La Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) cree "irresponsable" y "temerario" abordar un dragado de profundidad en el Guadalquivir, como pretende la autoridad portuaria, sin solucionar antes los problemas ecológicos del estuario según han recomendado los científicos consultados.

Los regantes temen específicamente las consecuencias que este dragado tendría sobre la salinidad de las aguas del tramo final del Guadalquivir, con las que se riegan amplias zonas de arrozales, así como el aumento de la demanda hídrica que causará, según un comunicado de Feragua.

"Los efectos serán devastadores no sólo sobre el arroz sino sobre toda la cuenca, que ya tiene una situación hídrica muy deficitaria, estimada en más de 600 hectómetros cúbicos en el Plan Hidrológico de la Demarcación del Guadalquivir", ha añadido Feragua

Esta asociación, mayoritaria del regadío andaluz, pide al Gobierno central y a la Junta de Andalucía "que se mantengan firmes frente a las presiones y que se erijan en defensores de los intereses generales y no de los intereses económicos que quieren precipitar a toda costa este proyecto desautorizado por los expertos y los técnicos".

Feragua ha censurado "la imprudente e insensata decisión de la Autoridad Portuaria de Sevilla de construir una esclusa que ahora mismo no sirve para nada" y ha denunciado que sus responsables han organizado "una gran campaña de intoxicación pública, apelando a argumentos demagógicos como la pérdida de puestos de trabajos y ayudas públicas si el proyecto no se ejecuta de inmediato, detrás de los cuales sólo se esconden intereses económicos ocultos vinculados al desarrollo urbanístico de la nueva zona portuaria".

Para esta asociación de regantes, el dragado del tramo final del Guadalquivir "no puede suponer en ningún caso un aumento de la demanda hídrica para evitar la salinidad o para facilitar la navegación, pues ello incrementaría el déficit de la cuenca y haría insostenible e inviable la actividad del regadío".

Feragua ha advertido de que denunciará ante la Unión Europea cualquier intento de dragado de profundidad del Guadalquivir para permitir la navegación de buques de mayor calado para "informar a las autoridades comunitarias de sus perniciosos efectos sobre Doñana, sobre las márgenes del estuario y sobre el regadío del Guadalquivir".