública". Pero incluso CiU, que hace una década se alineó con el PP en su plan de trasvasar agua del Ebro, se ha atrincherado esta vez en contra del Gobierno. El consejero de Sostenibilidad de la Generalitat, Lluís Recoder, ya ha advertido de que se plantean impugnar el plan por la vía jurídica. La semana pasada no acudieron a una reunión de la comisión de sostenibilidad de las comarcas del Ebro ni representantes del Ministerio de Medio Ambiente ni de la CHE. "Debemos estar unidos porque si desaparece el delta nada tendrá sentido aquí; me preocupa tanto un futuro trasvase como los caudales pequeños", afirma el alcalde de Tortosa (Baix Ebre) y senador, Ferran Bel (CiU). Bel recuerda que el PSOE no fijó el caudal mientras gobernó estas dos últimas legislaturas, aunque el documento publicado ahora "está fechado el 28 de junio de 2011". Tanto los convergentes como los expertos y la PDE son muy pesimistas y creen que no tendrán en cuenta sus alegaciones. "Hemos pedido el estudio del plan de cuenca porque ni siquiera hemos podido acceder a él", se queja Abella.
En el delta todos los sectores se apresuran a mostrar unidad en su rechazo, ya sea por motivos medioambientales o económicos, a los planteamientos de la CHE. Incluso la Cámara de Comercio de Tortosa rehúsa el plan. "El río es nuestra columna vertebral, participaremos activamente en cualquier manifestación", remarca el presidente de la Cámara de Comercio de Tortosa, José Luis Mora, quien agrega que el plan afectará drásticamente a la producción de ostras, mejillones o a la navegación fluvial. Aun así, en el delta del Ebro esta vez nadie quiere quemar etapas y se muestran cautos. "Todo el mundo espera grandes manifestaciones, pero tenemos que ir paso a paso; ahora estamos articulando equipos de trabajo técnico para rebatir la propuesta de la CHE", concluye Abella. La PDE ya ha iniciado una campaña de recogida de firmas para presentarlas ante la UE. Mientras tanto, en poblaciones como Deltebre (Baix Ebre) algunas calles han amanecido con pintadas beligerantes. Es la preparación de la batalla.